Anónimos

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Jugueteando con mis llaves entre mis dedos apunto de guardarlas, la cartera sobre mi hombro y entera plenitud, realizo, ¿sabes? de una vez

Sería fantástico que le avisaran a toda esa gente anónima, que si entran a mi vida y se van, yo voy a estar bien.
Que no están autorizados para investigarme, clasificarme y al final decidir si valgo o no.
Deben informarles, si no es así lo hago yo, que ese trabajo es mío, me corresponde a mí.
Debo decirles, con ésta voz autoritaria, tan bien como lo hago yo, con mi ceja levantada, y moviéndome de acuerdo a como mi actitud lo sienta, que no soy mercancía en vitrina, ni parte de un buffet para su deleite.
Que no soy temporal, que soy yo mi tiempo completo y eso es sagrado.
Que puedo jugar pero no soy el juego.
Que he desarrollado demasiado mi autosuficiencia, y que ese fue mi aliento cuando todos, ¡todos! intentaron destruirme.
A todos esos que no les pondré nombre, más que anónimos.
Espero estén conscientes de que estoy completa, de que antes de que llegaran ya tenía lo necesario, de que mi luz siempre estuvo encendida y de que sólo debía usarla, debo, estoy, y voy a usar.
¡Esa luz que no tienen la autoridad de apagar!
Todos esos regalos los tengo impregnados, como saber leer, como el idioma, como un lunar, es toda mi alma, es mi ser.
Porque ese poder sólo es mío, y renuncio a él.
No me completaste, no me completabas, no eres mi mitad en nada, no eres ni serás lo mejor en mí.
Lo mejor en mí, esta muy dentro de mí.
Ustedes, signos de interrogación, mi mundo es muy mío, así como lo coloreo yo, entendí que es mucho más bonito, no necesito de su percepción.

Lo que estoy diciendo es que, no es mi problema tu corrompido punto de vista; en mi real realismo yo soy realista. Y de hecho, tiene mucho sentido.

Me elijo a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora