No veas el reloj

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9:30 Hora de dormir

-Mami ¿Puedo dormir contigo?

-No hijo, ya estás muy grande

-Pero, tengo miedo

-No te pasará nada cariño, solo no veas el reloj y el tiempo se te pasará más rápido

-Está bien

Ni idea de cuantas horas habían pasado, pero trescientas ovejas ya habían saltado al compás del tic tac del reloj, el cual resonaba en mi mente advirtiéndome que mis ojos debían permanecer cerrados hasta que la luz del día irrumpiera en la habitación, pero para eso faltaba demasiado, creo, el ignorar el reloj no evitaba que las horas pareciesen eternas.

El tiempo es lo más incierto ahora, a pesar de que mis párpados impiden que vea a mi alrededor sé que la oscuridad es absoluta, a excepción de la tenue luz que proviene de la lámpara de la calle, la cual ilumina única y exclusivamente el reloj de la sala, pero no puedo voltear ahora, estoy bien, es solo cuestión de tiempo para que pierda la conciencia y pueda dormir plácidamente.

"407, 408, 409..." Y el niño por fin pudo dormirse arrullado por el cantar de sus corderos imaginarios, y se fue saltando con ellos hacia un mundo donde los límites no existen si tu te niegas a marcarlos, y gozando de la vista desde un punto inalcanzable, se sintió como aquellos reyes de las épocas olvidadas, todo era suyo, todo estaba bajo su poder... Tic, tac, tic, tac...

El niño abrió repentinamente los ojos, seguía siendo de noche, parecía que el tiempo no había avanzado en el mundo real e intentó girar la cabeza para ver el reloj; su cuerpo estaba inmóvil y no respondía a sus gritos internos, se esforzó para que su mirada llegase sola hasta el reloj, 3:02 am, y una voz retumbó en sus oídos, "Tu madre te dijo que no vieras el reloj", la voz era tan dulce y angelical que daba escalofríos, si, eso sintió el pequeño, un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo hasta desesperarlo aún más, sus músculos no respondían, era de esperarse que no estuviera tranquilo y; la voz otra vez, "Pagarás por tu desobediencia", el chico estaba paralizado, estaría temblando de no ser porque cada centímetro de su cuerpo se encontraba carente de movimiento.

¿Que es eso? ¿Quien me habla? Mi cuerpo no se mueve, no puedo hacer nada, no debí haber mirado el reloj, ¿Que es eso? Algo se movió, estoy seguro de que vi algo moverse por allí, ¡Mamá! Ven por favor, que tonto, no puede escucharme, no soy capaz de mover mis labios y gesticular una palabra, tengo miedo, siento, siento algo detrás de mi, mamá, mamá por favor, mamá...

¡Mamá! Oh, ya es de día, pero ¿que?

El niño había gritado con todas sus fuerzas apretando los ojos y en cuanto los abrió se dio cuenta de que la luz ya había inundado el cuarto por completo, creyó que todo había sido una pesadilla y que nada de eso era real, así que pudo continuar con su día sin ningún problema, pero lo que el no sabía era que mientras oyó, vio y sintió cosas extrañas, estaba despierto, no, tranquilos, no era real, solo que el pequeño sufrió una parálisis del sueño, quien la sufre despierta bruscamente teniendo plena conciencia de sus pensamientos pero manteniéndose paralizado físicamente, la persona suele padecer alucinaciones auditivas y visuales que comúnmente se confunden con el avistamiento de un fantasma o ser horroroso, así que no se preocupen, si esto les llega a suceder, nos le pasara nada, es solo una parálisis del sueño, tal vez.

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