Tras la muerte de alguien cercano, pienso en la muerte como algo que no se sabe lo que es hasta que verdaderamente lo sufres en tu piel, o en una persona muy significativa para ti.
Pero, ¿y si dejamos la muerte a la que todo el mundo se refiere, y pensamos en una muerte más espiritual?
Es decir, no morir como todos se piensas, si no morir, en el sentido que estás muerta, pero en el exterior te ven llena de vida.
Esa jodida muerte que se siente cuando te autolesionas, cuando lees sin cesar las conversaciones con esa persona a la que ya, poco le importas; esa muerte que sientes cuando ésta misma persona te cuenta lo bien que le va ahora su vida sin ti, esa puta jodida muerte que se siente, cuando te vienen a la mente, los viejos recuerdos tan perfectos.
¿Ya sabes a lo que me refiero?
Lo peor de esto, es que, la única regla que hay, es no contárselo a nadie. ¿El por qué? Si cuentas lo que sientes a nadie le va a importar una puta mierda lo que te pase, tus sentimientos, tus inquietudes, nada. Y, sinceramente, esa es una de las peores muertes, saber que alguien a quien amas, no le importa una puta mierda nada de ti. Desde luego no puede existir peor muerte. Una muerte silenciosa.
Siento que hayas tenido que leer esta mierda, pero tenía que desahogarme.
