Mi amor antagónico (GOT7. TÚ. JR)

Tercer parte. "Final, 2/3"

______(tn) observó a su pequeño y dulce hermano Alex, dormido sobre sus piernas. Acarició su fino cabello corto y lo llevó tras su pequeña oreja. Suspiró con una sonrisa y miró por la ventanilla de aquel nuevo y reluciente taxi de ciudad. Llovía tanto. Se angustió, quizás no podría hacer compras ya que Alex estaba enfermo y no podría sacarlo con este día, debía inventar alguna forma, apenas habían bajado del avión luego de dos meses fuera, su casa sería un desastre, telarañas por doquier y el refrigerador sin siquiera una manzana podrida. Pensó que había vivido tanto tiempo con sus amigos que había olvidado pensar en su antigua casa, ¿qué haría con ella? Había sido una herencia, esa casa era importante, pequeña y acogedora y después de todo, era el único lugar donde ella y su hermano podían quedarse. Durante el viaje pensó que por más que hiriera su orgullo y dignidad, debía usar el dinero de su padre algunos meses hasta conseguir un empleo para sostenerse a ella misma y al pequeño Alex, él era un niño, tenía necesidades. ____(tn) sonrió orgullosa con sus propios pensamientos, quería que su hermano asistiera a una buena escuela y tuviese un buen futuro, no importara cuanto trabajo le costase. Tenía dinero, lo suficiente por si no llegara a conseguir un trabajo decente en el cual le pagaran bien. Pensó que después de todo, su padre les había dejado algo, al contrario de su madre, que tan solo se marchó con un hombre. Su padre les había dejado dinero para invertir y una casa. ¿Qué más podía pedir? El resto solo era trabajo y constancia. 

— ¿Ya llegamos? —musitó el pequeño Alex abriendo sus ojos y tirándose a un costado su cabello con una mano. ____(tn) le sonrió y besó su frente—

— Sí, cielo. Solo un par de cuadras más. Te encantará mi casa... —vaciló unos segundos— digo, nuestra casa —concluyó feliz. —

Alex y su hermana llegaron a su casa unos minutos después. Como ella imaginó, sus plantas estaban deshechas, se podía notar la ausencia de dueños. Entraron y ella se sintió en paz. Al fin lo había conseguido, estaba entrando a su casa de la mano de su único hermano, el hermano que debería proteger como nadie lo había hecho con ella. Exhaló el aire de sus pulmones, quería llorar, pero esta vez de pura felicidad. Lo había conseguido y había sufrido demasiado por ello, pero al fin, cuando el juez la nombró tutora legal de Alex y luego corrieron a festejar su cumpleaños número dieciocho supo que todo, absolutamente todo había valido la pena.

— Escucha, Alex. Iré a preparar el baño para que tomes una ducha, ¿si? —Alex inmediatamente cambió su expresión de cansancio por una de disgusto y repetir reiteradas veces que no quería bañarse. Ella sacudió su cabello y comenzó a darle empujoncitos hacia el baño— No me dejas otra alternativa, ya eres grande, Alex... me recuerdas tanto a Junior —soltó de imprevisto. Era inevitable no recordar a Junior, a él y a sus amigos. La última vez que ella había hablado con Junior había sido en su cumpleaños, solo tres días luego de haberse marchado. Había llorado mucho sola en el cuarto de su Hotel. Creía firmemente que él la había olvidado, se culpó muchas veces, pero al final entendió que él y sus amigos ahora eran estrellas y que nada podía hacer. —

— ¿Quién es Junior, ____(tn)?—preguntó Alex con su aguda y dulce voz sentado en la bañadera con un juguete en la mano, a su parecer muy extraño que le habían regalado en el instituto—

— Oh,un amigo, el ha sido un amigo —contestó ella, con dolor en sus palabras mientras apretaba una esponja entre sus manos para mojar a su hermano—

— ¿Y que pasó con el? ¿puede ser mi amigo también? —____(tn) soltó una risa. Él le provocaba tanta ternura, para el todo era fácil de resolver. —

— Cuando ya estemos tranquilos buscaremos una escuela en la que podrás hacer muchos amigos, cielo —respondió ___(tn) entregándole un jabón aroma a jazmines a su hermanito— ten, báñate perezoso, eres grande