No hay que ser alguien grande para tener cabida en el corazón de una persona

Capítulo 1: Soledad

Ya habían pasado dos semanas desde que murió mamá... Y sin embargo yo aún no podía dejar de llorar.

Nada me consolaba, nadie me hacía reír de nuevo...
Pese a los esfuerzos de Touka oneechan y los intentos de Irimi oneechan, no era capaz de sonreír. Solo levemente levantaba un poco las comisuras de mis labios...pero eso era todo...

Mis ojos permanecían constantemente rojos e hinchados y mis mejillas húmedas por las lágrimas que caían sin parar.

Ni siquiera alzaba ya mi rostro al frente... Ya no tenía ningún sentido para mi mirar hacia adelante... Mi mamá nunca más volvería a mirarme....

Sacudí la cabeza y me levanté encaminándome hacia la salida de mi habitación. Touka oneechan me esperaba en la salida del anteiku para dar un paseo... Pese a que no tenía ganas de ir, ella me logró convencer después de insistirme durante varios días...

No lo he dicho todavía pero desde que mi mamá murió, vivo con Touka oneechan.
Ella hace todo lo que puede para que me sienta cómoda y me anime pero...

Suspiro ya bajando por las escaleras mirando al suelo cuando de repente mi cuerpo choca contra el de otra persona.

Desconcertada miro hacía arriba para encontrarme con esos ojos que me miraban con una dulzura infinita...

-Hinami chan... Estás bien?

-Oniichan...