La Decisión |EDITANDO|

Juegos y sorpresas

Capítulo 25

La noche había llegado, oh que bien se sentía el salir otra vez, estaba convencida, esta sería una gran noche, sería mi noche, sería nuestra noche.

Piccolo, ¡oh que más se podía pedir de el!

Recuerdo que después de que él me consolase y me llevará a casa volando, me aterrizó en el patio de la C.C y me había dicho que olvidara el regreso de Vegeta, tomo de mi mano, y yo tomé de la suya, él se había puesto muy nervioso, y claro como no iba a hacerlo si él me había invitado a cenar, me sorprendí mucho, quizás el también, pero terminé aceptando encantada. También recuerdo que cuando él se marchó y yo entré a la corporación, Vegeta me miraba con el entrecejo fruncido, quise no tomarle importancia, pero como no iba a hacerlo, si cuando subí a mi habitación, me encontré con el nuevamente, él se había acomodado aún lado de la cama, esperando a que yo durmiera con el.

Vaya que no iba a hacerlo, tome una manta y envolví a Trunks, después salí para quedarme en la habitación de huéspedes, cuando salí el echo una sonrisa socarrona para mí, parecía que quería jugar, por qué quito la cobija que le cubría y me enseñó el torso, no pude negarlo, me sonroje, él sonrió de lado y fue quitando la cobija aún más, ¡Joder que me estaba enseñando su pelvis!

Salí avergonzada de ahí y cerré la puerta tras de mí, llegue a la habitación de huéspedes y cerré la puerta con seguro, oh que ese Saiyajin va a matarme.

Desperté con Trunks en brazos, había comenzado a llorar y tuve que levantarme a darle de comer, lo cogi en brazos y primero lo bañe, él se tranquilizó y dejó de llorar, aunque se aferraba a mi pecho para que lo alimentará, salí y me encontré con un detalle del cual no me había fijado desde que me desperté, una flor. Una hermosa flor lila se encontraba en el buró de al lado de la cama, sonreí, seguramente sería un regalo de Piccolo.

La cita sería a las 7, cuando aún las nubes están pintadas de naranja y la luna se comienza a hacerse más clara, Vegeta se encontraba entrenando en la cámara de gravedad, así que entre a mi cuarto y tome un vestido, un par de zapatos y mi maquillaje, me arregle rápido y deje dormido a Trunks en la cuna, se lo había encargado a mama por si alguna cosa llegase a pasar.

Él tenía que pasar por mi, pero para evitar problemas dijimos que nos veríamos en el mismo bosque que el día anterior, salí de ahí rápido y con mi cápsula para jet en mano, iba cruzando por el jardín, cuando sentí que alguien me detenía, supuse que era mi madre quien me desearía suerte, pero no. Era Vegeta, era Vegeta con sus manos en mi cintura y aspirando el aroma de mi cuello, ¡oh que se sentía tan bien!

Quise alejarme pero se aferró más a mi, ahora había comenzado a besar lentamente mi cuello ¡Joder que era excitante!

Cuando al fin relajo su agarre, le mire de frente, el también lo hizo y me examino, sabía que él iba a enojarse por mi salida, por qué soltó un gruñido al verme arreglada.

—Vegeta, voy de salida. -dije sin flaquear y mirándolo de frente.

-¿Ah sí? ¿A dónde? -preguntó enojado y con gracia en su voz

—Eso no es de tu incumbencia, así que hazte aún lado. -dije azotando levemente mi tacón contra el suelo.

-¿Con quién saldrás? -preguntó acercándose a mi boca

—Con quien se me de la gana que no seas tú. -dije enfrentándole.

-Es con el Nameku idiota ¿no? O quizás es con la sabandija del amigo de Kakaroto -dijo refiriéndose a Yamcha con sorna.

—Si así fuera, a ti no debe importarte, tú y yo no somos nada -dije comenzando a enfurecer.

-¿Nada eh? ¿Y qué me dices de Trunks?

—El no tiene nada que ver, tú nunca has aclarado nada conmigo, ni siquiera has establecido una relación entre nosotros.

-Eres mi hembra, Bulma. -dijo Vegeta con tono desafiante.

—No, no lo soy, y si quieres hablar, será mejor que lo hagamos después, no tengo tiempo para escucharte.

Me marché de ahí, él me miró expectante y río, ¡Demonios! Sabía bien lo que significaba, sabía que él lo había tomado como un reto.

[...] Llegue caminando al lago y Piccolo ya estaba esperándome ahí sentando sobre un tronco, bueno, eso lo supe por qué vi algo verde resaltar entre el reflejo del lago, pero era diferente, muy diferente.

Él se levanto y me miró, mi mandíbula seguramente cayó al suelo de la impresión. ¡Se veía tan guapo! Cargaba con un saco blanco con chaleco gris, pantalones morado y su perfecta camisa blanca. El miró a otro lado gracias a la vergüenza que sintió el que Bulma lo mirase así.

¡Qué estaba irresistible! Su cuerpo se marcaba tan bien con el traje, me hipnotice y después le abrace para saber si es que era real, y baya que lo era.

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