HyukJae guió a DongHae por el vacío pasillo, señalándole una banca de madera atornillada al piso con pernos oxidados. Todo el artilugio inclinado peligrosamente, amenazando con cortar a cualquiera que se sentara ahí.
DongHae se sentó de cualquier manera, sus dedos pegados a la madera astillada. Él no quería imaginar la combinación de fluidos corporales que causarían la pegajosidad bajo su piel. Vio a HyukJae alejarse, sorprendido de que no hubiera más pavoneo en su andar. El bastardo había obtenido lo que quería, ¿no era así?
Los labios de DongHae hormigueaban, la punta de los dedos de sus manos y pies entumecidos. No quería desmayarse; parte por orgullo, parte porque no confiaba en que HyukJae lo recogiera del suelo. Intentó poner la cabeza entre las rodillas y tomar profundos respiros pero su costado gritó demasiado como para permitirle cualquier tipo de movimiento.
No es solo el corte lo que te esta mareando. Es el pensamiento de en cuantas piezas, Kim, va a cortarte cuando se entere de lo que estás haciendo, es lo que te esta enfermando...
El pie de DongHae rebotó contra el suelo, dedos tamborileando un ritmo staccato [1] en la pared. Él nunca había sido bueno para quedarse quieto. O para seguir ordenes. Antes muerto que quedarse sentado en la banca como un perro al que se le había ordenado quedarse. Se levantó sobre piernas tambaleantes, pies pesados como bloques de plomo, y cojeó por el pasillo para buscar a Hyukjae. Si él estaba vendiendo su alma a los Federales, entonces esperaba alguna ayuda de su parte. Aceptar una misión de sentencia de muerte debía de tener algunos beneficios.
Él siguió el sonido de voces cerca de la esquina hacia una pequeña oficina, donde HyukJae y un tipo bajo con un mal peinado estaban en la mitad de una discusión. DongHae tuvo un fugaz pensamiento de desandar sus pasos y salir por la puerta del frente. Pero HyukJae tendría solo que seguir la sangre -la versión de una película de vampiros de Hansel y Gretel-.
—Hey. – DongHae llamó desde el pasillo, su voz inestable—. No estoy inventándolo. Necesito un doctor.
HyukJae volvió la cabeza, pasando sus ojos de arriba abajo a Lee. — Estamos trabajando en eso. – dijo, sus modales ligeramente aburridos, como si DongHae se estuviera quejando de una astilla.
DongHae se inclinó contra la pared, y luego se deslizo hacia abajo sobre su trasero, dejando una brillante raya roja en su camino. Maldición, todo el maldito lugar necesitaba una pintada de cualquier forma. El frio linóleum mordió a través de sus jeans, revolucionando sus temblores a alta velocidad. HyukJae y el tipo bajo estaban dándose el infierno el uno al otro, sus palabras flotando hacia DongHae mientras el volumen aumentaba.
— Necesita puntos. – HyukJae dijo, mordiendo cada palabra.
— No me digas. ¡Intenté decirte eso hace media hora! Llévalo a la sala de emergencias.
— ¿Por qué no puede uno de tus oficiales llevarlo y luego traerlo de regreso aquí?
—Porque, Agente Especial Lee, ustedes los Federales han tomado este caso. Él no es más mi maldito problema. Estás ansioso por el Sr. Lee, hazte cargo de él.
—Cuando ustedes dos terminen de pelearse por mí, estaré justo aquí, desangrándome hasta morir. – DongHae intervino.
Él escuchó el agudo chasquido de pisadas. Vio la cara molesta de HyukJae mientras este cerraba la puerta con un empujón. DongHae descansó la cabeza contra la pared y dejó que sus parpados se cerraran.
—Hey... ¡Hey! – Una ruda mano empujó su hombro, trayéndolo de regreso a la consciencia.
Él abrió los ojos. — ¿Qué? – preguntó a través de una garganta llena de vidrio.
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Tonos Grises [EunHae]
Fanfiction[ADAPTACIÓN] || Esta historia no es mía, yo la adapté a EunHae. Personajes: DongHae y Hyukjae, LeeTeuk, Siwon, Kibum en vista al pasado, Hangeng, mención de Kyuhyun y Sungmin. Género: Drama. Policial. Romance. Homosexual. Advertencias: Lenguaje e...