Capítulo 2: Sensaciones (parte 1)

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-Hinami chan...estás bien?

-Oniichan...

Y así fue como mi corazón se detuvo y dejó al instante de latir.
Todo se paró en mi interior en cuanto su mirada recayó sobre mi rostro. Aquella mirada que me insuflaba y hacia brotar en mi "algo" extraño...

No había reparado en su presencia en todo este tiempo que llevaba de "duelo" (o era así como lo llamaban los adultos) por la muerte de mamá...Me olvidé por todo ese tiempo de una de las personas que más apreciaba, a pesar de conocernos nada mas que un par de meses atrás.

Era Kaneki oniichan. Él al igual que Touka oneechan hacía vanos intentos por ayudarme a salir de la tristeza que me inundaba.

Siempre sonriendome, siempre tendiendome su mano cada vez que necesito alzarme de cada caída, siempre enseñándome valores y palabras... Pero lo más importante...siempre estando a mi lado cual ángel guardián...

Y yo ni lo había notado. Sólo ahora, que sus ojos me contemplaban, me dí cuenta de lo cerca que él siempre había permanecido y de lo distante que yo había estado...

-Hinami chan- dice poniendo su mano sobre mi hombro- Sabes que estoy aquí para lo que necesites. Puede...puede que no pueda hacer mucho, pero si puedo hacer algo por ti sabes que estoy dispuesto a ello.

Le sonreí un poco, tratando de que la mueca que perfilaba en mis labios desapareciese por completo. Él por su parte me regresó el gesto y revolvió con suavidad mi cabello.

-Te lo agradezco oniichan. Pronto estaré mejor. Además hoy voy a dar un paseo con Touka oneechan y lo pasaremos genial!

Parecía que mi respuesta le había agradado ya que asintió con la cabeza y su sonrisa se agrandó un poco más.

-Me alegra escuchar eso Hinami chan. Salir y despejarte te hará bien.

Asiento con la cabeza con una pequeña sonrisa esbozada en mi boca y me encamino hacia la salida del anteiku. Sin embargo antes de salir, me giro mirando hacia Kaneki oniichan y agito mi mano para despedirme de él.

Él por su parte me volvió a sonreír, agitó también su mano y se marchó a seguir realizando sus tareas.

Sin entender el porque aún seguía notando ese "algo" que Kaneki oniichan me transmitió apenas un par de minutos antes...

Sacudo la cabeza y salgo ya del anteiku.

Y allí fuera esperando se hallaba mi oneechan con una sonrisa en su rostro.

Corrí hasta ella y la abracé...

Quizá...Tal vez después de todo...no estaba tan sola como yo me había empeñado en creer...





No hay que ser alguien grande para tener cabida en el corazón de una personaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora