Good Night with (País) - HetaliaXLectora

Good Night with England

Good Night with England (InglaterraXLectora)

Disclaimer: Arthur Kirkland (Inglaterra/Reino Unido) es propiedad de Hidekaz Himaruya; Traducción al inglés por Monobuu, mientras que la traducción y adaptación al español está hecha por mí; La lectora se pertenece a sí misma y al caballero británico que todas quisieran tener.
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El pequeño reloj mural de la sala de estar tocó a la medianoche la música instalada en su mecanismo, y (Nombre y apellido) no conseguía conciliar el sueño de ninguna forma posible, incluso contando ovejas no resultaba pues se rendía a la número quince. En ese momento de desespero, se le ocurrió una brillante idea: si contarse ovejas ella sola no funcionaba, entonces podría ser de ayuda que alguien más contara por ella; y nadie mejor que te cuente ovejas que alguien del país que impulsó este método para dormir. Un inglés para ser precisos, por fortuna conocía a alguien de la vieja Inglaterra.

Arthur Kirkland era un británico que llegó a (País) por motivos de trabajo y cambio de ambiente hace medio año, y por su actitud algo brusca pese a sus buenos modales de inglés, le costó hacer nuevas amistades, siendo la (c/c) la primera en acercársele y ofrecerle su amistad. Aún conserva un lado gélido y hostil con otros pero estando cerca de ella, se muestra un tanto cálido y gentil. A menos que conociera a otro inglés con las mismas características, Arthur era su última esperanza.
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Hace poco había salido de la oficina y lo único que quería era llegar a su hogar, prepararse un té relajante y simplemente acostarse y dejar que el sueño lo envolviera, al menos eso es lo que pensaba tan pronto abandonó el edificio hasta que recibió un mensaje de texto de (Nombre) en su teléfono celular. Suspiró pesadamente y no tuvo más remedio que encaminarse a la casa de la (c/c); estaba cansado, era cierto, pero como caballero no podía rechazar a una dama, por muy absurda que fuera su petición. Una vez llegó a la casa de la joven, sus pasos resonaron contra el piso de madera mientras se aproximaba al cuarto de (Nombre), viéndola esperarlo sentada en el borde de su cama con un pijama largo (c/f).

-¿Ah, tú? – Preguntó el rubio ojiverde con aires agotados, mientras que la (c/c) lo contemplaba con una amplia sonrisa y asintió con la cabeza en respuesta.- Me pediste que contara ovejas para ti... rayos... ¿Por qué tendría que hacer algo como eso?

-Porque no puedo dormir, así que creí que podría servir que alguien me contara ovejas.- Contestó la joven feliz de verlo.- ¿No era un método para dormir?
-Sí, sé que contar ovejas es algo que haces cuando no puedes dormir. A lo que me refiero es ¿por qué tengo que contarte ovejas? – Volvió a preguntar el británico cruzándose de brazos con algo de molestia, aquello hizo que la (c/c) bordara su sonrisa al revés y comenzara a gimotear triste.
-¡Qué malo eres! ¡No sabes lo horrible que es pasar la noche en vela cuando mañana tienes que trabajar! – Gimoteó (Nombre) con los ojos empañados de lágrimas.
-¡Ah! ¿Por qué estás llorando? No quise ser tan cruel ¿sí? – Arthur intentó consolarla, pero sólo consiguió hacer que llorara más.- Ah dem- ¡toma, usa mi pañuelo! – Le dijo ofreciéndole su pañuelo personal a la joven para secar sus lágrimas; la textura suave de la tela sobre sus ojos consiguió calmar a la (c/c).
-Gracias... - Dijo la oji (c/o) regresándole al rubio su pañuelo.
-¿Qué está sucediendo? – Empezó a preguntar Arthur más tranquilamente para poder entender bien la situación y no volver a ponerla nerviosa.- No puedes dormir, pero ¿es tan malo para que te pongas a llorar?
-Sí... - Respondió ella secándose los vestigios de lágrimas con el dorso de su mano.
-Bueno, si ese es el caso pues... - Se detuvo en ese instante cuando notó a (Nombre) bostezar ampliamente con un par de lágrimas saliendo de sus ojos de tanto abrir la boca, haciendo que el inglés sospechara arqueando una ceja.- ¿Ah? Estás bostezando muy amplio y tus ojos lagrimean... - La oji (c/o) sonrió nerviosa buscando aminorar el enojo de Arthur, mas sólo hizo que éste arqueara el labio enseñando los dientes como un felino gruñendo.- Pequeña mocosa... ¡No me jodas! Y yo que enserio estaba preocupado. Demonios... ¡Ay ya, métete a la cama de una buena vez! ¡Voy a contar, bien!
-¿Ovejas? – Se quiso cerciorar la (c/c).
-¡Claro que ovejas! – Le confirmó el británico.- Debe ser muy difícil estar cansada, ya sabes, bostezando así, y no poder dormir...
-¿Te estás preocupando? – Preguntó la joven con una sonrisa burlona mientras preparaba su cama para acostarse.
-¡N-No te hagas ideas erróneas! – Vociferó el ojiverde con un rubor en sus mejillas.- Sólo voy a contar porque si no te duermes, no puedo irme a casa y tendré que aguantar tus whatsapps nocturnos, de nuevo. No lo hago por ti ni por nada más... - Por supuesto, el sonrojo le delataba y (Nombre) lo sabía, ya que tenía entendido que estando a su lado comienza a titubear y a sonrojarse como tomate cuando miente, pero le dio el beneficio de la duda sin contestar y metiéndose bajo las sábanas de su cama.
-Bien, ¿ya estás lista? – Con el asentir de la joven, Arthur se acercó a ella y se sentó en el borde de la cama a su lado.- De acuerdo, voy a empezar a contar. Una oveja. Dos ovejas. Tres ovejas... - Para contar monótonamente, no lo hacía nada mal, mucho menos con esa deleitable voz que la vida le dio. Por desgracia, sólo la hizo adormilarla levemente, a pesar de sólo llevar diez ovejas.
-Dijiste que tenías problemas para dormir, ¿pero no estás siquiera soñolienta? Caramba... Supongo que estar adormilado es mejor que no poder dormir. Emm... ¿crees que puedes dormir ahora? – Quiso saber el rubio apoyándose la cabeza con una mano.
-La verdad es que no.- Le respondió la chica sinceramente.
-Oh, ok.- Y murmurando para sí mismo, continuó.- Cuando contaba para Alfred antes, esto no funcionaba muy bien, pero... hmm, incluso si no eres una niña, mi conteo parece ser muy efectivo.
-¿Cómo? – Preguntó la oji (c/o) al oír que mencionaba a su hermano adoptivo, el cual se quedó a vivir en Nueva York desde que los padres de Arthur se divorciaron.
-¡Ah! Sólo estaba hablando conmigo mismo. N-No importa ya, continuaré contando.