CAPÍTULO I: CAMPAMENTO LOMBRAD

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Habíamos llegado al Campamento Lombrad, lo primero que hicimos fue ir a ver en qué cabaña habíamos quedado, espero que tenga un buen nombre, por lo general tienen nombres de animales. Cuando llegamos vi mi celular y justo como dijo mamá, no había señal para nada.

—Espero que quedemos en una cabaña con buen nombre —dije a Alexander.

—Espero lo mismo —respondió mi hermano.

—No sé, pero quizá algo como, lobos o águilas —claramente esos serían excelentes nombres de cabañas, espero que sea un buen nombre la de la nuestra.

Cuando llegamos a ver la lista busqué mi nombre hasta que lo pude encontrar, fue como si un balde de agua fría cayera sobre mi cabeza, no lo podía creer.

—¡¿Qué es esto?! —me exalté al ver el nombre de mi cabaña.

—¡Pienso lo mismo! —me respondió Alexander al leer su nombre.

—¡¿Conejos?! —ambos nos miramos cuando pronunciamos el nombre de nuestra cabaña, era un asco.

El nombre de nuestra cabaña era Conejos, era lo menos masculino que cualquier cosa, era humillante, van a ser tres semanas de tortura, lo sé.

Estaba en la misma cabaña que mi hermano, pero ser un conejo. Vi que una cabaña de chicas era Águilas, ósea Conejos deberían ser para las chicas.

Al encargado se nos quedó mirando por breves instantes, en nuestro rostro se podía leer el "No puede ser", se acercó con una sonrisa cínica en su rostro.

—¿Les puedo ayudar chicos? —nos preguntó de forma cínica, fijo el sabía de qué se trataba.

—Sí ¿Puede cambiarnos de cabaña? —dije al hombre.

—Lo siento pero es imposible, me imagino que quedaron en la Cabaña Conejos —el hombre no aguantaba la risa, lo sabía, ese tipo, creo que lo empiezo a detestar—. Pero al inscribirse de últimos era la que quedaba.

—¿Nos podemos marchar? —preguntó Alexander pues se notaba que no le gustó el nombre de la cabaña.

—Lo siento pero no, además las lanchas no vendrán hasta dentro de tres semanas.

Su mirada cínica era lo que me molestaba, parecía que disfrutaba el hecho de que hayamos quedado en esa cabaña.

Él entró a su oficina y traía consigo un libro muy grueso.

—Christian Harrison al ser el de mayor edad de la cabaña, serás su líder. Estas son las reglas y las camisetas.

Genial, ahora tenía que ser el líder de la Cabaña, Richard me entregó un libro bastante grueso y una bolsa con camisetas, al sacar una vi que su color era verde y decía "Cabaña Conejos", además tenía un conejo blanco en ella.

—Lee las reglas —me dijo el tipo ese, ¿quién lee estas cosas? Obvio nadie.

—¿Este libro tan grueso? —realmente aquel libro era grueso, creo que serviría para pata de cama.

—Sí, es para prevenir accidentes —dijo para finalizar la charla.

Además de eso, el hombre nos dio un mapa del campamento y decidimos buscar nuestra cabaña y ver quienes serían nuestros compañeros.

Recorrimos el lugar hasta que llegamos a la Cabaña Conejos.

—¿Está es? —me pregunta mi hermano.

La cara de Alexander se veía impresionada mientras yo miraba el mapa, cuando levanté la mirada la vi, era prácticamente la más vieja de todas, y tenía una fea apariencia.

Un Campamento SangrientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora