Tarde

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El día ya había transcurrido.
Fue un día bueno, para ser honestos; en el colegio no había hecho trabajo alguno y solamente lo pasé al lado de mis amigas.

Fue un día con mi clima perfecto, nublado, con ese olor a que en cualquier momento la brisa podría caer en mi piel, simplemente hermoso.
Había llegado del colegio, cuando no dudé en echarme a dormir por un rato. El tiempo pasó y yo no me dí cuenta de que ya eran las 5:30 p.m y yo seguía dormida.
Tomando mi celular, empecé a responder mensajes, no muy relevantes; excepto el de ella, ese siempre me alegra por muy simple que sea.

Estaba algo aburrida, no tenía nada que hacer y el día aún pintaba de ese color gris en el cielo, con ese olor, esa brisa que corría entre mi cabello ya algo desordenado.
Tomé mi balón, salí a la calle.
Nada nuevo, las mismas personas que pasan y me saludan, y aquellas que no contestan ni un "Buenas tardes."

A veces me pongo a pensar "¿Tendrán problemas?, ¿O sólo son así?" Nunca se sabe, no puedo sacar un prejuicio de alguien cuyo nombre ni siquiera sé o recuerdo y que tal vez simplemente sean tímidas.

Volteo a ver la casa de mi amiga triste... recuerdo cuando venía muy seguido a mi casa.
Poníamos música, salíamos a caminar o con el simple hecho de tenerla a mi lado viendo la pantalla de mi celular, eso era suficiente. Sí, la extraño y quisiera que ella supiera eso.
(...)

Jugando con mi pelota, el viento que de ratos me fastidiaba, esta vez sí que lo logró.
Con un ligero toque al balón, éste se volvió loco y tomó más fuerza; venía un carro, por cierto corría algo rápido, y sí, casi me atropella por querer salir por mi pelota.
Llegó mi madre y me regañó, me dijo que me fijara y le expliqué por qué sucedía eso; se limitó a decirme un "entonces ya no juegues."
¿Cómo no jugar? El día era hermoso y estaba haciendo una de las cosas que más me gusta hacer. Si bien nunca pido salir, no entiendo por qué es tan difícil comprender que fue un pequeño error.
Empecé a renegar, a decir que no me estuvieran diciendo nada tal cual niña pequeña; así me sentí.

Tomé mi balón, me metí a casa a lavarme la cara y tomar algo de agua. Tuve un descanso de 5 minutos, no sé exactamente si eso fue más sé que fue breve.

Regresé a jugar, esta vez más rápido, corría más. Sentía como el viento me quitaba un poco de calor por el ejercicio, pero sin descartar las gotas de sudor que corrían por mi frente y mi cuello, odio eso cuando hace mucho calor.

Seguí jugando, noté como la noche caía y los relámpagos alumbraban las calles de vez en cuando. Les tengo miedo así que decidí de nuevo meterme, esta vez para ya no salir.
Al entrar le senté un poco en la cama a responder mensajes y tranquilizar un poco mi respiración y que terminara de correr todo el sudor para lavarme la cara.
(...)

Habían pasado ya unas horas cuando decidí ponerme a leer.
Era un relato muy bien redactado; imaginabas todo debido a la gran cantidad de características que la escritora daba, era hermoso y me sorprendió ver tan pocos votos en ella. Y vaya que he visto más vistas en cosas con mala ortografía. Extraño.

Así, gracias a la inspiración que esa escritora me dió, escribí este pequeño texto sobre mi tarde. Adiós.

Every Afternoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora