Géminis

Capitulo 11

 No lo puedo creer ¿en serio ha dicho todo eso?, hay en mis ojos una fina capa de lágrimas que quieren salir, ¡esto es increíble!

- Acuario yo... - Me detengo al ver en una foto el rostro de la persona que menos deseo ver... - ¿Quién es él? – Pregunto con un hilo en la voz, acercándome a donde está la foto, no puede ser que sea él

- Oh, él fue mi mejor amigo a principios de la secundaria ¿por qué? ¿Lo conoces? – Dice acercándose a mí

- ¿C-Cómo se l-llama? – Dije con la voz entrecortada y temblorosa, por favor Acuario, no me digas el nombre que no quiero escuchar

- John ¿Gem estas bien? ¿Qué te pasa? – Dice tomándome de las manos y acercándome a él.

 Esto es imposible, justo cuando pensaba que mi vida estaba retomando su curso todo se derrumba, esto no tiene sentido... ¿por qué siempre todo lo malo me sucede a mí? ¡El maldito de John y Acuario se conocen!

- No... - Al momento en que los recuerdos volvían, las lágrimas salían sin parar, las piernas me temblaban demasiado, mi respiración era irregular, siento que mi corazón saldrá en cualquier momento de su caja torácica. No puedo aguantarlo más, me suelto del agarre de Acuario y salgo corriendo de ahí, las piernas no me dan, pero no quiero ver más ese rostro, ese maldito rostro. Corro lo más rápido que puedo mientras escucho los gritos y pasos de Acuario detrás de mí, él probablemente no me recuerde bien y espero que no lo haga, porque sé que me odiará y eso es lo que menos quiero en estos momentos.

 Corro, corro y no paro, me encuentro con la carretera y comienzo a correr aún más, de pronto ya no escucho los pasos de Acuario detrás de mí y bajo un poco el ritmo en el que corro, los recuerdos, este sentimiento, todo está volviendo por culpa de esa foto. Me detengo y me escondo detrás de un árbol y comienzo a llorar sin parar, esto no puede ser verdad... lo único que escucho son los autos pasar a toda velocidad del otro lado del árbol, los recuerdos, los recuerdos son lo que más hace que las lágrimas se desaten, me vienen mucho buenos... pero luego viene el último que tuve sobre eso y todo se derrumba y se agrieta más de lo que ya está, lo único que quiero en este momento es desaparecer.

 Después de quizás unos veinte minutos llorando siento pasos detrás de mí

- ¡Gem! ¡Oh, maldita sea, Gem! ¡te he estado buscando por todas partes, no me vuelvas a hacer eso! - Dijo Acuario sentándose al lado mí y abrazándome con todas sus fuerzas, pude notar que tenía algunas lágrimas en sus ojos - Me tenías muy preocupado... pensé que te había sucedido algo malo... -

 Yo solo me acurruqué en su pecho, sintiendo lo fuerte que latía su corazón - Gem... ¿Que te sucede? sabes que me lo puedes contar ¿por qué saliste así corriendo? - Yo no le contesté, no quería hacerlo... el con delicadeza puso su mano sobre mi barbilla y la subió para que yo lo mirar a los ojos, por su expresión estoy segura de que notó los hinchados que estaban mis ojos y los roja que debía de estar mi nariz, él soltó un audible suspiro - Gem... te llevaré otra vez a la cabaña y ahí me contarás todo ¿de acuerdo? - Dijo dulcemente y luego me cargó en sus brazos hasta su auto, me dejó en el asiento del copiloto. Conduce unos cinco minutos hasta llegar nuevamente a la cabaña.... Demonios... ¿En verdad le tengo que decir ahora lo que sucedió? Ahora sí, definitivamente me terminará odiando... Subimos por las escaleras hasta lo que parecía ser su habitación... Él se sienta en la cama y de palmaditas a su lado, dándome a entender que me siente a su lado.

- Muy bien... ¿Ahora podrás decirme el por qué saliste corriendo de esa manera? y... ¿Por qué estabas llorando? - Me dice tomándome de la mano y acariciándola 

- Acuario... No... Lo siento, pero no te lo puedo decir... - Digo algo calmada, por lo menos las lágrimas ya pararon

- Gem, no te puedo ayudar si no me lo cuentas... - Dice de manera tierna y dulce -