A Raíz De Una Confusión

/&/Capítulo XVIII/&/

Ya no podía distinguir mis sentimientos verdaderos con los que podían ser una farsa. Ya ni siquiera sabía si en verdad amaba a Adrien, pero al tener una extraña sensación cuando Chat me abrazó en el suelo, sentí la calidez exacta de Adrien, podría ser una locura. Esto me llevo a tener el deseo de poner en orden mis sentimientos con respecto a ellos dos y a Nathanaël y gracias a esto, acepté ir a conocer al guardián.

Tikki me explicó la dirección del lugar al que iríamos y tuve el presentimiento de que ya había ido a aquel lugar.

-Ve así Marinette, Chat...tú hablaba Tikki - ¿Te vas a quedar transformado? Corres el riesgo de que...

-Lo entiendo pero...puede que lleguemos más rápido... Marinette ¿Tienes una sudadera con gorro?

Asentí y fui a buscar dicha prenda.

-Bien, Tikki ¿Crees que podamos ir en la noche? Sería mas seguro- comentó Chat.

Algo me decía que Chat no quería revelarme su identidad y que tampoco quería que alguien lo viera. Cosa que se me figuró extraña.

-Claro...tal vez sea mejor, hasta entonces.

Chat salió y se fue dando brincos de un lugar a otro.

-Bien, -continuó mi kwami -Marinette, debes tratar de concentrarte en esta misión pues podría poner en riesgo tu identidad, tus poderes e incluso tu vida y la de Chat Noir. Otra cosa, tengo una rara sensación con Chat y Adrien, es como si...olvídalo, termina tus deberes.

Le hice caso sin preguntarle nada. Chat Noir...Adrien...Nathanaël... ¿Porqué todo era tan complicado?

Cayendo la noche, me puse una sudadera gris oscuro como Chat me indicó, me solté el cabello y, ya habiendo puesto almohadas bajo la colcha de mi cama, subí al balcón.

Junto a la barandilla, empecé a observar el cielo despejado. Esto debía salir bien, sin ninguna falla o error, lo lograremos.

Estaba tan metida en mis pensamientos que cuando Chat colocó sus manos sobre mis hombros me sobresalté y el gorro de la sudadera se cayó a mi espalda.

-Ma-Marinette, nunca te había visto con...tu...te ves hermosa -Un tono rojizo se asomó por las mejillas de Chat -eres tan bella, inteligente, talentosa...va a sonar tonto pero no quiero llegar al final de esto porque... ¡Vaya tonterías que estoy diciendo! Será mejor que nos vayamos ya.

Chat me extendió su mano y volví a ponerme el gorro. Tikki se metió en mi pequeño bolso y tomé la mano de Chat. Me jaló hacia él y en un parpadeo me subió a su espalda diciéndome únicamente "sujetate".

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Antes de salir en busca del guardián, tomé y guardé el dije del corazón que había notado en Marinette sin que esta se diera cuenta.

Llegamos al lugar que nos indicó la kwami carmesí. Era un centro de curación y spa chino. En nuestro camino, ninguno de los dos hablamos, sin embargo, no fue para nada incómodo.

-Pasen, él seguramente ya los está esperando -ordenó Tikki.

Marinette y yo cruzamos miradas y obedecimos. Giré la manija de la puerta y entramos, aquel señor se me hacía extrañamente familiar. Claro, era el hombre al que Shantal había ayudado y...yo también...

-Bienvenidos, Ladybug y Chat Noir. Por favor, adelante.

Después de una presentación entre el maestro Fu y nosotros, empezamos a abarcar el tema que tanto nos preocupaba.