Capítulo 3

20 2 3
                                    

Me desperté por los cálidos rayos de sol que se filtraban por mi ventana.

Vale no, la verdad es que me desperté por mi dichosa alarma.

Me levanté y me empecé a vestir cuando de repente me dio por mirar mi calendario.

15 de febrero.

Mi cumpleaños.

En ese momento una sonrisa se plantó en mi cara alegrando mi día por completo.

Fui hacia la cocina en modo Heidi –es decir, dando saltitos– y me senté para comerme el desayuno que había hecho mi padre.

El desayuno eran unas 5 o 6 tortitas caseras con sirope de chocolate, nata y fresas. Es decir, toda una delicatessen.

– Buenos días y felicidades cumpleañera– dijo mi padre depositandome un beso en la mejilla.

– Buenos días papi– le dije en tono infantil.

– Mi pequeña ya es toda una adulta, mirate, parece que fuese ayer que tenias 3 años y te reías cuando te hacia pedorretas en la barriga... Y ahora, ya tienes 18 años y...– dijo melancólico.

– Ya papa, ya– le corté– sabes que por muy mayor que sea nunca me haré mayor– le dije con una sonrisa tierna.

– Ya pero es que...– empezó.

– Papa, ya, dejalo. Bueno me voy que al final voy a llegar tarde– le dije para luego darle un beso, salir por la puerta hasta mi coche y ir al instituto.

Puse la radio a todo volumen cuando salió la canción "She bad" de Cameron Dallas, y la canté lo mas alto que podía, ya que esa canción me encantaba.

Unos minutos y canciones después, ya estaba aparcando el coche.

Al salir vi a mi amada morena corriendo como loca hacia mi gritando.

– FELICIDADES!!!!– gritó mientras corría hacia mi para abrazarme como un koala.

– Gracias– dije devolviéndole él abrazo.

Cuando por fin logre soltarme de ella pude ver a un chico viniendo hacia aquí al que identifiqué como West.

– ¡Aquí esta la cumpleañera, felicidades!– dijo animado.

– Gracias – dije sonriendo.

– Y bueno, ¿que tienes pensado hacer hoy?– dijo Danielle curiosa.

– Pues ir a mis clases, comer, ir a mi castigo y volver a casa... ¿Por que?– pregunté entrecerrando los ojos.

– Por nada– dijo notablemente nerviosa.

– Sabes que mientes fatal, ¿no?– dije con una sonrisa de lado.

– Si yo... Esta bien... ¿Como es que siempre sabes cuando miento?– preguntó fastidiada.

– Fácil. No paras de tocarte las uñas y él pelo– dije, a lo que ella se que pensativa, hasta que reaccionó haciendo una mueca confirmando mi teoría.

– Es verdad– dijo disgustada.

– Lo se, por algo soy tu mejor amiga– dije sacándole una sonrisa.

– La mejor amiga del mundo– dijo para acabar las dos abrazandonos

– Si, todo muy bonito, las mejores amigas y tal, pero yo que vosotras dejaría eso para luego y me iría a clases– dijo West mientras nos enseñaba la hora en su móvil.

– Tienes razón – dije y los tres fuimos a nuestra clase.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Espia Por SorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora