«Yūichirō» era el nombre que recibía un pequeño tulipán perteneciente a Mikaela, un florista reconocido en toda la ciudad.
[ ······ ]
- ¡Buenos días, Yuu-chan! - Saludó el rubio a esa delicada flor en la mañana, dándole una pequeña ración de agua.
Observó por su balcón lo hermoso de la ciudad, los ciudadanos caminado por las calles, la gran cantidad de árboles que había por el camino, niños jugando. No era una ciudad grande, por lo que se podía disfrutar de una vida llena de tranquilidad... O eso se suponía.
- Buenos, nos vemos - Se despidió y se dirigió a su lugar de trabajo.
[ ······ ]
Con todo listo, dio por abierta su pequeña tienda.
Trabajó con el mismo gusto de siempre, aparecieron personas a montones. Ya cansado y satisfecho de su esfuerzo, regresó a casa para descansar.
Al abrir la puerta de su vivienda, escuchó algo romperse desde el balcón. Alarmado de que fuera un ladrón, tomó un sartén de la cocina y fue hasta allí.
Caminó con miedo, sus manos temblaban. Volteó a todos lados y no vio nada extraño, cuando su mirada fue a parar adelante; había un chico parado frente a él, y desnudo, como si fuera lo más normal del mundo.
- ¡Hijo de pu--! - Se asustó tanto que golpeó al joven en la cabeza con aquel sartén.
El muchacho cayó al suelo, retorciéndose de dolor.
- ¡¿QUÉ TE PASA?! - Se quejó, realmente le dolía la cabeza por el golpe.
- Y... ¿tú quién eres? - Preguntó confundido, esa persona no parecía ser un ladrón.
........
Suspenso, por favor (es tan obvio quién es). :'v
Disculpen los errores, jeje.
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Flores de drogas; MikaYuu.
FanfictionObra hecha con la única intención de hacer reír al lector, no se busca ofender a nadie. Por favor, no se tome esta historia de manera seria. Prohibida su copia y/o adaptación. Los personajes no son de mi propiedad. ¡Disfruten!