Sí, mi Comandante

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El sr Monedero (alias cartera), se despertó de madrugada con la misma sensación de muchas veces. Cansado, dolido, medio excitado... Era lo que tenía una noche de sadomasoquismo, vamos. Y por supuesto, no estaba solo. Se giró y vio a su Líder, a su dirigente, a su Comandante. Notó ese escozor en la espalda, que le dolía y excitaba.

-Otra vez no... Hugo, por favor....

+ ¿Queee? Pero si te encanta cariño. Ya sabeh como me llaman. 'El Arañero de Sabaneta' (esto es totalmente cierto, está en Wikipedia). Será por algo, ¿no?

-No, si ya... Llevo sufriéndolo años. Y siempre a su servicio, mi Comandante Chávez.

+ Siempre a mi servisio, sí. Siempre fui tu líder en lo político y tu amo en el sexo. Láhtima que tuviera que fingir mi muerte y vernoh a escondidah. MALDITOH EHTADOH UNIDOH DE AMÉRICA, ¡VIVA LA REVOLUSIÓN BOLIVARIANA!

-¡ASÍ SE HABLA MI COMANDANTE! Joder, es que como me pones. Bueno venga, vámonos a dormir. Tengo MUCHO sueño.

El expresidente/exdictador de Venesuela se dio la vuelta y se quedó dormido al momento. Pero Juanki, por supuesto que no. En realidad él hacía tiempo que no dormía bien, y es que algo le rondaba la cabeza. O más bien, el corazón. Sacó su móvil y buscó la foto de quien en realidad era su amado. Un suspiro y una sensación de alegría invadieron su cuerpo. Ahí estaba él, con traje y corbata, como siempre. Ojos marrones y pelo del mismo color. Una boca que estaba deseando que entrara su dosis de fuet diaria. Sí, era él, del que se sabía que su primo había mantenido una dictadura en España desde 1923 hasta 1930. No podía permitírselo, ni perdonarse a sí mismo. Ese sentimiento le estaba matando por dentro, y le había arruinado su carrera política. Albert estaba con Pablo, y esto Juanki no podía soportarlo. Por eso se fue de Podemos, por eso empezó a criticar tanto a Pablo, le había cogido tirria, rabia, por quitarle a su amado. Por eso se reunía ahora tan a menudo con el liberador de Venesuela y mantener sadomasoquismo, para castigarse. Para castigarse con sus latigazos, con sus mordidas, con sus embestidas. No podía enamorarse de alguien de derechas. Por Marx, ¡eso jamás! Pero por muchas sucias órdenes que recibiera o muchos arañazos que sufriera, el señor utensilio para guardar monedas no se olvidaba del llamado fuetman. Y ya no aguantaba más. Ya estaba harto de tener que resignarse, de llorar, de no poder vivir su amor. Iba a ir a por él. Pero DE VERDAD. Estaba dispuesto a enamorarle. Si no funcionaba por las buenas... sería por las malas. Quería enseñarle todo lo que Hugo le enseñó a él, quería hacerle sufrir, pero también quería hacerle feliz. Le amaba, y al fin y al cabo, sólo quería verle sonreír. Pero no sabía cómo hacerlo, la relación entre ahora su enemigo número 1 y su amado estaba muy consolidada. A pesar de los debates, de los roces entre sus partidos, de las continuas disputas, la relación iba como el ciudadano examigo de Franco, Juan Carlos: a pesar de las múltiples caídas, siempre se levanta.

Pensó entonces cómo arrebatar a coleta morada su amado. Pero, ¿estaba dispuesto a hacerlo? , ¿Iba a destrozar la vida de hasta ahora su amigo? Y es que habían pasado muchos momentos maravillosos juntos: habían fundado un partido político, habían extendido la revolución bolivariana por el país, habían mantenido encuentros tórridos y apasionados... Esas experiencias que tienen los grandes amigos. Pero el amor que sentía por el catalán de Cataluña era muy grande, y no lo podía evitar. Y se le he ocurrió una idea para separar a los dos tortolitos, justo cuando el Comandante se había despertado.

+ Mi Comandante...

-Sí, mi siervo.

+ Verás, necesito tu ayuda...

-Juan Carloh... ¿ya quiereh máh bolívareh? Cómo derrocháih loh podemitah.

+ No, esta vez no es dinero. Aunque no me vendría mal para comprarme más chalecos y poder hacer más lobotomías al pueblo español para que se unan a la Revolusión Bolivariana... En realidad necesito que le digas a Maduro que la lie parda. Quiero que se le vaya la pinza. Quiero que no pare de hablar y por lo tanto salga en el telediario español todos los días.

Aunque al golpista de Chávez le pareció un poco - Ah no perdón, que ese es el otro.-  Aunque al etarra de Chávez (ahora sí) le pareció un poco rara esa petición, asintió con la cabeza inmediatamente. Llamó a Maduro y le pidió que hiciera lo que el hombre con el que estaba en su cama había dicho. JC sonrió maléficamente y pensó: 'perfecto'.

-Bueno... Ahora nesesito que me devuelvah el favor... ya tu sabeh... - dijo con una sonrisa picarona el venezolano.

+ Si... mi Comandante. Ya me pongo a cuatro patas, ya.

Chávez puso una cara como la del emoticono de la luna pervertida del whatsapp y sacó su largo látigo. Después, un látigo digno del de Indiana Jones (este de verdad, pero menos efectivo) y empezó a azotar al fundador de casi Podemos.

+ DIME QUIÉN ES TU AMO. DIME QUIÉN ES TU JEFE. DIME QUIÉN ES TU LÍDER Y SEÑOR.

-TÚ MI COMANDANTE CHÁVEZ. SIEMPRE TÚ, Y JAMÁS HABAAAAAAAAAAAAHHH -ese latigazo le dolió demasiado-.

+ ¿ACASO TE HE DADO PERMISO PARA HABLAR, RATA INMUNDA? CÁLLATE.

El todopoderoso Chávez amordazó al ahora pequeño JuanCarlos (Monedero, no el rey) e introdujo su fusil por la cueva (ya explorada) delprofesor con gafitas. Los gritos de dolor y placer se podían oír desde la calle,y estuvieron así más de 20 minutos. Cuando terminaron y Monedero ya no podíaestar más cansado, empezó a pensar en lo que le venía: mañana empezaría su planpara tener a Albert Rivera en su cama.    

Yo sí quiero a VenezuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora