Capitulo 7.

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Harry.

Abro la puerta tan silenciosamente como puedo.

Espero Lucy no se halla asustado al despertar en un lugar completamente desconocido.

¿Que?

¿Acaso estoy preocupado por una chica a la que apenas conozco?.

Mierda. Dejalo ya Styles.

Cuando entro a mi apartamento veo la pequeña figura de Lucy de espaldas a mi con el cabello totalmente desarreglado.

-Veo que te has levantado.

Ella salta ligeramente y me entra la risa.

-No...no yo solo estaba-Dice ella balbuceando, esta chica es un manojo de nervios.

-Ya está- Digo callándola.

Ella solo se pone un mechón detrás de su oreja y mira al suelo.

Ella mira constantemente el suelo como si tuviera algo de que avergonzarse, ella no tiene nada de que apenarse.

Que yo sepa tiene el rostro de una Ángel.

-No mires el suelo, no tienes nada de avergonzarse-Digo duro, no pretendía que sonara así.

Ella levanta la mirada y me observa con ese azul tan maravilloso.

De repente me siento completamente expuesto, como si ella con esos ojos pudiera observar mi alma.

Toso incómodamente.

Me doy cuenta que sigo de pie en él humbral de mi apartamento.

Doy largas zancadas y me sirvo un poco de whisky.

Lo bebo rápidamente y me apoyó en la encimara de la enorme cocina.

¿Qué mierda me está pasando? Tengo que dejarlo.

Exactamente cuando voy a servirme otro trago ella se para con su metro sesenta delante de mí.

-Eh... Solo quería agradecerte por bueno... Ayudarme y Mmm... Dejarme quedarme aquí-Dice ella insegura pero esta vez ahí algo diferente. Ella me está mirando fijamente.

-No hay de qué, no es molestia-Dije mientras observaba casa particularidad de su rostro. Sus pequeñas pecas repartidas en el puente de su nariz  y sus mejillas, sus largas pestañas, sus cejas pobladas y la blancura de su rostro.

Ella tomó una larga respiración y dada un paso para dirigirse al refrigerador.

Observo como abre el refrigerador y frunce el ceño buscando algún alimento en específico.

-¿Qué haces?-Digo confundido siguiéndola con los ojos mientras ella saca un bowl.

-¿Haciendo la cena?-Dice ella como si fuera obvio.

Ahora que me detengo a pensar o he comido absolutamente nada desde hace unas largas horas.

Ella lava unos cuantos tomates y continúa cocinando.

¿porque sigo mirándola como un idiota?.

Tomó otras verduras y las lavo.

Lucy se le transforma el rostro en una mueca de confusión.

-Tu....¿Sabes cocinar?-Dice ella desconcertada.

-Si, se hacerlo y aparte de todo me gusta-Digo confiadamente.

-Wow, de veras no me lo imagine.

-Esa es la razón por la cual no tengo asistenta, me gusta hacerlo.

Ella solo me observa como si le hubiera dicho que soy un dinosaurio.

-Me gusta hacerlo porque me hace mantener los pies en la tierra-Sigo explicándole.

-¿Así que lo haces para intentar ser una persona normal?- Dice ella y de repente desaparece su timidez.

-Bueno... Nunca lo había pensado así pero si, supongo que si-Digo y ella me mira y me lanza una sonrisita.

¡Una sonrisita! Con sus perfectos dientes blancos y ese brillo en los ojos.

Sigue mirándome como si nunca se hubiera imaginado que yo le iba a revelar esa información.

Aún sigue con esa expresión que me hace temblar las rodillas.

Joder, ¿Temblar las rodillas? Esto suena como una puta novela donde el protagonista es un blandengue.

Ella separa su mirada de la mía y me da la espalda.

Su cabello largo cae en su espalda como una cascada y su culo se ve fantástico.

Oh...

Siento como el deseo empieza a crecer.

¡A la mierda!

Me digo internamente y la tomo de la cintura.

****

Lucy.

Me doy la vuelta para apagar la estufa.

No puedo creerme esto de Harry, no me lo espere nunca.

Realmente pensaba que él era de aquellos que tenía una servidumbre enorme que estaba pendiente de él día y noche.

De repente siento unas enormes manos en cada lado de mi cintura.

Me tenso y él me toma y me pone frente a su rostro.

Veo sus ojos salvajes, su mirada lasiva, su cabello rebelde y su mandíbula tensada.

Cuando menos lo espero mis pies se separan del suelo y estoy encima de la encimera.

El se pone en medio de mis piernas y estas se abren automáticamente, como si mi cuerpo supiera reaccionar ante su toque.

Pienso que me va a tomar el trasero o los senos pero me sorprendo cuando pone una de sus manos en mi rostro y lo acaricia lentamente y me observa como si estuviera hipnotizado.

-Eres mágica- Dice el.

¿Mágica? Esperaba otro adjetivo tal como preciosa o guapa.

Yo lo observo y él me devuelve el gesto.

Azul contra verde.

Su mano no ha parado de acariciarme tan suavemente que creo que podría morir aquí, mi corazón va a mil y temo que pueda escucharlo.

El baja la mirada a mis labios y me siento aún más nerviosa.

Yo hago lo mismo y me imagino cómo dos pedazos de carne pueden lucir tan bien y tan deseables.

Sus labios están entreabiertos y me tientan a despojarme de todo sentido común y lanzarme como una desperada por un beso.

El me sorprende plantado un pequeño beso justo en la comisura de mis labios.

Yo cierro los ojos y siento su aliento tan cerca del mío que probablemente si alguien nos viera  pensaría que somos uno solo.

El me planta otro beso en los labios y se separa, suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo.

Cuando pienso que se va a alejar y estuve a punto de abrir los ojos el choca  sus labios con los míos con desesperación.

Dance With the Devil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora