Dark Wood Circus

Prologo: Un extraño circo

"No deben adentrarse en el bosque que hay a las afuera del pueblo, cosas muy extrañas pasan cuando las personas se adentran en él. Algunos nunca vuelven, otros vuelven siendo unas personas completamente diferentes, locas, desquiciadas, enfermas. A estas personas no se las puede hacer volver a sus casillas, tenemos que encerrarlos o matarlos". Esta es la advertencia que Ana les daba a sus dos hijas siempre que iban a salir. Una advertencia a la que siempre hicieron caso alejándose del bosque.

Sofía y María eran dos hermanas que no solían desobedecer a su madre a pesar de su gran curiosidad que era natural a su edad, siendo María la hermana mayor con 8 años y Sofía la menor con 6 años. Eran más que unidas, jugaban juntas todo el tiempo, correteaban por todo el pequeño pueblo en el que vivían, tenían una vida bastante tranquila.

Un mañana mientras ellas jugaban cerca del bosque ven a un hombre extraño, vestía con ropa llamativa y mascara, que repartía unos volantes

-¡Vengan, vengan al gran circo del bosque y sorpréndanse con los grandes artistas que actúan, con las extrañas criaturas que criutarean y con los animales que animalean!

Las dos hermanas rieron al escuchar esas palabras y se acercaron a ese hombre

-Señoritas, vengan al gran Circo Del Bosque si quieren seguir riendo o si quieren sorprenderse a más no poder –dijo el hombre mientras les daba un volante.

-¿Dónde queda ese circo? – pregunto Sofía con una sonrisa en la cara

-Adentrándose en el bosque –dijo el extraño hombre- donde si volteas solo vas a ver árboles. Creerán que están perdidas pero eso significa que se están acercando. El circo abre sus puertas a la puesta del Sol

Las hermanas se vieron el rostro por un segundo ya que no entendían muy bien lo que decía el hombre, cuando voltearon la vista hacia el hombre nuevamente este ya había desaparecido sin dejar rastro alguno más que el volante que les había dejado a las hermanas.

Ellas corrieron hasta su hogar en busca de su madre.

-Mami, mami ¿podemos ir al circo? –dijo María

-¿Al circo? –Pregunto su madre- yo no escuche de ningún circo en este pueblo

-Está a las afuera, adentrándose en el bosque –dijo Sofía emocionada

-¿Dentro del bosque? ¿No era peligroso adentrarse dentro de él? No sé.

-Por favor, mami, el circo comienza a la puesta del sol

-Bueno, supongo que podemos ir a pasear un rato. Si pudieron construir un circo en ese lugar entonces ya no es tan peligroso ese lugar

Las hermanas se fueron a cambiar emocionadas, una hora más tarde estando ya listas partieron hacia el bosque.

-No se separen de mí, puede ser peligroso, no conozco la zona y es más fácil que se pierdan –dijo la madre

Al adentrarse no podían ver nada que indiquen que allá un circo cerca, caminaron más y a la ver que perdieron el rastro de la ciudad comenzaron a escuchar música de circo, el sol se terminó de ocultar, la música se escuchaba mucho más fuerte y pudieron ver las luces de unas fogatas

-Mira, María, es el circo –dijo Sofía sonriendo.