paso dos: entregar

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Una hora antes, la puntualidad es la clave, pero la anticipación es para descubrir, entro y rápidamente me escurro hacía los vestidores, aún no ha llegado nadie.
Comienzo a arreglarme para el ensayo, completamente desvelada por unir todas las piezas anoche y sobretodo confundida.
Escucho unas voces en el pasillo, me acerco a la puerta para escuchar mejor.

—¿Si sabes que esto es ilegal no?.- pregunta exasperado un señor.

—Claro.

—Entonces ¡¿cómo puedes estar tan tranquilo, si una intrusa entro ayer al laboratorio?!.- le gritan a Dimitri, mis manos ya estaban hechas puños para entonces ¿por qué se atreve a gritarle?.

—No hay problema por ella señor Colemán se lo aseguro.- titubiaba Dimitri.

—Después del ensayo necesito que termines las tabletas que te pedí, y los kilos de droga que te pedí.

—¿Por qué quiere tanto?.

—Si queremos que la distribución en America sea un éxito no podemos llevar 10 gramos, piensa Dimitri.

—Comprendo señor.

—Ahora arreglate que no debe tardar en llegar las muchachas y esa dichosa bailarina metiche.

Me separo de la puerta y suspiro, el tal "Señor Coleman" era un prepotente con toda la extensión de la palabra, y de seguro el líder, y lo peor es que sabía que yo sé lo que hacen, creí que no se lo diría, pero diablos es como un niño, no sabe mentir, y es manipulable fácilmente.

Me arreglo y pongo unos guantes que llegan arriba de los codos para darme más elegancia.

Salgo y de inmediato doy impacto, debo verme más segura, que de niña tontita no conseguiré nada, no aquí.

—Bonnie, anda unete a las demás bailarinas por favor.- me pide el señor de boina, con la misma voz ronca que le gritaba hace rato a Dimitri.

—Bien señoritas sólo ensayaremos el baile de inicio que serán ustedes y ya después Bonnie interpretara las piezas que toque el Señor Walk ¿entendieron?.- dijo monótonamente la rubia de molote amargada, observe principalmente al Señor Coléman, el también me veía a mi, y pensé que el de traje con mirada dura era el problema sin darme cuenta que el sujeto amable de boina era el verdadero inconveniente.
Bueno al menos eso creía.
Pero la vida da bastantes vueltas.
Comienzan a dar los pasos y repeticiones, la atención estaba puesta principalmente en mi, suspiraba y seguida.

—Descanso de cinco minutos.- aviso Miss Jen, al fin conociendo el nombre de la rubia amargada.
Estaba cansada a mas no poder, sentí una eternidad, ni el entrenamiento de espía me podía preparar para un ensayo intensivo de ballet, debí practicar antes de esta misión, pero claro preferí pasar los últimos días antes de la misión llendo al cine con Kyle, no me arrepiento, tenía mucho que no salía con mi pequeño hermano.

—¿Cansada señorita Young?.- pregunta la voz fría y dominante detrás de mi que siempre despertaría un escalofrío dentro de mi, aún cinco años después lo seguiría haciendo.

—No es como pasarla acostada comiendo palomitas y viendo la televisión.- suspiro

—Vaya que tiene una vida muy activa señorita.- me dice y le sonrío, el me devuelve el gesto.

—No me digas señorita Young, dime sólo Bonnie.- le digo sonriendo.

—Eso me será difícil.

—Lo lograrás, te diré un secreto mi hermano es autista.- susurro.

—Gracias por la confianza.

—Ese no es el secreto.

—¿Entonces cuál es?.- pregunta confundido.

HYDRAGYROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora