El moreno se volteó y lo tomó de la mano, caminó a su habitación mientras con la otra soltaba su cinturón, haciendo pausas para dejar sus tenis en el camino —tengo que estar temprano en el gimnasio mañana —se mordió el labio —no, creo que voy a dejarlo para la tarde, así podemos dormir toda la mañana. —Desprendió su mano mordiéndose la lengua mientras terminaba de desnudarse e iba por el teléfono, tecleando rápidamente.
El rubio no perdió detalle de cada movimiento y de cómo cada prenda lentamente iba abandonando el cuerpo de Sebastian, revelando esa musculatura que, lejos de ser algo delicado, era tan masculino, tan varonil, tan excitante. Su cuerpo no podía evitar reaccionar a esa belleza, sentía cómo su corazón bombeaba más rápido, sus venas se hinchaban, el calor en su abdomen crecía y cierto miembro de su equipo inferior comenzaba a asomar diciendo "presente".
No tardó en imitar a su compañero, deshaciéndose de la ropa y quitándose con cuidado la cadena, dejándola sobre la mesita de noche. Ahora ambos estaban desnudos, camino al baño.
—Listo, debo estar a las tres. —se acercó, le dio un suave beso en los labios y pasó sus dedos por el pecho del rubio tocando el miembro erecto con una caricia fantasmal —si te portas bien, tal vez consigas algo.
Abrió la ducha mientras Chris sacaba las toallas y las colgaba, hacía mucho habían logrado ese nivel de domesticidad que hacía del conocimiento íntimo y la rutina algo adorable. —¿vienes? —le hizo señas con su dedo índice mientras mojaba su cabello recién cortado.
Chris aguantó como campeón el gemido que había querido salir de su garganta ante tal caricia. Respiró profundo tres veces mientras halaba las toallas y las dejaba en su sitio, siguiendo al hombre que lo volvía loco.
—Yo siempre me porto bien — replicó entrando en la ducha, lanzando un suspiro de satisfacción al sentir la tibieza del agua recorrer su cansado cuerpo.
Sebastian arqueó una ceja mirándolo fijamente a través de la suave regadera del agua tibia.
Chris le sonrió y lo atrajo para darle un húmedo beso, dejando que su lengua explorara cada rincón de la dulce boca, como si nunca hubiera estado allí. Sus manos iban acariciando con suavidad los brazos, la espalda, las caderas, los glúteos. Deseaba todo de él, cada pequeño palmo de piel.
Esas grandes manos amasando sus nalgas lo hicieron reír, alejándose un poco —si sigue creciéndome el trasero, podría empezar a hacer twerking.
—¿Qué? — las apretó y volvió a pegarse — jamás... son mías — sonrió acariciándolas de nuevo, subiendo a su cintura — no podría disimular mis celos si lo haces en alguna convención o entrevista — lo giró lentamente, comenzando a enjabonar y masajear su espalda — ¿imaginas cuántas fotos, videos, gifs y similares saldrían? romperías el internet.
La risotada que lanzó lo hizo tragar un poco de agua —oh, se que no soportas que me miren mi trasero, ni siquiera te gusta tomarme desde atrás. Y no me quejo.... Mhhh —abrazó de nuevo al rubio y aprovechó para chupar de pasada uno de los pezones escarlata.
—Un momento, un momento — Chris rió y lo vio fijamente — ¿quién ha dicho que no me gusta tomarte desde atrás?
—¿Ah sí? ¿no dices que quieres ver cómo cambian de color mis ojos? ¿ahora si vas a rasparme las nalgas con esa dura y pesada barba?
El rubio parpadeó un tanto asombrado ante la petición, pero no dudó en asentir sonriendo.
—Me encanta ver tus ojos... se tornan de un turquesa tan peculiar cuando estás por venirte — le dio un suave beso antes de girarlo y hacerle apoyar las manos en los azulejos frente a él — pero puedo hacer el sacrificio de perderme hoy ese espectáculo por complacer todo cuanto quieras — se arrodilló y amasó de nuevo las nalgas frente a él — Seb... tú ordena y yo cumplo... ¿sabes que me tienes no? — y sin decir más, enterró su lengua buscando el cálido y sensible punto entre las carnosas nalgas del moreno.

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Illuminated
أدب نسائيChris pasa el 4 de julio con su familia, pero realmente su corazón sigue en Nueva York con su amante ¿Qué pasa cuando la necesidad de verlo le gana a su sentido común? Sebastian se llevará una grata sorpresa al volver a casa.