Viéndolo dormir a su lado tan plácidamente, le traía una sensación tan reconfortante a sí misma. En un hospital, sobre una camilla, con sus manos entrelazadas apoyadas sobre la nueva vida que estaba por venir.
Ella escuchaba sus latidos de su corazón, apoyada sobre su pecho mientras él respiraba con tanta tranquilidad sobre su oído, alzó la vista observándolo consternada, ¿Cómo de un momento a otro podía cambiar de aptitud tan rápidamente? Ni ella misma lo comprendía, hace tan sólo unas horas se sentía tan confundida, perdida... ¿Qué iba a saber ella que podría traer un bebé? ¡Demonios, era
un jodido bebé! Ni ella misma lo esperaba, después de todo sus presentimientos eran ciertos. Iba a tener un bebé, con el chico que amaba. Su padre lo sabía, su madre lo sabía. Suga lo sabía, Jannet lo sabía. Todos lo sabían, ¿Por qué ella no? ¿Por qué habrían estado esperando tanto para contárselo? Era su propio cuerpo y no se había dado cuenta de los cambios bruscos de su cuerpo, los pechos le pesaban hasta tal punto que parecían prótesis recién colocadas.
No sabía por qué estaba tan sensible últimamente, no sabía nada, sólo que ahora se sentía segura sobre los brazos de Suga, al fin por tanto tiempo podían estar juntos sin tener que preocuparse de las cosas que podrían suceder, de los enemigos que querían hacerle la vida en cuadritos. Nada de eso, no más George, no más impedimientos a su felicidad, la felicidad de ambos.
No quería pensar con pesimismo, por lo cuál no quería pensar en el futuro. Algo se podría solucionar, Suga podría trabajar... él era muy inteligente. Ella podía pedirle a su madre un puesto en la empresa de Arquitectura, para ella serlo. Después de todo, no creía poder conseguir algo más. De cierto modo no había nada que le gustara hacer, quizás sonara un poco ilógico pero nunca en la vida había tenido metas más que estar en la universidad más prestigiada de Oxford, y estudiar lo que sus padres quisieran que estudiara. No tenía nada que le gustase más que lo otro, si estudiaba administración de empresas, no le interesaba. Sólo quería ser alguien en la vida, tener un propósito, ser feliz. Y la felicidad no estaba a cuestas sobre una universidad, su felicidad estaba a su lado. Abrazándola, con su mano suave sobre su vientre. Una nueva vida estaría por venir, y ella sí sería alguien en la vida. Sería madre, sería responsable de tener su propia familia.
De acuerdo, eso era aterrador. De tan sólo pensar de que sólo hace unos cuántos días ella se encontraba rodeada de pulseras y tobilleras electrónicas, le causaba escalofríos. La pregunta que no para de merodear por su mente, era ¿Cómo pudo haber sobrevivido? La corriente se
dispersaba por todo lo interior de su cuerpo, hasta llegar directamente al cerebro y a los latidos de su corazón, paralizándolo. Millones de escalofríos recorrieron su espina dorsal, aún podía recordar el miedo de la primera vez, la adrenalina recorrerle cuando había conectado sus ojos con los de Suga la primera vez, la sensación colérica al querer explotar los sesos de George, la humillación y el propio dolor por haber sido abusada de una manera tan... asquerosa.
Cerró sus ojos, no pensaré en ello, determinó mentalmente abrazando con mucha más fuerza a Suga, y vio como unas vendas blancas cubrían ambas de sus muñecas. Abrió sus ojos sorprendida, ¿Qué... le había pasado?
La primera vez que se había aparecido con flores en la habitación, no las llevaba. Suspiró haciendo sus ojos para arriba, y eso hizo que un fuerte mareo la sacudiera.
Hipó, y sintió como un líquido ácido ascendía hasta llegar a su garganta. Se sentó de golpe, haciendo que Suga abriera sus ojos sorprendido ante la fuerza de su cuerpo moverse.
—Suga... —dijo pálida—. Quiero vomitar.
Sus mejillas estaban infladas ante tratar de que el líquido no cayese de su boca.
Él se colocó de píe esparciéndose los cabellos con una mano.
—Bien, creo que ...
No terminó por decir nada cuanto Tn_ se colocó de píe agresivamente y fue directo hacia la cabina que estaba en su habitación y explotó. Y lo hizo una y otra vez, Suga atinó a tomarle el cabello para que no se mezclaran con su vómito.
—¡No mires! —exclamó enfadada, y volvió a vomitar, tosiendo con fuerza. Suga giró sus ojos,
y cuando ella acabó, se colocó de píe—. Soy un asco.
Se observó en el espejo, nunca en la vida se había sentido tan feísima como ahora, se sentía sucia, y le daba vergüenza que él la mirara en aquél estado.
—No eres un asco ... —susurró incómodo, era un poco extraño verla insegura, no sabía que hacer—. Sólo estás desaliñada. —asintió como si tuviera razón, ella le observó ofendida.
—¡Gracias Suga! —se lavó la boca con agua, y la escupió—. Sólo quiero regresar a casa. Estoy aburrida de esta ciudad. ¡Y tengo hambre!
Gruñó, y él inevitablemente lo hizo.
—Creo que lo único que odiaré de tu embarazo es que estarás gruñéndome las veinticuatro horas al día. Reclamando todavía mas de lo que hacías antes. —se sentó sobre la cama y suspiró.
—¡Yo no reclamo siempre! —chilló ofendida, y se acostó sobre la cama.
—Lo estás haciendo ahora.
—No estoy reclamando, sólo estoy tratando de convencerte de que no lo hago.
—De acuerdo, de acuerdo. —graznó y se acostó a su lado—. Sólo vuelve a dormir.
Los acobijó a ambos y pasó una mano por su estómago atraiéndola hacia él—. Descansa
Tn_ no dijo nada, sólo giró sus ojos porque presentía que él sólo ponía de pretexto que durmieran para no oírla más.
Hubiera reclamado si no estuviera tan cansada como ahora, cerró sus ojos y durmió con más tranquilidad.
A la mañana siguiente, fue despertada por el doctor, y ella preguntó por Suga y le dijo que había ido a la cafetería para comprar algo para desayunar, comenzó a cuestionarla con millones de preguntas de cómo se sentía, si estaba mejor que ayer y blablablá. Ella sólo se dedicaba a sentir con la cabeza, porque realmente sentía que estaba bien. Él dijo que sería sometida a unos cuántos exámenes cardíacos y podría salir libre, pero primero harían unas cuantas pruebas del embarazo para comprobar la salud de ambos, y que la primera consulta sería demasiado larga.
Las enfermeras le trajeron el desayuno a las 9a.m, fueron claras de huevo y pan con yogurth. Mientras comenzaban a explicarle que desde ese momento las cosas cambiarían, ya que debía de consumir nutrientes para que el bebé fuera desarrollándose fuerte y sano. A pesar de que quería tostadas con jugo de naranja, no objetó, no si la salud de su nuevo hijo estaba primero.
Cada vez que se repetía mentalmente, mi bebé, se emocionaba tanto que quería saltar por toda la habitación como un acróbata listo para dar piruetas.
A las 9:30a.m estaba extrañando a Suga, y se preguntó que estaba haciendo que ya no volvía.
A las 10:13a.m su padre apareció con orquídeas, extendiéndoselas y besándole la frente.
—¿Como te sientes?
—Sólo extraña, pero muy emocionada... —había susurrado mientras asentía con la cabeza, charlaron por más de veinte minutos hasta que apareció Jannet, ambos estuvieron conversándole de diversos temas. Jannet a pesar de la pizca de tristeza que ocupaban sus ojos verdes, lo otro era pura felicidad y alivio. ¿Quién no? Al fin podría descansar de aquél monstruo, papá le comentó que su madre, y Sammy estaban ansiosos por verla, que la extrañaban muchísimo y no sabían la angustia que ambos tenían por querer abrazarla por durante tanto tiempo fuera. A ella se le llenaron sus ojos de lágrimas al pensar en ellos y una nostalgia tremenda se apoderó de su cuerpo. Pero entonces había aparecido Suga colocándose a su lado, y la había reconfortado con un beso en los labios.
—Hoy será mi primera prueba de embarazo. Estoy nerviosa y ni yo misma sé por qué.
Cuando había susurrado aquello, los ojos de Jannet se llenaron de lágrimas y comenzó a sollozar, Suga, sorprendido le acarició la espalda.
—¿Qué te sucede mamá? —y ella empezó a llorar con más fuerza mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas.
—No puedo creer que seré abuela, no puedo creer que me hayas llamado mamá, cuando la mayoría de las veces me llamas por mi nombre, no puedo creer que estemos a salvo y seremos una familia normal. No puedo creer nada. —sollozó secándose las lágrimas, Suga tragó saliva, y de provecho, el nudo que llevaba sobre su garganta. Le besó la cabeza, y pensó que en todo este tiempo no habría estado aprovechando a su madre cuando tenía el riesgo de perderla como lo hizo con sus hermanos. Quizás ellos los habían dejado, pero una nueva vida venía en camino, reemplazando el lugar de ambos. Y sabía, que, quizás ellos podían estar en un lugar mucho mejor allá arriba.
—Yo tampoco lo puedo creer mamá.
Al mediodía, cuando el doctor dijo que era el momento de comenzar con las pruebas, Suga la acompañó, y estuvo tan feliz de ello. Demonios, lo amaba tanto.
El ginecólogo comenzó preguntándole a qué era alérgica, luego por los antecedentes familiares y personales (algo que ella no entendió, en lo absoluto), las alergias, los medicamentos, historia ginecológica. Luego de una hora de preguntas, comenzó a explorarla para comprobar de que estaba embarazada, tomó su talla, el peso, la tensión arterial y... lo más anhelado de todo.
La hizo recostarse sobre la camilla y cuando iba a desabrochar el camisón de ella, Suga negó con la cabeza apartándolo.
—No creo que quiera hacerlo. —graznó, y sabía perfectamente que ella sentiría miedo si otro hombre
volvía a tocarla. Se dio cuenta de que, si le bajaba el camisón hasta el ombligo, se le verían sus senos, pero si se lo subía se le vería su feminidad. Tn_ le pidió ayuda con la mirada, él giró sus ojos y se quitó la camiseta para pasársela sobre la cabeza y mientras bajaba el camisón, bajaba su camiseta para que nada incorrecto se le viera. Y listo.
—Tanto drama que hacen sólo para comprobar los latidos del feto... —gruñó el ginecólogo colocándole un líquido sobre su vientre plano, Tn_ en ningún momento soltó la mano de él, Suga estaba tan nervioso como ella. Y ni ambos sabían por qué, si sólo era para sentir los latidos del corazón del bebé.
—No me gusta que le vean sus partes a mí chica. —le acarició la mano, y ella sonrió de lado negando con la cabeza.
El ginecólogo colocó una plancha sobre su vientre moviéndolo para tratar de encontrar su corazón.
Los tres estaban absortos sobre la pantalla.
—¿Cuál es...? —preguntó tratando de observarlo, el doctor se rió.
—Apenas tiene unas semanas Tn_, apenas se está desarrollando. Pero mira, ¿Vez ese círculo pequeño que tiene algo como borroso? —ella asiente con sus ojos llenos de lágrimas, sus vellos se han colocado de punta y se muerde el labio inferior con fuerza, no puede creer realmente que va a tener un bebé. No puede creer que tiene una vida dentro de su útero.
Suga se mantuvo en silencio, su boca firme en una línea recta observando con emoción sobre la pantalla.
No puede creerlo, ¡Es su hijo!
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Dark innocence. [2da Temporada Dark Sides]
RandomCuando Min Yoon Gi desaparece de la faz de la tierra, dejando siquiera una remota huella de que estuvo en Fort Worth, Tn_ Gilbert se propone salir hacia adelante dejando atrás el pasado melodramático y catastrófico, y cuando estuvo a punto de hacerl...