En busca de la felicidad

El mejor papá del mundo

MATT

Hoy era el cumpleaños de los gemelos y la casa estaba toda patas para arriba.
Ethan iba de un lado para otro conteniendo a su hermana que se había ofrecido a preparar todo y yo por mi parte, luego de saber que mi sorpresa ya estaba en casa de mis padres, me dedique a mimar a mis dos bebes en la sala de vídeo.

Alex: yo creo que papá se volverá loco.- estábamos terminando de ver la tercera película del día y ya estaba agotado. (Y eso que apenas eran las 10 de la mañana)

Andy: si exagera, además solo es un cumpleaños no es tan importante.

Matt: como que no es importante, es el cumpleaños de los dos bebes de la casa y se debe celebrar como tal.

Alex: papá nos avergüenzas, ya no somos bebes.

Matt: como no, son mis bebitos que hoy cumplen 14 años.

Andrew: anda ya papá, deja que si no acabarás llorando.- deje de hablar y continuamos con nuestra mañana de películas.

Ethan: ¿Matt puedes venir un momento?- deje las palomitas a un lado y me dirigí hacia Ethan que al parecer no estaba de buen humor.

Matt: ¿qué pasa mi vida? ¿Necesitas que haga algo?

Ethan: los invitados no tardan en llegar y necesito que los chicos se duchen y vistan enseguida.

Matt: ¿tú me odias?- se carcajeó y me besó mientras se iba al salón.

Me arme de valor y entré nuevamente a la sala en donde aún estaban los chicos viendo la película.

Matt: chicos es hora de cambiarse que sus amigos llegaran enseguida.

Me costó media hora y mucha paciencia para que ambos estuvieran listos, pero lo logré.
Luego me preparé yo y bajamos a la sala en donde ya estaban unos de los amigos de los chicos, por lo que no duraron mucho junto a nosotros, ya que en un segundo salieron corriendo al jardín a jugar.

Y así fueron llegando uno a uno, hasta que llegó mi padre y decidí que era el momento de cantar el cumpleaños feliz, ya que mi obsequio no duraría mucho tranquilo en el coche.

Cantamos y luego los chicos comenzaron a abrir los obsequios que sus amigos le habían traído.
Ethan le entregó el suyo que eran dos patinetas, las cuales los gemelos estuvieron pidiendo a gritos desde que salieron al mercado.

Yo por mi parte mientras estaban entretenidos abriendo cada regalo, fui a coche de mi padre a buscar a la cosita más hermosa que había visto en toda vida.
Un cachorro de labrador lloriqueaba mirando por la ventana hasta que me vio y alegro su carita mientras saltaba para alcanzarme.

Matt: eh pequeñito, anda vamos a ver a tus nuevos dueños.- me comenzó a lamer toda la cara en el transcurso del carro a la puerta de entrada.- eres el perrito más lindo que he visto en toda mi vida.

Volví a entrar a la casa y me acerqué a mis hijos con el cachorro escondido.

Matt: ahora chicos viene mi obsequio- cuando saque al lindo perrito de mi suéter las caras de ambos se iluminaron y sonrieron enormemente.

Alex-Andrew: eres el mejor papá del mundo te amamos.- me dieron un beso y un abrazo, para luego ignorarme y tomar al perrito de mis manos.

Además de ellos el resto de invitados se acercó a conocer al nuevo integrante de la familia.
Pero a pesar de toda la alegría, sentía una mirada pegada en mi nuca y no era para nada amistosa.