Recuerdo lo mucho que me costó llegar hasta el punto en el que me encontraba.
Ese punto de quererme por encima de todo y todos, ese punto en el que nadie estaba antes que yo, ese donde nada lo veía imposible sólo complicado, ese punto en el me veía capaz de comerme el mundo, me sentía invencible.
Pero dejé de recordar el dolor y todo lo que lleva consigo, todo lo que podía causarlo, olvidé lo que era sentirse derrotada, vacía, no recordaba lo vulnerable que podía llegar a ser ante situaciones y personas.Hasta ahora.
Y ahora no recuerdo como se vuelve al principio, a ese punto.
Sólo espero no olvidarme de mí.