-¿Podrías hacer menos ruido? Por las noches hay gente que quiere dormir o estudiar.
-¿Y tú podrías dejar de dar golpes con la escobita? Así no hay quien pueda "hablar" con sus amigas. Contestó él con una sonrisa en la boca, la cuál me hace perder...
Intento moverme para abrir la puerta y ver que está pasando, pero mi cuerpo no reacciona. Lo único que noto son mis piernas temblar por lo que está sucediendo al otro lado de la puerta. Finalmente mi cuerpo obedece las órdenes que mi cabeza le manda, abro la puerta y veo a Chris tirado en el suelo y a otro chico sobre él.
- ¡Parad!- Cruzo el umbral de la puerta y tiro del hombro del chico hacia atrás.- ¿Qué hacéis?
- Ya veo que te has mudado aquí para estar con tu nuevo novio, nunca pensé que fueses tan puta.- Cuando Chris pronunció esas palabras algo en interior se resquebrajo en mil pedazos y mi mano fue a una velocidad sobre natural hasta su cara propinándole una hostia.
- Vete de aquí y no vuelvas más. Y no es mi novio imbécil.Ya que estamos hablado de putas, ojalá ese apelativo se te pudiera aplicar a ti, desde que rompimos han pasado tres meses, tu a las dos semanas ya estabas con Sandra, asique para puta yo, puto tu.- Dicho esto Chris se levantó del suelo y me miro lleno de tanta furia que por un momento pensé que me iba a morir por esa mirada, pero se limitó a seguir su camino hasta la puerta y desaparecer. Cuando desapareció por la puerta me acerqué al chico que le había golpeado. -¿Estás bien? Siento mucho que te haya pegado.- Observé su labio roto y puse mala cara.
-Sí, estoy bien, esto no es nada.- Se limpió la sangre de la cara y se giró para dirigirse a la calle.
- Espera, entra a casa que te curo esa herida, se te va a infectar.- El chico se limitó a encogerse de hombros y dirigirse al interior de mi casa. Entré tras de él y cerré la puerta. – Siéntate en el sofá mientras que busco el botiquín.- Él asiente y se sienta en el sofá observándome a cada movimiento que hago. Abro varias cajas hasta que al final encuentro el botiquín.
- ¿Te vas del edificio?- Dijo mientras observaba las cajas.
- No, acabo de instalarme aquí.- Me siento a su lado y limpio la herida de su labio con una gasa empapada en agua oxigenada.
-Ya decía yo que no me sonaba tu cara para irte del bloque, aquí están todos los bloques vacíos y en los que no lo están vivimos la señora de los gatos y yo.- Se encoje de hombros y mira a un punto fijo de la pared.- Por cierto, me llamo Fred.- Sonríe y me besa en la mejilla.
-Yo me llamo Alison, pero mis amigos suelen llamarme Ali. Encantada de conocerte Fred.- Le sonreí y termine de curarle el labio, por un momento se me había olvidado que solo estaba tapada con el albornoz de la ducha y justamente cuando recuerdo ese pequeño detalle noto la mirada de Fred sobre mis pechos.- Bueno, ya tienes el labio curado, siendo que Chris te haya pegado.- Cerré más mi albornoz para que pillase la indirecta y dejara de mirarme los pechos.
- No pasa nada, pero espero no tener que volver a ver a tu chulo por aquí, esto ya es una zona bastante conflictiva y no quiero tener que verme implicado en peleas con los otros chulos por tu culpa.
- ¿Perdona, estás insinuando que soy una puta que trabaja para Chris?- Le miro incrédula, será gilipollas o que le pasa, no puede decirle a la primera tía que se cruza que es una puta.
- Esa es la impresión que ha dado, tu chulo saliendo de tu casa y tu tapada con ese diminuto albornoz, el cual es más fino que el papel de liar. Mi impresión era esa o que estabas grabando una película porno, pero que si eres puta no pasa nada, mientras que no me metas en problemas.- Se encojo de hombros y suelta una carcajada.- Oye, y si me das tu numero para cuando necesite "relajarme".- Dice haciendo unas comillas con los dedos en relajarme, en ese momento mi corazón se acelera y mi mano no tarda en hacerse un puño y acaba estampado en su ojo.
-Vete de mi casa idiota.- Fred se levanto de malas maneras de mi sofá y puso su mano en el ojo golpeado.
- Te salvo de tu chulo y me lo pagas asi, que bonito oye.- Dicho esto sale de mi casa dando un portazo.
En menos de diez minutos había pegado a dos chicos y la verdad, no me sentía mal, de todo lo contrario, estaba mejor que nunca. Noté un fuerte ardor en mi mano y me levante hacia la nevera para poner algo frio en mi mano o si no posiblemente mañana estaría inflamada. Después de tener el hielo un rato en mi mano me levanté del sofá y me tumbé en mi cama para dormir ya que se había hecho tarde y mañana tenía que madrugar.
Unosgritos hicieron que mi sueño se viese interrumpido, abrí los ojos y mire haciatodos lados para ver qué pasaba, pero el sonido no venía de mi casa, si no delpiso de arriba. Escuchaba un golpe seco repetidas veces en la pared, lo que alrato confirmó mis sospechas, era el cabecero de la cama de arriba. Los gemidosde la mujer no cesaban, por un momento dude de si estaba teniendo sexo o de sila estaban matando. No sé cuánto tiempo pasó, seguramente horas y el silenciose hizo y pude dormir de nuevo. Mañana me iba a costar la vida conseguirlevantarme para ir a clase.
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FRED'S POV
Realmente sí que me merecía ese puñetazo, no sé ni que se me pasó por la cabeza para decir ese comentario, pero me había encantado verla así de enfadada, bueno, más que encantar me había excitado. Cuando salí de su casa fui a la mía darme una ducha con el agua bien fresca, pero todos mis esfuerzos fueron en baño. Mi pequeño amigo tenía demasiadas ganas de pasar un buen rato asique tire de mi lista de contactos y llame a una amiga, no se me su nombre, pero tampoco me hacía falta saberlo.
A la hora y media escuché el telefonillo sonar y me levanté para abrirle a la chica. Iba embadurnada en tres kilos de maquillaje, llevaba un labial de un rosa tan fuerte que me hacía daño a la vista, su escote le llegaba hasta el ombligo y a su falda le faltaban dos dedos para enseñare su ropa interior, aunque personalmente, no creo que llevase nada debajo de la ropa. Se abalanzó sobre mí como si fuese su presa y empezó a besar mi cuello, la cogí de la muñeca y la llevé a la habitación de invitados. Ninguna chica había entrado en mi habitación y menos los rollos de una noche.
María, o así creo que se llamaba, no tardó en quitarse su diminuto atuendo y en quitar mi ropa, la tiré a cama y me puse un condón rápidamente, precaución ante todo. La penetré varias veces y ella no hacia otra cosa que chillar de tal manera que desee ser sordo de por vida, al cerrar los apareció Ali, con su diminuto albornoz de satén. Por un momento desconecté de la realidad y ya no estaba con María, en mi cabeza me estaba acostando con Alison. Meneé la cabeza varias veces para volver a la normalidad y finalmente me corrí. A los veinte minutos la eché de mi casa, ya no la aguantaba más. Me metí en la ducha y después de una rápida ducha me fui a mi cama a dormir.
