Mi amor antagónico (GOT7. TÚ. JR)

Segunda parte. "Atrapada"

  - ¿Por qué yo no puedo tenerte, _____(tn)? - me dijo suavemente. A esta altura mi corazón palpitaba como si fuera a salir de mi cuerpo. No estaba segura de comprender que todo lo que decía eran sólo delirios causados por fiebre. Junior me había humillado tantas veces que no podía ser de otra manera -  

— Desearía que fueras siempre así. Incluso prefiero que mientas y digas todas estas tonterías que alucinas antes que me trates mal y me rechaces constantemente —susurré aún acariciando su cabello. Junior apretó más mi abdomen— ¿Qué ridícula, verdad? —solté luego de unos segundos. Solo podía decirle estas cosas porque sabía en el estado que se encontraba, sabía que era primera y última vez que diría lo que sentía—

Junior murmuró unas cuantas frases más sin sentido. Cada vez que sentía que me separaba de él, me volvía a abrazar como un niñito y repetía, no me dejes otra vez. Pensé que podía pasar el resto del día así, incluso la noche, y tal vez años. No conocía aquella faceta amable de Junior, sin dudas me agradaba, pero también me desilusionaba el hecho que no ser una faceta real. O tal vez sí lo era,pero no justamente conmigo.

Llamé al médico y en media hora estaba atendiendo a Junior. Cuando finalizó su trabajo se retiró de la habitación y yo cerré las cortinas.

— ¿No era tan malo, cierto? —me reí. Junior estaba recostado de lado, mirándome—

— Supongo que no. Ya comienzo a ver la realidad —dijo algo apenado. Escondí mi decepción con una sonrisa en el rostro. Quería que se mejorara, pero también necesitaba que dure un poco más el Junior amable—

— Descansa, volveré a verte más tarde —caminé hacia la puerta, Junior llamó mi atención—

— ¿No eras mi enfermera? Debes quedarte —bufó. Me sonreí. ¿Que era eso? Junior pidiéndome que me quedase?  ¿sin gritar ni echarme en cara nada?— 

— Lo soy, pero debes dormir, indicaciones del médico que salvó tu vida —volví a sonreír atontada. Junior me observaba serio con las manos entrelazadas sobre su pecho— 

— El sólo me dio un remedio. Tú pusiste esos paños en mi frente. —indicó mirando su mesa de luz, con la cubeta de paños sobre ella—

Quise dejar la conversación ahí. Abrí la puerta.  No quería seguir hablando, el estaba tan relajado y siendo tan sutil con sus palabras que prefería mantener ese recuerdo, antes de que se arruinara. Salí del cuarto con una sensación de satisfacción profunda. No podía borrar la estúpida sonrisa de mi rostro,  deseaba que Junior fuera así para siempre. Todo sería más fácil, todo menos controlar mis sentimientos. Si Junior continuaba tratándome como una persona civilizada no tardaría en caer ante tus encantos. Él ya me atraía físicamente, era indudable, pero es diferente querer, era diferente sentir ese algo más. 

Me metí a bañarme para relajar mi cabeza. Intenté concentrarme en mis metas y no permitir que Junior volteara todo mi mundo de un momento a otro. Cuando terminé me cambié y peiné mi cabello. No solía hacerlo, pero me sentía de humor para arreglarme. Resalté mis pestañas, y me enojé conmigo misma cuando me miré al espejo. ¿Qué estaba haciendo? ¿A quién quería engañar? No era producto de mi buen humor, me estaba arreglando porque quería que Junior me encontrara atractiva. ¿Acaso era idiota? ¿cómo demonios podía dejarme llevar por ese manipulador?.

Me quité el estúpido maquillaje y me obligué a dejar al idiota. Estaba consciente de que enamorarme de él solo me traería problemas, así que bajé con mi laptop en manos y la encendí sobre la mesada de la cocina. No almorcé porque ya eran las 15:30 pm. Mientras trabajaba leyendo e-mails y confirmando actividades de GOT7, preparaba la cena para la noche.