CAPÍTULO III: LAS ACTIVIDADES COMIENZAN

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Mis compañeros de cabaña y yo Christian, nos dirigimos a la fogata, habían varias personas a su alrededor y el encargado tocaba una guitarra y cantaba.

Llegamos y nos sentamos, empezamos a cocinar, si se le puede llamar así, unos malvaviscos.

—Es hora de las historias de terror —dijo el encargado.

Todos accedimos a la propuesta de Richard, nos quedamos en silencio esperando su historia.

—Se cuenta que hace algún tiempo en este campamento ocurrían cosas extrañas —su voz trataba de hacer tenebrosa la historia—. En el campamento de 1997 muchos jóvenes desaparecieron, cuando llegaron todo era normal pero por las noches, se escuchaba un ruido aterrador, como si un hacha fuera arrastrada mientras algo se acercaba.

La historia era tan irreal como se pueden imaginar, pero algunos se mostraban nerviosos y con miedo, André engulle muchos malvaviscos por su nerviosismo, Cameron parecía aterrado y temblaba, sigo pensando que ese tipo es raro.  Por otra parte Kevin miraba como si se encontraba en su propio universo paralelo, algunas chicas se mostraban con miedo.

—Poco a poco se escucha más y más cerca, hasta que llega, con su hacha comienza a matar a uno por uno a los chicos de una de las cabañas, se escuchan sus gritos desgarradores de dolor mientras son asesinados.

De la nada un ruido se escucha tras nosotros, volteo y veo a un tipo con un hacha, cuando los demás voltearon comenzaron a gritar, los gritos de Cameron eran como de niña.

La risa del encargado irrumpió entre los gritos de terror, como siempre era un cínico en todo el sentido de la palabra.

—Vamos chicos, el es Bill, el encargado de la leña.

El hombre se acercó a la fogata, era alto y de cabello oscuro largo, una larga barba negra y un abrigo de piel de lobo, bueno eso me parecía, llevaba unas botas altas y una cicatriz en su rostro, además de cargar un hacha.

—Disculpa la demora Richard pero ya traje la leña que pediste —dijo el tipo al otro tipo, tú me entiendes, ¿no?

—No te preocupes y gracias Bill.

El hombre tenía una voz gruesa y después de hablar con el encargado se marchó, Richard nos explicó que él vive en una cabaña en el bosque, era más o menos como un isleño o algo por el estilo.

—No se preocupen chicos esa historia es falsa.

Decía riendo cínicamente, era de esperarse de él, poco a poco lo conocía mejor y no me agradaba para nada.  Después de un rato nos regresamos a la cabaña para dormir.

Me acosté en mi cama y traté de dormir, pero simplemente no se podía, se escuchaba el ruido de mordiscos una y otra vez, parecía que André estaba asustado y comía mucho más, otro que parecía estar asustado y cobijado de pies a cabeza era Cameron.

—Vamos André deja dormir —le dije mientras trataba de dormir.

—Pero luego vienen y me asesinan —respondió el temeroso rechoncho, oye, está bueno el sobrenombre.

—No seas tonto, el encargado dijo que esa historia era falsa —dijo Alexander que tampoco podía dormir por el ruido.

Por alguna extraña razón logré conciliar el sueño, la cama era dura y rechina al movimiento, algo me picaba, creo que eran pulgas.  Esto no puede ser peor.

Pero lo fue, escuchó un fuerte sonido que me despertó de mi sueño, y seguido de una voz que había comenzado a detestar.

—Bueno campistas es hora de despertar, vayan a ducharse y nos vemos en el desayuno.

Con el mayor pesar tuvimos que levantarnos e ir a las duchas, había una larga fila, cuando digo larga me refiero a muy larga.

Pronto se nos acercó un tipo, era alto y ojos azules, su cabello rubio, y cuerpo fornido.

El típico tipo por el que las chicas se mueren, con él venía otro tipo de cabello castaño y atractivo de alguna forma.

Sabía muy bien de lo que se trataba, sí bullying, eso era.

—Miren, ¿No son ustedes los conejos? —dijo el tipo.

—Vamos salten para nosotros —dijo el otro.

Yo los ignoraba lo que podía, y pensaba en otras cosas para no enojarme, pero era imposible, simplemente lo era.

Sus nombres eran Bryan Colligan y Daniel Motley, respectivamente.

—No nos ignoren conejos o los lobos los devorará —dijo Bryan tratando de lucir bien.

—Vamos regresen a sus madrigueras —oh, tenemos un genio por acá.  El que dijo eso fue Daniel.

Los tipos se veían entre ellos al notar que prácticamente los ignoramos, no nos interesaba pelear con unos estúpidos engreídos, bueno hasta que hicieron eso.

Uno de ellos le tiró las papitas que André estaba comiendo, si bien nos acabamos de conocer y no somos amigos, eso era imperdonable.

—¡¿Qué les pasa imbéciles?! —grité al ver la acción del tipo ese.

—Así que trae dignaste a hablar, conejo —dijo con una sonrisa triunfadora.

—No me importa de que cabañas sean, les partiré la cara si se meten con ellos.

—¿Ahora los conejos cazan lobos? —dijo en tono sarcástico.

No me aguanté y le mandé un golpe al rostro, haciéndolo caer sentado en el piso, al ver a su amigo ser golpeado, Daniel se abalanza contra mí, logró detener su golpe y mandarle uno al abdomen.

Los demás se nos quedaban viendo mientras peleamos, Bryan se levantó y comenzamos a intercambiar golpes.  Ambos nos dimos pero a él le fue peor, al ser golpeado por un conejo.

Pronto nos separaron, para que no nos hiciéramos daño.

—Gracias Chris —me dijo André—.  Te peleaste por defenderme.

—No pasa nada, soy el líder y no dejaré que nadie se meta con los nuestros.

Luego de por fin darnos un baño fuimos a desayunar, esta vez estaba un poco mejor que la anterior, pero igual sabía mal.

Tras desayunar fuimos a la charla introductoria, Richard estaba de pie frente a todos.

—Bueno chicos, hoy comienzan sus actividades, espero que disfrutemos juntos estas tres semanas.

Él continuó con su "bla bla bla" hasta que por fin terminó, íbamos a ir a practicar arquería.  Así que nos dirigimos a dicha zona, era mi primera vez con el arco pero casi doy en el puro centro, no mentira, la flecha salió volando y se llevó la gorra de Richard mostrando su calva.

Eso fue lo más divertido y aterrador, un poco más abajo y lo mato, Kevin no practicaba y sólo se mantenía leyendo como siempre, Cameron si estaba practicando y daba en el blanco, pero no en el centro.

Así fue como le dije a André que intentara, y vaya sorpresa, logró dar en el centro a la primera.  

Puede que hoy sea un día mejor que ayer, eso es lo que espero.

Continuará...


Un Campamento SangrientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora