Prólogo

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Holmes Chapel, Cheshire.

Hace cinco meses

La taza de té que estaba sujetando casi como si la abrazara le envió una corriente de calor a mis manos, templándolas, mientras Eleanor me contaba por tercera vez en la semana la última discusión que había tenido con su novio, Matt, el viernes por la noche...

–Te juro que esta vez no le volveré hablar. Es un idiota. – Aseguró con enfado. –

– Eso dijiste la última vez. – Le recordé, curvando una pequeña y traviesa sonrisa mientras llevaba el borde de la taza hasta mis labios. –

– Uhg!, no hace falta que me lo recuerdes. – Gruñó entre dientes mientras dibujaba una letra M, casi de manera inconsciente, en la espuma de leche de su café latte. –

– Solo lo digo para que te des cuenta de cuánto dramatizas. – Dije, devolviendo la taza en el camino de regreso hacia la mesa, con mi mirada enfocada nuevamente en mi bloc de dibujo. –

En ese segundo me lanzó una mirada tan furiosa que podría haberme pulverizado...

– ¡¿Dramatizar?! – Exclamó, indignada –Discúlpame, pero yo no dramatizo nada. – Agregó, defendiéndose. –

Sonreí un poco más al ver su expresión de enfado.

– Solo piénsalo, Elle, ¿Qué sucede cada vez que ustedes se pelean? – Dije, dirigiendo mi mirada hacia su rostro mientras descansaba mis brazos cruzados sobre la superficie de roble lustrado de la mesa. –

– Te lo cuento, por supuesto. – Respondió inmediatamente con seguridad. –

– ¿Y luego? – Continúe –

– Lo mando al diablo. – Encogió uno de sus hombros ligeramente. –

– Pero finalmente...–

– ¿Qué? – Dijo mientras su ceño se arrugaba en señal de confusión. –

Incliné mi rostro, mirándola significativamente, esperando que eso le ayudara a iluminar su mente.

Resopló con sus ojos cerrados – Volvemos. – Murmuró con fastidio, como si finalmente lo hubiese comprendido. –

– Lo ves. – Susurré, devolviéndole mi atención al dibujo que había estado tratando de perfeccionar por casi la última media hora. –

Asintió vagamente. – Pero aun no entiendo que tiene que ver eso con lo de dramatizar. – Mencionó unos segundos antes de beber un sorbo de su café. –

– Bueno, pienso que tal vez esa sea la razón por la que ustedes pelean una vez por semana. – Intenté decirlo tan sutilmente como pude imaginármelo en mi mente. –

– Oye eso no-...– Sus palabras fueron interrumpidas por un silencio repentino cuando una tercera voz nos sorprendió. –

– Hola, chicas. – La interrumpió Hunter, apareciendo frente a nosotras como si fuera por arte de magia, mientras nos miraba con una sencilla sonrisa en su pálido rostro. Ni siquiera lo había visto o al menos escuchado entrar. –

– Hola – Respondió Eleanor, desinteresadamente. –

– Hey – Dije, mirándolo. – ¿Qué haces aquí? , creí que ibas a estudiar para tu examen de conducir. – Agregué, mientras Elle me robaba furtivamente un pedazo de medialuna del plato. –

– Si, este es mi descanso. – Respondió astutamente, mirándome mientras inclinaba su cabeza a la vez que hacia una mueca con la comisura derecha de sus labios. –

Just A Little Bit Of Your Heart «H.S.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora