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*Luh*
Cuando Gona colgó la llamada Luh se recostó en su silla, no era la primera vez que quedaba con su amigo ni mucho menos, pero esta vez había algo distinto, algo extraño que había aparecido entre ellos dos la noche anterior, por su culpa, pero que ya llevaba bastante tiempo ocupando la mente de Luh. Gona era su mejor amigo, aquel al que acudía siempre, que hacía cualquier cosa por animarle, pero llevaba un tiempo sintiéndose extraño con él, como si ser su mejor amigo no fuera lo único que se le pasaba por la cabeza. Pero eso no lo podía decir, no sabía cómo podría reaccionar su amigo, y no quería perderlo por tener la cabeza un poco confusa...Dio un pequeño salto en la silla cuando recibió una llamada por Skype y respiró hondo, era Sara, aunque tampoco le extrañaba demasiado teniendo en cuenta que Gona había hablado con ella. Suspiró y aceptó la llamada, mostrando una sonrisa.
-¿Ya me echabas de menos?-bromeó, recibiendo una carcajada como respuesta.
-Claro Luhser-respondió la chica guiñándole un ojo, añadiendo enseguida-¿Una partida de Golf? Fuera de cámaras, me refiero.
-Vale-accedió, lo bueno de Sara es que sabía cuando podía presionar y cuando no debía hacerlo.
Ambos iniciaron el juego y empezaron a hablar de cosas triviales mientras jugaban, así consiguieron disipar la tensión que se había formado al principio, pues ambos sabían de qué iban a hablar. Al fin, después de unos minutos, cuando iban a la mitad de una partida y Luh iba ganando por dos golpes, Sara habló, con un tono casual que le llegó con la guardia baja.
-¿Así que...insomnio?-preguntó como sin darle importancia, dando el golpe que ayudó a la bola a entrar en el agujero, soltando después un sonido de triunfo.
-Si...-respondió con un poco de nervios, errando el tiro, maldiciendo por lo bajo antes de dar el golpe que también le hizo terminar ese hoyo, pasando al siguiente nivel con Sara.
-Yo no lo he hablado con los otros dos...Y Gonis tampoco-informó Sara, parecía que nos iba a abandonar ese tono casual con el que evitaba darle mucha importancia al tema, pero él a lo único que hizo caso fue al apodo cariñoso, cosa que le molestó un poco, pero enseguida lo apartó de su cabeza.
-Ya lo sé, no te preocupes-afirmó, añadiendo antes de que la gallega dijera nada-Y no me he molestado por lo de antes.
-No era con mala intención, pero me ha hecho gracia-contestó ella asintiendo, tenían facilidad para entenderse-Sabes que puedes contarme cualquier cosa, Lutfi.
Luh se quedó pensativo unos segundos, fingiendo que estaba concentrado en el siguiente tiro, cosa que no era del todo mentira. Quizás Sara podía darle algún consejo que le ayudara a entender su situación, al menos no perdía nada, si le contaba su problema sabía que ella no se lo diría a nadie.
-Estoy confuso últimamente...-empezó, pero su amiga no dijo nada, dejándole que hablara sin prisas-Hace un tiempo que me gusta pasar el tiempo con Gona.
-Bueno, sois muy buenos amigos-respondió ella, como si supiera lo que en verdad estaba en su cabeza y por lo tanto no le bastara esa explicación.
-Ya...Pero más tiempo...todo el rato. Estar hablando con él, jugar a algo, simplemente estar con él...-añadió, ganándose un quedó "lo sabía" por parte de su amiga al que no quiso hacer caso-Y ayer no podía dormir...Y entonces pensé en Gona...bueno, en realidad no me lo había quitado de la cabeza...Y cuando él me cantó...Sólo de oír su voz me relajé lo suficiente para dormirme.
-¿Así que te gusta Gonis?-preguntó ella de golpe, interrumpiendo el momento tan íntimo y confidencial que se había formado, haciendo fallar el tiro a Luh y mirar la pantalla con ojos desorbitados pese a que no podía ver a Sara por culpa del juego.
-¿Qué...Qué dices?-cuestionó con un tono agudo que dejaba claro lo nervioso que estaba-¿C...Cómo...Cómo va a gustarme Gona?
Sara soltó una breve risa y se mantuvo en silencio unos segundos, dejando que Luh volviera a calmarse, pensando las palabras que le diría, aunque al final acabó soltando lo primero que se le pasó por la cabeza.
-Los síntomas son claramente de amor, Lutfi-dijo cariñosamente, como si estuviera dando una mala noticia, aunque después de haberlos visto interaccionar tanto tiempo y, después de haber hablado con Gona, no creía que fuera nada malo.
-Pero...a mí no me gustan los hombres-respondió él en voz muy baja.
-Pero te gusta Gona...Hazme caso, sé lo que te estoy diciendo-volvió a decir Sara, llamando la atención de Luh, pues ya ninguno estaba jugando.
-¿Y qué hago?-preguntó todavía sin poder levantar mucho la voz.
-Háblalo con él...-era una respuesta simple, pero que Luh ni siquiera se había planteado hasta ese momento.
-Vale, lo hablaré con él, pero hoy mejor no...-se dijo a sí mismo, pensando en el momento en el que había quedado con su amigo.
-¿Hoy?-cuestionó Sara, teniendo que volver a llamar la atención  de su amigo.
-Gona y yo hemos quedado...-respondió y, al tener una ligera idea de la expresión que tendría su amiga, aclaró-Ya sabes, para jugar algo, dar una vuelta por ahí...
-Bueno, pues no se lo digas hoy-contestó ella riéndose un poco, pensando que también tenía que tener una conversación parecida con el otro implicado, pero como Gona se había desconectado en cuanto había dejado de hablar con Luh no había podido hablar con él.
-Sara, ¿sigues ahí?-cuestionó su amigo y Sara dejó de pensar en sus cosas, asintiendo con la cabeza pese a que no se vieran.
-Estoy aquí, pensando en cómo remontarte, quedan cuatro jugadas y ganas por tres toques-contestó cambiando de tema, pues ya no tenían más que decirse sobre esto, aliviando un poco a su amigo sin saberlo.
-No podrás-respondió riéndose y siguieron jugando por un rato, hasta que Sara dijo que se iba a comer y él decidió que iba a hacer lo mismo, dándose cuenta de que quedaban unas tres horas para cuando había quedado con Gona, sintiendo esa sensación ya tan habitual, de tener algo revoloteando en el estómago...

Gonaluh is realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora