[4]: Carta II

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Planeaba hacer los deberes, cuando nuevamente un sobre cayo de su mochila justo en el momento que baseaba el contenido de esta encima de su cama.

Lo tomo, luego de rescatarlo de la montaña de libros que habían quedado aplastándolo.

Y comenzó a leer:

"[...] Ver tu rostro iluminado, lleno de felicidad, llegando al aula con la carta entre tus manos y una gran sonrisa, me orillo a esto."

Un leve rubor cubrió sus mejillas.

"Así que, intentare escribirte algo de vez en cuando [...]"

Sin saber muy bien porque, se sintió feliz, extremadamente feliz.

"Oh, pero de favor, deja de mostrarle la nota a medio mundo, es vergonzoso para mi ¿Sabias?"

—Lo siento —susurro al aire, como si le pudiese escuchar, con una pequeña sonrisa.

Continuo leyendo la carta, un poco más larga que la anterior.

"Debo admitir, que amo tu sonrisa."

Su rostro se ruborizó completamente, avergonzado, solo pudo atinar a desviar la mirada.

Era la primera vez que alguien le decía (o escribía) algo así.

Sonrió.

Tomo aire, para calmarse un poco.

"—Anónimo."

Un leve puchero se formo en sus labios.

¿Por qué no le decía quien era?

Que injusto.

"[Posdata: Quedo más largo de lo que esperaba. Como recompensa, espero verte con otra enorme sonrisa ¿Ok?]"

—Esta bien —sonrió sin poder evitarlo, se levanto de su cama y guardo el papel en un cajón de su escritorio, donde también permanecía la primera de las cartas.


[...]


Como prometió, indirectamente, llego al aula con una sonrisa.

—¿Are? ¿Yoichi-san? —la peli-morada fue la primera en notar su presencia, y sus ánimos, por lo que pregunto enseguida:— ¿Por qué tan feliz?

—Shinoa, buenos días —saludo— Recibí otra carta ayer —confeso.

—¡¿Enserio?! ¡¿Donde esta?! —en menos de un segundo, abandono su posición sobre la mesa de su rubia amiga, para ir corriendo a inspeccionar al castaño.

—¿Eh? Uh... S-Shinoa, no la traigo conmigo —

—¡No mientas! —

—E-Enserio no miento —

—¡Dejame verla! —le exigió.

—¡Uh! —un poco atemorizado retrocedió un paso— ¡J-Juro que n-no la t-tengo! —grito nervioso.

—Shinoa, ya dejalo —dijeron al unísono Mitsuba y Shiho, en forma de orden.

—¡Pero Mi-chan! —lloriqueo la Hiragi.

Saotome suspiro aliviado, pero se sobresalto al ser tocado en el hombro.

—¿Estas bien? —

—Ah, c-claro Kimizuki-kun, gracias —






Hola ^^
Traigo conty, que espero sea de su agrado.

Muchas gracias por leer, votar y comentar :D


Capitulo dedicado a:

PatataMichaelis

Me alegra mucho que la historia te guste, muchas gracias por comentar, espero seguir leyendo comentarios de tu parte ^^


Se me viene haciendo costumbre dedicar los capitulos xD


¡Sin más!:

¡Chao!~

Reaccionando A Tus CartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora