Capítulo 2

26 2 1
                                    

Al llegar a casa, aparqué en el garaje y deje las llaves en el cuelga llaves -no se como se llama ese aparato, pero ya sabéis a lo que me refiero-

Fui hasta el salón y me puse a ver Netflix, ya que mi padre no estaba -su trabajo de abogado hace que esté prácticamente todo el día desaparecido- y no tengo deberes -obvio que tengo, solo que no me gusta hacerlos y no los hago xd-

Miré la hora. 4:40 pm. Hora de ponerse en marcha.

Dejé mi amado Netflix y me vestí con ropa cómoda para limpiar -leggins negros, camisa de 3/4 de estampado de galaxia y Adidas Superstar negras con rayas blancas.

4:45 pm. Mierda, me he de dar prisa.

Cogí unas oreos y las llaves del coche y me fui hasta el instituto.

5:03 pm. Bueno, ¿tampoco he llegado tan tarde después de todo, no?

- Señorita, mañana como no llegue a las 5 en punto, duplicaré su castigo- dijo notablemente molesto.

- ¡Pero si sólo han sido 3 minutos!- dije sorprendida.

- Igualmente no es en punto, así que espero que no se repita- dijo enfadado.

- Vale- dije molesta mientras me dirigía al interior del instituto donde se encontraba Kian empezando a limpiar.

- Yo estaré en mi despacho, así que espero que no haya ningún problema, o de lo contrario habrá doble castigo- amenazó señalándonos con su dedo índice.

- De acuerdo- dijimos a la vez. Después de contestar al director, se fue.

- Bueno, pues, manos a la obra, ¿no?- dijo Kian con su típica sonrisa de playboy.

- Lo que sea- respondí con una mueca de asco y ignorándolo. A lo que el respondió con una risa burlona.

Kian Mellark es alto y musculoso, de pelo y ojos café y tez morena. La verdad es que he de admitir que es bastante atractivo, aunque nunca lo admitiré en voz alta.

- Ya se que soy muy guapo, pero si me miras tanto vas a acabar desgastándome- dijo con una sonrisa ladeada.

Desperté de mis pensamientos gracias a lo que dijo ganándose una mala mirada de mi parte mientras le enseñaba mi hermoso dedo corazón.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Pasó 1 hora y por fin acabamos de limpiar el campus.

No veas como cuesta sacar la pintura del césped

Recogimos los trastos de la limpieza y empezamos a limpiar la cafetería -ya que teniamos que limpiar todo-

- Bueno y... ¿por que te castigaron?- dijo rompiendo el silencio que había.

- Por hacerle una broma a las porristas- conteste aburrida.

- ¿Que broma?- preguntó ¿curioso?

- Tirarles globos llenos de pintura mientras entrenaban- conteste riendo mientras me acordaba de la broma.

- ¿¡Fuiste tu!?- preguntó asombrado- Por que gracias a ti nos saltamos el entrenamiento, ya que el campo estaba manchado y no podíamos jugar– dijo con cara de fastidio.

- ¿Enserio? Bueno, lo siento por vosotros, pero igualmente lo volvería a hacer- dije con una sonrisa.

- Tranquila, si en verdad nos salvaste de dar 10 vueltas al campo como castigo- dijo sonriendo de lado.

Espia Por SorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora