Cap 8 "La Rubia"

32 6 4
                                    

—¿Tu lo estás?

—No estamos hablando de mi Baby, no juntes las cosas—dijo frustrado y empezando a conducir.

Se podría cortar la tensión que había dentro del vehículo, si no hubiese estado en movimiento hubiera salido corriendo. Llegamos en silencio a mi casa ninguno de los dos dijo nada, solo me baje del auto y él hizo lo mismo.

—¿A dónde vas?—le pregunte sin mirarlo.

—Tenemos que hablar ¿no?—dijo y yo solo asentí y seguí mi camino.

Cuando abrí la puerta, un olor invadió mi olfato, me dirijo hacia la cocina de dónde proviene ignorando completamente a Brad, quien se sienta en unos de los sofás de la sala, cuando llegó a la cocina, me acuerdo que haba olvidado algo.

—¡Mamá!—grite con sorpresa.

—Si, Baby olvidaste que llegaba, ¡que hija me gasto!—dijo adivinando mis pensamientos.

—Te extrañe—le digo abrazandola, sólo fue un día pero en serio los extrañé—¿dónde está Papa?

—Está arriba—en eso entra Brad a la cocina y saluda a mi madre, ella muy feliz corresponde a su saludo (sí, mi madre adora a Brad), los dejé solos y subí a saludar a mi padre.

Cuando baje divisé a Brad sentado con el cel en mano, estaba chateando o eso parecía, se veía muy emocionado ¿con quién estaría hablando? Esfume esos pensamientos de mi mente cuando él me vio y guardo el celular, me senté a su lado guardando distancia.

—No quiero que vuelvas hablar con Mark—dijo muy serio.

—Esto es absurdo Brad, solo estábamos almorzando, ni que hubiésemos salido, ni siquiera estábamos solos.

—no es absurdo, él es tu ex.

—¿Qué hay de la rubia? - dije y notó que se puso un poco nervioso.

—Te quiero a ti—dijo después de un rato y me besó.

Al principio quise resistirme ¿por qué se puso nervioso cuando le pregunté por la rubia? ¿Por qué no solo dijo que no estaba con ella? A lo mejor estoy un poco paranoica, me dije y me dispuse a disfrutar de esos labios que me tenían loca.

*******×***

Brad, pasó toda la tarde en mi casa, le contamos a mis padres, sobre nuestra relación, ellos aceptaron, mi madre celebró de más, (a veces no entiendo por qué Brad le cae tan bien)

Brad trabajaba de noche en un gimnasio, así que se tenía que ir, yo trataba de convencerlo de que me llevara.

—Llévame—le dije por décima vez haciendo un puchero.

—Está bien—dijo rendido, pero si me llaman la aten...

—No lo harán lo juro—lo interrumpi y subí a mi habitación a ponerme ropa de ejercicio, había ido antes, y es genial, grande y lujoso, aprovecharé para hacer ejercicio, no sé para qué, si soy muy delgada, pero un poco de ejercicio no está demás.

Bajé y Brad me esperaba impaciente

—¿Vamos?—le digo con una sonrisa de lo siento por tardarme—el suspira y luego sonríe.

—Vamos—dice y me toma de la mano para salir de mi casa.

Llegamos al gimnasio y Brad se puso su ropa de trabajo que consistía en unas franelas y un pantalón holgado ¡qué ironía! Él era entrenador así que ahora mismo estaba trabajando con dos chicas, no quise molestarlo así que me dispuse a caminar por el gimnasio, mis ganas de hacer ejercicio se esfumaron así que no quise obligar mi cuerpo a nada.

Luego de hora y media de caminar por el gigantesco gimnasio, Y después de rechazar varias invitaciones indecentes de los chicos que entrenaban me dirigí a ver si ya Brad estaba desocupado, lo vi en el mismo sitio pero ya las chicas anteriores se habían ido, en su lugar estaba otra una.... ¿rubia?

Si, era ella la misma rubia pegajosa de la universidad, de tantos gimnasio tiene que venir precisamente a donde trabaja mi novio,.

La ira me invadía pero trate de calmarme, no era de las que hacían escenas, además Brad solo estaba haciendo su trabajo, me di la vuelta antes de que ellos me vieran y me senté en un banquito a esperarlo, aún no terminaba su turno.

"

**foto de la Rubia en multimedia.

El Amor ¿Que Es Eso? (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora