Capitulo 26: Maestro y disipulo

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Mu llega con los 16 Caballeros al Santuario

Athena: Llegamos...

Milo: Vaya... el Santuario no ha cambiado nada

Camus: Tampoco es que nos hayamos ido siglos

Aioros: Ya quiero ir a la Casa de Sagitario

Aioria: Y yo a la de Leo

Athena: Que esperan, vayan a ver sus templos -sonríe-

Los Dorados fueron a ver sus respectivas casas, excepto uno.

Athena: Mu... hay alguien que quiere verte -sonríe-

Mu: ¿A si? Yo también quiero ver a ese alguien

Athena: ¡Kiki! ¡Ven!

El pequeño niño Kiki salio de la casa de Aries, al momento que vio a Mu, disparo a correr

(N/A: La imagen de Mu y Kiki es para que se imaginen un poco como habría sido aquel rencuentro entre el maestro y disipulo)

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(N/A: La imagen de Mu y Kiki es para que se imaginen un poco como habría sido aquel rencuentro entre el maestro y disipulo)

Kiki: ¡¡Maestro Mu!! -las lagrimas se derramaban en sus mejillas-

Mu: ¡¡Kiki!! - el Caballero sólo se inco a esperar al disipulo con los brazos extendidos-

Kiki: ¡Lo extrañe tanto señor Mu! -el pequeño llega a los brazos del dorado dandole un gran abrazo-

Mu: ¡Y yo a ti pequeño! -el Dorado se levanta con el pequeño en brazos-

Athena: Los dejó... yo iré a mi templo... Seiya, Ikki, Shun, Hyoga, Shiryu pueden retirarse

Los Caballeros sólo asintieron

Kiki: Maestro ¿Cómo es que llegó aquí de nuevo?

Mu: Es una gran historia... y vaya que es larga

Kiki: Quiero saberla

Mu: ¿Seguro? Tal vez te aburras

Kiki: Escuchandolo de usted, no creo

Mu: Esta bien Kiki, pero vayamos adentro ¿si?

Kiki: ¡Vamos!

El Caballero entró a la Casa de Aries juntó con su disipulo.

Mu: Sientate, que esto tardara un rato

Kiki asiente y va a tomar asiento

Mu le cuenta parte de la historia, Kiki a veces hacia preguntas y el Dorado las respondía, a veces los dos reían y otras Kiki se asustaba un poco.

Kiki: ¿Entonces las armaduras se transfromaron en divinas?

Mu: Si -suspira-

Kiki: ¿Y a que se debío eso?

Mu: Al parecer, Athena derramo sangre en nuestras armaduras, lo que causó que estas la absorvieran y al mometo de que nosotros elevaramos nuestro cosmos, la sangre de Athena hizo que las armaduras desperataran, y estas se tornaran divinas

Kiki: Oh ya veo ¡Que genial!

Mu: Si, fue un momento genial, nuestros poderes aumentaron de nivel y por eso pudimos derrotar a Ares y a Loki

El pequeño escuchaba con atención las palabras del Dorado

Kiki: Yo quiero portar la armadura, y que se torne divina

Mu: Algun día lo harás pequeño, aún tienes cosas que aprender

Kiki: Es genial saber que mi maestro porto una armadura divina y que logro vencer dioses con poderes sumamente grander

Mu: Yo se que tu algún día lo harás

Kiki: Sería gracias a sus consejos... Y el entrenamiento -ríe leve-

Mu: Juró que te enseñaré todo lo que yo he aprendido en este camino por las tinieblas y Asgard

Kiki: Gracias...  Señor Mu, ¿le confieso algo?

Mu: Adelante

Kiki: Más que mi mestro, usted es cómo mi hermano, mi mejor amigo, cuando usted murió en el muro de los lamentos sufrí mucho, pero ahora que esta aquí, se que podremos compartir momentos inolvidables

Mu: Gracias Kiki... yo a ti te veo como si fueras mi familia... eres un excelente alumno y amigo.

El Caballero y el disipulo se abrazan...







~Fin~

Renace la nueva Leyenda Dorada (Saint Seiya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora