¿Algún Día Estaremos Juntos? [EDITANDO]

El dia que te conocí.

Aún recuerdo ese día. ¿Cómo pasa el tiempo, no? Fue tan hermoso que cierro los ojos y me adentro  cuando estaba parada ahí con mi mochila y mi uniforme, viendo al enorme instituto para presentar mi grado décimo. Cuando entre habían un montón de estudiantes en todas partes. Nadie quería separarse de sus amigos del año pasado; se volvieron tan preciados en tan poco tiempo, que con tan solo verlos alejarse junto a otro montón sería una pérdida total. El Director empezó a llamar a cada uno de los que hacían parte del primer grado de décimo. Para mi suerte quede en tercer grado de décimo. Todos íbamos en filas. Solo había quedado con 3 niños de mi grado anterior y eran justamente con los que menos hablaba, y aparte quede con mi asesora la profesora de matemáticas. No pues, el mejor año escolar de mi vida.

TODOS, irónicamente se empezaron a sentar con sus compañeros. Como las mesas eran de a dos, tuve que sentarme sola. Deje mi mochila en el piso, saque mi libro favorito y de una vez empecé a leer. Esa señora hablaba y hablaba y yo ahí como una estúpida leyendo. De seguro esa señora ya me tendrá entre ojos y me hará mi estudio imposible era algo inimaginable.

—Por favor, levanten la mano los que repiten año—Dijo la vieja esa, con desprecio total a estos. Cinco personas al menos levantaron la mano. Me fije en uno de ellos. Estaba al frente mío, tenía su celular por fuera, como si le valiera que la vieja se diera cuenta. Al parecer el igual que a mi, no le interesaba nada lo que decía esa señora. Me cae bien... bastante bien diría yo.—, Gracias. Ahora los que son nuevos.

Apenas Timbraron para el recreo, corri para encontrarme con mi mejor amiga; Sofía. No me quedaría un segundo más en ese lugar con tanta mirada mal. A penas la vi me sobresalte puesto que ella estaba hablando con el profesor de artística, uno de los jóvenes de la sede. No dude en acercarme.

—No se te olvide, Sofía.—Dijo apenas me acerqué a ellos.

—Claro que no, profe—Sonrío apenas—. Ademas tengo la tarde libre así que.

—Ya verás, te enseñaré Muchas cosas—Comentó con una sonrisa pícara en su rostro. Por último se fue.

—Aja, si ¿Que vas a hacer con el profesor?—Dije con el seño fruncido, bajandola de la luna.

—Luego te cuento—Dijo guiñandome un ojo. Siendo sincera. Sofía es de esas chicas que le gusta ese tipo de hombres con más edad que ella. Claramente a mi nunca me en ha gustado eso. Que Asco.

—Está bien—Suspire. No es fácil aceptar que tu mejor amiga se acueste con pedofilos. Nunca aceptaré eso.

—¿Cómo te fue en tu nuevo grado?—Preguntó para alegrar el ambiente.

—No conozco a nadie. Aparte estoy tan sola que el niño que se iba a sentar al lado mio, prefirió sentarse al frente para no pasar penas.—Dije con Sarcasmo. Sofía sólo se río y me miró fijo. Entendía porque lo hacía, sabía que algo en mi se había atrapado.

—¿Y que más?

—Hay un chico.

—¿Cómo es?—Con tal sólo preguntarme eso sabía a lo que se refería. Quería averiguar quién era ese ser especial.

—Tiene unos grandes ojos cafés, Una sonrisa hermosa, Es mas alto que yo—Claramente todos van a ser mas altos que yo, mido 1.50, un maldito pitufo—, es flaco, no tiene nalgas... y poco más.

—Ya veo. Típicos gustos tuyos.

—Pero si no me gusta—Chillé y ella solo optó por reír.

—Dije 》Típicos gustos tuyos《 Nunca dije 》Suena a que te gusta《. Oh, espera es una indirecta.

—A veces eres tan estupida, pero así te quiero.—Dije con una sonrisa.

Timbraron para ir a los grados. Tenía tanta pereza de ir, que parecía una tortuga. Vi que todos se conocían y yo, bueno, siempre sola. Me sente en mi lugar. Todos entraron y parecían una manada de elefantes entrando por esa pequeña puerta—De seguro ya viene la vieja—Todos estaban escogiendo un lugar al azar para sentarse. Derrepente un chico se sentó a mi lado. Fue tan extraño que solo lo ignore. No conocía a nadie.

—Disculpa ¿Está vacío?—Preguntó. Me voltie y lo vi.

—Eh...—Me quede en silencio por unos segundos—Si, si esta vacío...

—¡Bien!—Dijo con entusiasmo. Al parecer se acaba de salvar de un regaño por parte de la vieja—¿Cómo te llamas?

—Chiara.

—Lindo nom...—No pudo terminar su frase al escuchar un grito provocado por la vieja.

—¡Apenas si llevan 3 horas de clase y ya son mi curso menos preferido!—Chilló la vieja.

—Pero... señora, si apenas empezamos clases, no le han asignado a que grados más va a dictar.—Hablo seguro un chico del fondo, haciendo que la vieja se enojara mucho más. Todo el salon se torno en silencio.

Mientras la vieja hablaba yo me dedicaba a ver como jugaba, el chico cuyo nombre no se, en su celular. Era tan bueno, que hasta yo una pro-gamer me sentí mal.
No faltaba mucho para que timbraran y yo seguía ahí como una imbécil poniendo atención a todo lo que hacía el tipo ese. Captaba mi atención tan facil. Espero que sus ojos no me cautiven nunca, por favor nunca.

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Llegue a mi casa agotada. Vi a mi madre esperándome en la sala de estar. Estaba tan hermosa como siempre, con una sonrisa y su lunar en la nariz que tanto la caracterizaba.

—¡Hola mami!—Saludé a mi madre, con una enorme sonrisa. Saber que esta mujer me alegra la vida es un buen comienzo de mi día.

—Hola, pollis—Dijo mi madre dándome un beso en la frente. Me dice pollis, porque ella se considera la madre gallina, mis dos hermanos mayores simplemente les dice pollos, a mi por claramente ser la menor soy; Pollis. La adoro tanto.—, ¿Cómo estuvo tu día?

—Bien, mami, bien, comí mucho—Dije con ironía.

—Mi madre se río—Allá esta tu almuerzo ya servido.

—¡Siii!—Grite de la emoción.  Esta mujer me conoce tan bien, hasta tal punto de saber cuanta hambre tengo. Camine casi trotando a la cocina, cogi mi almuerzo, lo puse en la mesa y me lo trague.

Levante la mesa y fui en dirección a mi cuarto que compartía con mi hermana mayor. Claramente ella no estaba, de seguro iría a jugar fútbol. Estaba quedándome dormida cuando escuché mi teléfono vibrar.

—Oye, ¿Me puedes hacer un favor? ¿Me pasas el horario de clases?—Decía el mensaje. Era de alguien desconocido. Pero suponiendo que pedía el horario de clases supuse que era alguien del salón así que no tuve duda alguna de responder.

—Vale—Le envié la imagen borrosa, por culpa de mi estupida cámara—¿Por cierto quien eres?

—Oh, lo siento, no recordé que no pude decirte mi nombre. Soy Alexander él chico con el que estabas sentada.

Mis manos empezaron a temblar.

—¿Cómo conseguiste mi número?

Alexander, no respondió. Me dejo en visto el hijo de... Me calmó. La duda se impregnó en mi que tarde tanto en dormir que Hasta mi madre se preocupo por mi. Solo tenia algo claro, tenia que preguntarle como es que consiguió mi maldito número. O sea, es tan poco posible eso. Mañana le preguntaré, si no me responde se ganará una patada en las hu... en sus partes.

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Hola gente, quería decirles que voy a editar toda la historia ya que cuando la empecé mi escritura no era perfecta y en si no se tenia una idea clara de esta. Pero no se preocupen que nada va a cambiar, solo agregaré más contenido en cada capítulo y que claramente no se quede incompleto el capítulo.

Los amo 💕

(Multimedia; como me imagino los personajes en un futuro.)