Oscuridad

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El cielo estaba nublado, en cualquier momento empezarían a caer gotas de agua en forma de lluvia, y el estruendo de los relámpagos rompería el silencio de aquel lugar. El viento soplaba con furia despeinando aún más sus cabellos. Supongo que ahora ya no importaba nada de eso.

Ella se encontraba a mi lado, apretando fuertemente la herida de mi costado con sus pequeñas manos, las cuales se manchaban de aquel maldito líquido rojo. Sus hombros se alzaban rápidamente por su alterada respiración. Su flequillo tapa su rostro, pero podía ver como se mordía su labio inferior con nerviosismo. Cerré los ojos con tranquilidad, pero su voz...Su dulce voz hizo que los volviera a abrir.

- ¡Eeh! ¡Idiota! Ni se te ocurra morirte...No puedes morir...- Su voz se quebraba pero seguía manteniendo ese tono amenazante tan característico de ella.- Escucha, como se te ocurra morirte... ¡Te juro que encontraré la manera de revivirte y después te mataré con mis propias manos!-


Sonreí un poco, divertido, ante esa advertencia.

-Veo...Que no me conviene morir...¿eh?...-Susurré- Seguro...Que morir en tus manos en cien veces más...Doloroso...-


-Ten por seguro que será así...- Susurró en un tono tan bajo que apenas pude escucharlo.

El primer relámpago sonó fuertemente y su luz iluminó todo el lugar.
Mi cuerpo me dolía como nunca lo había hecho, pero me sentía bien, el dolor era secundario. Ella se encontraba conmigo, su voz y su presencia me calmaban.

-...Renacuja...- Susurré, llamando su atención. Sus ojos se clavaron en los míos, pero sentí algo diferente en su mirada, tenían un brillo extraño, sus ojos estaban llorosos. Pero como siempre su orgullo le impedía liberar esas lágrimas.- Nunca cambiarás ¿verdad?...Siempre serás la misma chica cabezota, orgullosa y enfadica...-


-Y tú serás siempre igual de idiota...- Comentó en voz baja, mientras una pequeña sonrisa asomaba en sus labios, pero esta desapareció a los pocos segundos. - ¡Maldita sangre! ¡Deja de salir! - Gritó enfadada.

-Déjalo...Ya no importa...-

- ¡Si que importa!- Volvió a gritar.

-Hey...- Alcé mi mano y acaricié su mejilla suavemente- Está bien...No pasa nada...- Susurré suavemente. No quería que siguiera esforzándose en vano. Esto ya no tenía solución.
Ella apartó sus manos por fin de mi herida, para luego acariciar la mía con sus delicados dedos. Cerró sus ojos y soltó un largo suspiro.

-Loki...Tú siempre has estado conmigo...Desde que me conociste...Incluso cuando yo quería echarte a patadas de mi lado...- Yo solté un pequeña risa, recordando aquellos momentos, y ella me imitó para luego abrir lentamente sus ojos y mirarme de reojo- Yo siempre...Te he insultado...Y aquí la única idiota soy yo...-


Mis ojos se habrían abierto ojiplaticos si no fuera por el cansancio que me lo impedía, y se hubieran abierto aun más al ver como de sus ojos resbalaban pequeñas gotas de agua salada que bajaban por sus mejillas y se perdían en mi mano. Parecía una niña pequeña e indefensa. Nunca la había visto de esa manera...Tal y como verdaderamente es ella en el fondo... 

-Es...Es la primera vez que te veo llorar...-

Las nubes parecían que querían imitarla, ya que había comenzado a llover, empapándonos completamente.

Mi dedo pulgar acarició sus finos labios, ahora coloreados levemente de azul por el frío que estaba sintiendo. Sus ojos se clavaron en mí, mostraban sentimientos que nunca creí que vería en ella. Dejé escapar un suspiro cansado. Ella apartó mi mano de su mejilla y entrelazó sus dedos con los míos. Se acercó a mi rostro mientras apartaba el flequillo de su rostro. Pegó su frente con la mía, nuestras narices se rozaron mientras nuestras respiraciones se mezclaban. Sonreí, esto me recordaba tanto a nuestro primer beso. La miré a los ojos, perdiéndome en ellos. 

-Por favor...- La escuché susurrar- Por favor...Prométeme que vivirás...Que seguirás incordiándome como siempre...No...No podría vivir sin tus malditas travesuras...Sin ti...-

Por un momento pensé que aquella chica no era mi renacuja, que me la había cambiado o algo; pero ese estúpido pensamiento se esfumó cuando ella puso sus labios sobre los míos. Era la primera vez que ella me besaba a mí.

El tiempo pasó y el aire ya empezaba a faltarnos, pero no quería separarme.

Ella se separó de mí y me susurró unas palabras que llevaba tiempo que quería escuchar con su voz.

-Loki...Te amo...idiota...-


Sonreí. No, nunca cambiaría.

Saqué fuerzas de donde no había, alzándome un poco para poder besarla apasionadamente, ella me correspondió al instante. Me separé al poco tiempo sin yo quererlo, dejando caer por completo mi cuerpo al suelo, con los ojos cerrados. Lo único que sentía era su fría mano en mi mejilla, y lo único que escuchaba era su voz nombrándome...Luego, ya no había nada más...Solo oscuridad 

Estúpido BambiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora