La besé y me sentí como un drogadicto rompiendo vicio.
Una vez empezaba no podía parar.
Ahora me encuentro con el síndrome de abstinencia.
Y con la esperanza de desengancharme de ella.
Adicción.
La besé y me sentí como un drogadicto rompiendo vicio.
Una vez empezaba no podía parar.
Ahora me encuentro con el síndrome de abstinencia.
Y con la esperanza de desengancharme de ella.