iii

1.1K 126 1
                                    


Cuando KiBum entró ese domingo en la madrugada en la cocina, no sabes porqué, pero apenas lo viste supiste que no era porque también quería comer algo a esa hora. Sabes que tampoco tiene sed ni ganas de tomar esa leche de frutilla que quieres compartir con MinHo, pero que no puedes porque el maldito no está y odias que eso pase. Y sabes, más que cualquier otra cosa, que cuando KiBum te mira justo de esa forma que hacía ahora, es porque quiere decirte algo y no sabe como partir.

(Aunque quizás sí sabe. Lo que no sabe es como lo tomarás tú).

"¿Qué pasa entre tú y MinHo?"

Y cuando le oyes te ríes –porque sabes que es inevitable no hacerlo-, mientras te bebes un poco de la leche de frutilla que aún estaba demasiado fría y que no te ayuda a pensar cuando la tragas. Miras al rubio con una mirada algo escéptica y él a diferencia de ti, parece bastante serio.

Porque esto no era un juego, TaeMin.

"Nada."

"No te creo."

"No me creas."

Y te atreves a responderle solo por el hecho de ser tú y porque KiBum no te responde de la misma forma que hubiese ocurrido con MinHo o con JinKi o incluso JongHyun. El rubio te mira bufando y tú sigues bebiendo como si nada. Porque eso es lo que más te conviene hacer a decir verdad.

"No soy tonto, TaeMin."

"No he dicho eso, hyung."

Y le dices así porque te conviene y porque consigue lo que quieres conseguir, viendo como éste solo rueda los ojos y suspira, casi retirándose si no fuera por esa oración que consigue quedarse flotando entre ambos y que hace que tu piel se ponga de gallinas y te asuste.

Te asuste porque ya habías pensado en esto y no querías asumirlo.

"Solo espero que sepan lo que hacen."

· Nosotros ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora