¿Cómo?

8 2 4
                                    

Me siento tranquilamente con Abby, Lena, Eric y Nate en un banco, con mi bocadillo de media mañana y escucho atentamente sus conversaciones. Están entretenidas, hay que admitirlo. Mientras que les observo pienso en el lío que tienen montado. A ver si me explico. Lena quiere a Eric y él también a ella, hasta ahí no hay problema, eso ya estaba aclarado. Lo que pasa es que Abby está por Ray, pero resulta que este tiene un gran secreto, aunque en los tiempos que corren a la sociedad, eso le da igual. Es gay. Y quiere a Nate, y por si no fuese poco, a este le gusta Abby.

Ahora id y reíros de los triángulos amorosos, esto si es uno de verdad.

Que yo sea la única persona que sabe esto, no es muy consolador. Todo el mundo siempre ha sentido algo por alguien en algún momento de su vida. Yo no. A lo mejor es porque no he encontrado a la persona indicada. 

Además ya han cambiado de tema de conversación, en vez de seguir hablando de lo que odian al profesor de Biología, han pasado a comentar las rarezas de Jason. Por que no hablaba con nadie, se sentaba solo y no intentaba hacer amigos..., luego empiezan con los cotilleos en plan: es mono, ¿habrá tenido novia antes? Los chicos en ese instante ponen una cara de asco que más bien da risa. ¿Vivirá con el profesor?,etc. No me siento nada cómoda con este tema. Yo sigo con mi bocadillo tranquilamente. Hasta que de repente Lena, que está de pié en frente mía, deja de hablar y mira al frente con una expresión entre burlona y de sorpresa.

- Hola, Jason- comienza a decirle al chico, que se dirige hacia nuestro banco.

"No puede ser posible" pienso para mis adentros. Todos nos giramos en su dirección.

Como siempre el tiene una cara más bien seria. Nos mira a todos y luego continua hablando.

-Buenas, solo quiero pasarme a saludar, y robaros a Eleanor un momento-.

La primera persona que se sorprende soy yo. Los demás tienen una cara atónita, pero nada comparable a la mía. Me levanto de el banco, aún con el bocadillo en la mano y voy con él junto a un árbol de los pocos que hay en el patio. Tengo ganas de preguntarle aquello que me molesta sobre él, pero no quiero que se entere de lo que soy capaz.

- Lo sé- dice seguro de si mismo.

-¿El qué?- estoy confusa.

-Todo- su voz es como un jarro de agua fría.

-¿Todo, sobre qué?- la curiosidad me puede, porque de otro modo lo puedo dejar allí plantado.

-Sobre tu vida- su cara en estos momentos me da miedo.

-¿Qué?- digo con mi mejor voz de "¿Estás de coña no?"- ¿Como vas a saber tú algo sobre mi vida si nos conocemos desde ayer por la mañana?-.

Me sostiene la mirada durante unos diez segundos y se marcha, dejándome a mi sola, con miedo y un millar de preguntas que rondan mi cabeza.



¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora