Libertad soñada

Capítulo II: Deep Web

— ¿Qué es este lugar?, ¿que se supone que están haciendo conmigo? — Reclamó el joven el cual estaba atado y metido en la maletera de un vehículo mientras le vendaban los ojos. — No deberían estar haciéndome esto, liberenme ya.

—Bien, entonces serian treinta mil dolares, ¿le parece bien? — Los hombres ignoraban todo comentario que hacía el muchacho.

—¡Ja!, no me jodas tío, no es ni la mitad de lo acordado.

—No pienso pagarle ni un dólar mas.

—Entonces, ¡ni pienses en llevarte a la basura calva, me costo mucho...! — ¡Boom!, una fuerte explosión o quizás un disparo detuvieron las palabras del hombre, el joven tiene miedo, quiere huir y se escucha un puertazo y unas llaves, el hombre cerró la puerta de la maletera, encendió el motor y arrancó, solo le quedo llorar y lamentarse de su vida, el viaje iba a ser largo, lo sabía, y el joven se echo a dormir.

Ya en la noche se escucharon susurros fuera del auto el cual estaba con el motor apagado, enseguida se volvió a escuchar el sonido de las llaves y se abrió la puerta de la maletera, entonces le echaron un valdazo de agua al joven.

—¡Despierta!, ya amaneció. ¡jaja! —Un hombre le quitó las vendas de los ojos y le desamarró el cuerpo de una soga la cual le estaba haciendo daño, el joven se reincorporaba, se sentía cansado y hambriento, sería un día entero sin comer, sin fuerzas y debilitado, con esfuerzos inútiles trató de salir de la maletera, se encontraba en una cochera sucia y vieja, empolvada por completo, sin embargo había una buena iluminación, en frente de el joven se encontraban cuatro hombres.

El mas cercano a el vehículo era un hombre gordo de baja estatura, a su lado se encontraba un moreno robusto el cual daba un aspecto de medir casi dos metros, detrás de este, se encontraba un sujeto bien vestido, en traje elegante y un frondoso mostacho blanco, y por último un hombre de pelo muy largo, negro, con gafas y un rosario colgando en su cuello, este último se encontraba sentado sin apartar su vista del chico en ningún momento.

—Espero que estés bien. — Dijo el moreno. —Tienes trabajo dentro de ocho días, yo seré tu entrenador, pobre de ti que nos hagas quedar mal, jamás volverás a ver la luz del día. — La mente del chico daba vueltas, no podía procesar nada de lo que le estaba sucediendo.

—Déjeme ir... Prometo no decir nada de ustedes. —Habló con mucho miedo y temor.

—Claro, ¿por que no?, te dejaremos ir pero con una condición, ¡cuando te crezca pelo!, Jaja.

Todos los hombres comenzaron a reír, le dio rabia pero decidió contenerse, ellos eran superior en número y además el estaba debilitado, saldría perdiendo por lo que permaneció en silencio.

—Y, ¿que preguntas haremos hoy por el Onion Chat? — Preguntó el hombre del traje elegante, a lo que el hombre de pelo largo hizo una mueca.

—Preguntemos que hacer con el calvito, después de la pelea, claro está.— Esta vez el que habló fue el hombre gordo de baja estatura — Hay muchas mentes enfermas y retorcidas en todo el Onion Chat.

—... Onion Chat... Pelea... — Fueron las palabras que pronunció el joven antes de mirar al techo — Por favor... Necesito comer...

—Claro. — El hombre de traje elegante hizo una mueca a lo que el hombre gordo se marchó.

—¿Cómo te llamas? —Preguntó el hombre robusto.

— Yo... No recuerdo... — El joven se toco la cabeza. — Necesito recordar... —El hombre de la cabellera negra rió.

-Bueno, la verdad es que no es de mucha importancia - dijo el hombre gordo de baja estatura, el cual volvía con un plato de losa con unas verduras: Tomate, lechuga, zanahoria y pepino; toda una ensalada de verduras, detrás del hombre gordo avanzaba una muchacha de tes blanca con dos lunares en la parte superior izquierda de su boca, de cabello castaño, con una polera negra con la imagen de un conejo blanco, llevaba en su mano un vaso con agua.

-Comida... -El joven sonreía al ver la ensalada.

-Baja del auto, come y alimentate bien, debes de estar sano y fuerte. - Dijo el hombre de cabellera larga.

-Alexandra, cuidarás al muchacho mientras nosotros entramos a la Deep Web, ¿te quedó claro? -la chica asintió mirando al moreno que habló.

El chico empezó a comer desesperadamente y Alexandra le dio el vaso con agua el cual se lo bebió de golpe, el joven quería mas agua y más comida Alexandra se lo dio, los hombres se habían ido dejando a los jóvenes solos, estaban encerrados en la cochera y la cocina, no había un lugar para poder ir, solo estaban los dos solos.

-¿Y dices que no sabes como te llamas?

-No es que no lo sepa, sólo no lo recuerdo.

-Hum... - La chica miro al techo como pensando, el joven solo la miró, permanecieron en un incómodo silencio por un par de minutos - ¡Alfredo!, le diré a mi padre que tu nombre sea Alfredo.

-No soy una mascota para que me pongan nombre.

-Una pregunta, - la chica plantó sus ojos cafés en el joven - ¿tienes idea de que se trata la Deep Web?.

-Deep Web... No, para nada. -respondió el joven con el pensamiento confundido.

-Verás:

"Hace muchísimos años, allá por el siglo XXI aproximadamente, antes de la Sagrada Guerra de la Eternidad, los humanos teníamos prohibidos navegar por la Deep Web, ya que era muy peligroso, por lo que crearon exploradores para que podamos navegar por lugares no tan turbios como la Deep Web, la curiosidad de los humanos llegaba a tal punto que inventaron navegadores para poder entrar a la Deep Web, pero cada persona que entraba era rastreada y juzgada por hacerlo, la mayoría de los humanos ignoraban la existencia de dichosa página, hasta que se creo Tor, un navegador el cual mantenía tu identidad y dirección en secreto con la cual muchos empezaron a entrar a la Deep Web y crear "Foros", creo que eran algo así como sitios destinados a ciertos temas, este sitio se llenó de archivos de todo tipos de parafilia, asesinatos, pornográfia, torturas, mercado negro, sicarios y muchísimas cosas peores, hací nació el famoso Onion Chat, en el cual podías hablar con otros usuarios de los cuales la mayoría eran personas enfermas con mente retorcida, esto siguió por muchísimos años hasta que después de La Sagrada Guerra de la Eternidad, todo internet quedó destruido pero los mas habilidosos hackers restauraron todo lo que pudieron, ahora nadie sabe ya de la existencia de la Deep Web, el Onion Chat se a vuelto a crear con el mismo propósito de hace años."

Y bueno esa es la historia. - Alexandra sonrió, el joven no sabía si reír o llorar.

-Y yo, ¿a donde iré?, ¿para que me quieren?.-Empezó a llorar.

-Ni yo lo se, no puedo asegurarte nada, el otro día trajeron una especie de niño esclavo, no duró muchos días por lo que murió, era mercancía barata. -Esto ultimo lo dijo con un tono de enojo.

-Necesito descansar, estoy agotado Alexandra, dormire aquí en el suelo. -Alexandra no mencionó ni una sola palabra, solo asintió y se quedó mirandolo fijamente a los ojos hasta que se durmió.