Dark blue.

¿Nuevo tormento?

Otra vez ese ruido infernal... el puto despertador que me arrancaba de mis sueños para llevarme al mundo real, había pensado en mas de una ocasión en tener un martillo cerca, o tirarlo por la ventana.

Te odio martes- Pensé, tal vez porque tocara hacer deporte a primera hora o tal vez porque tenía que ir al infierno en bus.

Me vestí como siempre, solo que esta vez tendría que cambiarme en los vestuarios, cosa que me mataba porque siempre me quedaba el último para evitar las risas, como era de esperar.

Por lo visto mi padre estaba despierto porque ví la luz del salón encencida al bajar, pero mi intuición felina falló, se habia quedado dormido por la noche con la tele puesta y ahora estaba la teletienda puesta.

Mirale, si parece un angel  -Pensé irónicamente, puesto que jamás pensaría eso, el único angel de la familia era mi madre, y nos habían separado judicialmente.

Dejando el tema, bajé a la cocina y me preparé el desayuno, hoy tenía mucha hambre y ya que me tocaba correr, decidí tomar un buen desayuno, leche, unas tostadas y un zumo de piña.

Fui a esperar el bus a la parada, justo al salir de jasa empezó a amanecer ya que aún era de noche a la hora de despertarse...

Bien, por fín llegue a mi querido y amado insti, bajé hasta el pabellón de deportes, pero esperé en la puerta hasta que salieran todos, esta vez misteriosamente no me dijeron nada.

Entré en los vestuarios, y mientras estaba cambiándome entró un chico al que nunca había visto, alto, moreno y con unos ojos de un azul muy oscuro, cosa extraña porque suelen ser claros.

Que ojazos tiene este chaval -Pensé.. un momento... ¿Me había fijado en sus ojos?, bueno, no le daremos importancia.

Hola -Dijo el.

Buenas -Dije yo con cara de extrañado, casi preguntando ¿acaso no sabía que saludarme de buena manera era tabú en este instituto? bueno, era nuevo, seguramente lo descubriría en poco tiempo.

¿Es esta la clase de deportes de 4ºC? -Dijo con una sonrisa, pero como pensando "Estoy tan perdido que creo que no se cómo he llegado aquí"

Si, si esta es -le devolví la sonrisa, al menos por ahora.

Uf, menos mal llego un poco tarde, por cierto, mi nombre es alexander, pero puede llamarme simplemente Alex -Dijo en tono amable... Amable.. casi se me había olvidado esa palabra desde que me separaron de mi madre.

Je je, no te preocupes, si seguramente no te diga nada siendo el primer día que llegas tarde, mi nombre es Ben por cierto -No me lo podía creer, era la conversación mas larga que había tenido con nadie sin que hubiera insultos o burlas de por medio.

¿Entramos ya?, no sea que se enfade.

Venga, total vamos a correr.

Entramos a clase, y las miradas se dirigieron hacia la puerta, por una vez no iban dirigidas a mí, si no a Alexander, que sonreía tímidamente, se le notaba el rubor en la cara.

Bien chicos, ya os habrán avisado de que tendremos un nuevo compañero este año ¿no? -Dijo doña cuello de cisne, obviamente era una ironía, esa mujer tenía el cuello del tamaño de una columna del arco del triunfo, la llamaban así a sus espaldas.

Pues bien, hoy os librais de correr debid a que haremos algunos juegos para que Alexander se integre en el grupo y se aprenda los nombres -Dijo un poco decepcionada Miss cuello de cisne, ya que su ilusión de toda la vida era vernos sudar como cerdos, por lo que veo no tenía el olfato muy ágil.

Empezamos con los juegos típicos de decir nombres de cada uno pasando una pelota, y esa clase de juegos típicos de los primeros días de un campamento.

La clase fué mas o menos tranquila y a la hora de canbiarse de nuevo no me dijeron nada ya que estaban atentos en conocer cosas sobre alenxander.

No, para una persona normal  que llega al instituto, ¿Le van a agilipollar como a los demas? -Pensé decepcionado.

Alexander les caía bien a la mayoría, al menos a los que iba conociendo, parecía un chico sociable una vez que se aprendía los nombres.

Eh Ben, ¿no vienes? -dijo Alenxander antes de salir de los vestuarios.

Mierda, ya la lió -Pensé.

Déja a la princesita, que tendrá que maquillarse -Dijo mi Archienemigo Luke... Resultaba divertido en mi mente decir que luke era mi archienemigo, casi parecía una comedia, solo que en la vida real la única comedia era la que se montaban Mr. Machaca y sus secuaces a mi costa.

Un momento, ¿a que viene eso? -contestó Alexander- Si el chico es majo.

CALLATE IDIOTA -Me había puesto totalmente colorado, será bocazas el muy estúpido, hoy que llevaban una hora completa sin meterse conmigo...

Oía las risas de mis compañeros a is espaldas, mientras Alexander mantenía su cara de incredulidad.

JAJAJA no te preocupes, ya te lo explicaremos -oí la voz de Luke alejarse por la puerta del vestuario.

Las clases se me pasaron volando pensando en lo ocurrido a primera hora, la verdad es que Alexander en esas últimas horas había demostrado ser un chico simpático e inteligente...

A ver cuanto dura...

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Sería de agradecer.