"Sálvame" LevixEren 'Riren' (Yaoi Mpreg)

Rescate

Rivaille estaba preparado, el sabía muy bien que el cometido que quería lograr convocaría muchos problemas y líos. Pero aún así no dudó, su mente determinaba sólo una cosa: salvar a Eren.

Ahora lo que debía de hacer era idear un buen plan, estar preparado, nadie debía sospechar, nadie se debía entrometer, todo debía ser perfecto. Aunque luego que descubrieran la locura que cometería le llamaran traidor, no le importaría, nada le importaría luego de tener a Eren entre sus brazos, a salvo y feliz.
.

.

.

Luego de haber convencido al Capitán, Armin partió rumbo al Distrito Orvud. Debía darle la gran noticia al desamparado Eren, alegrar aunque sea sólo un momento de la miserable vida que llevaba el castaño, despertar en su corazón una esperanza que lo motive a seguir, que le ayude a levantar del pozo de tristeza en donde está sumergido.

Por la madrugada se aventó al Distrito Orvud, como era de esperarse, todas las luces de la hacienda estaban apagadas. Por su suerte Rotbell y Kennedy no se encontraban ya que todos los lunes se iban a tomar a unas cantinas del Distrito.
Sin hacer mucho ruido pero a paso acelerado corrió por entre los pasillos, llegó a la habitación de Eren y sin golpear antes abrió la puerta de un solo tirón asustando al castaño y sorprendiéndolo justo en un acto: Eren cortaba sus venas.

—¡Eren! ¿Qué haces? — Armin se aproximó al castaño que estaba llorando y desangrándose. Tomó sus muñecas. —No debes lastimarte más. — cogió la navaja y como la ventana estaba abierta la lanzó muy lejos del alcance de Eren.

Eren no emitió movimiento, sólo le observó con ojos tristes y agónicos. Armin supo que algo sucedía, pero su garganta no le permitía emitir palabras, contarle la gran noticia era lo único que deseaba, pero al verlo, en una manera tan infeliz un raro sentimiento se lo impidió.

—Amigo. ¿Qué sucede? — preguntó temiendo ante la respuesta.

—... — Eren no transmitió palabras, sólo se quedó quieto mirando un punto inexistente.

—Vamos Eren. —tomó la mano lacia del castaño.

—Armin... ¿Porqué todo me pasa a mi? — logró responder luego de unos segundos, sus bellos ojos esmeralda se nublaban por la cantidad de gotas que derramaban. —¿Porqué a mi? Te juro Armin que yo jamás lastimé a alguien... es más, sólo yo fui el lastimado. ¿Y porqué todo lo malo me sucede a mi? —llevó sus manos a su rostro llorando incontroladamente.
—N-no puedo borrar lo que me hicieron... Y peor aún me siento asqueroso, me odio, me odio. Me doy asco.

Armin sólo le abrazo estático. Presintió algo malo. —¿Qué es amigo? Cuentame. Puedes confiar en mí. —agregó entre un leve llanto.

—Estoy... enfermo. ¡Tengo tuberculosis! Ayer me lo detectaron, cuando tú no estabas, el Sr. Rotbell se enojó mucho y dijo que debo darle un hijo si o si antes de mi muerte.— gritó e inmediatamente se hizo presente una tos ensangrentada que dejó perplejo al joven rubio.

—¡Ay no! Dios porque. — Armin le abrazo más fuerte, los dos jóvenes lloraban sin detenerse. —A-amigo ¿Pero de veras morirás?

—Si... — a penas logró responder el castaño, estaba completamente destruido.

—Amigo, fui al Distrito Trost. Hablé con el capitán, el dijo que te va a salvar, que te va a resca... — no logró concluir puesto que Eren le interrumpió.

—Eso es una mentira, la peor mentira que habré escuchado. Ahora por favor Armin, vete de mi habitación, que debo prepararme para la violación que me dará Rotbell cuando llegue. — con sus ojos muertos saco un nuevo cortaplumas en el cajón del único mueble que tenía en su habitación. Preparó su muñeca y cuando estaba a punto de lastimarse Armin le presentó el sobre arrugado que Rivaille le había mandado.