En la oscuridad total solo se empezó a escuchar unos pasos que resonaban con el eco característico de una cueva. Sofía, que no sabía que esperar, escuchaba atentamente estos pasos, sabía que no eran pasos normales, su sonido era algo diferente a los de una persona. De repente los pasos dejaron de sonar y el circo se sumergió en un silencio inquietante. Un canto inundo el escenario, una voz angelical que cautivo a Sofía y a su familia en un instante. Una estela de luz se hizo presente, iluminando a la dueña de tan hermosa voz, una joven de largos cabellos color castaño y piel pálida, portaba un vestido con corsé, cargado de telas blancas y celeste pálido que llegaban hasta el suelo. Sofía quedo fascinada con la belleza de esta chica.
-Es hermosa –dijo con gran emoción María
-Su voz es encantadora –respondió Ana
Sofía solo se quedó en silencio admirando a la cantante, no parpadeaba una sonrisa fue formándose en su rostro.
-Es... muy... linda –dijo la pequeña Sofía entrecortando sus palabras.
Fascinada, poco a poco sentía como sus inquietudes sobre el circo se iban disipando hasta que de repente escuchó una voz en su cabeza susurrando
-Déjate ir, deja que el circo te atrape, deja que te lleve, olvídate del resto
Esto alarmo a la pequeña quien parpadeo súbitamente. Al hacerlo notó que la cantante llevaba vendas en los ojos, su piel estaba llena de cicatrices y el vestido, que tan bello lucia, en realidad estaba muy sucio, con sus telas rasgadas con una abertura que dejaban ver sus piernas.
-¡DIOS MIO! –exclamo horrorizada Sofía al percatarse que esa chica tenia piernas de ciervo.
-¿Qué pasa hija? –le pregunto Ana sin dejar de ver a la cantante.
-¡Esa chica no tiene piernas normales! –Le respondió Sofía- ¡son de ciervo!
-Deja de decir estupideces –dijo María.
-Pero... pero –balbuceaba Sofía
-Hija, tranquilízate y disfruta del show –culmino Ana.
Sofía sin saber ya que decirles para que reaccionasen simplemente observo en silencio el transcurso del acto. La pequeña que ahora estaba más atenta empezó a darse cuenta de detalles que antes había pasado por alto, su madre y hermana no parpadeaban, tenían su vista fija en el escenario y en su rostro estaba tallada la sonrisa más grande que hayan tenido.
La mezcla de un ritmo lento, notas altas y falta de letra alguna formaban una melodía atrapante pero la pequeña Sofía no se dejaba llevar por esta, ella no podía relajarse y solo disfrutar, había algo que le decía que tenía que escapar de ese lugar. Prestándole más atención a la cantante se dio cuenta que su voz se quebraba en algunas notas poniendo en evidencia que esa chica no disfrutaba de lo que estaba haciendo
-Ella también está sufriendo –dijo Sofía para sí misma- Igual que las modelos de antes.
La cabeza de Sofía comenzó a llenarse de preguntas, ella sabía que había algo raro en ese circo y su gran corazón y mente inocente le pedían a gritos que intente ayudar a todos allí pero, a su vez, temblaba de miedo, ella se acordaba como el maestro del circo se dio cuenta de que ella no estaba atrapada por el espectáculo y el regalo que este le hizo lo sintió como una amenaza. Estaba totalmente consiente que ni su madre o hermana iban a poder ayudarla y ese miedo la mantuvo sentada viendo el espectáculo.
De manera brusca la cantante elevo su voz y con ello la estela de luz que la iluminaba comenzaba a abrirse de forma que dejo ver un suelo lleno de blancas margaritas que cubrían la totalidad de este. Sofía nuevamente fascinada abre los ojos sorprendida pero un escalofrió recorrió su espalda seguido a esto sintió como una mano se apoyó en su hombro, ella volteo a ver si fue su madre o hermana cuando se dio cuenta que ellas tenían las manos en sus propias piernas cuando escuchó una voz del otro lado
-Entonces, dime...
La pequeña al escuchar comienza a temblar descontroladamente mientras giraba su cabeza lentamente para ver al maestro del circo erguido a su lado
-¿Estas disfrutando del show, pequeña? –continuo el maestro.
Sofía paralizada por el terror no podía articular ninguna palabra y solo balbuceaba.
-Veo que te deje sin palabras –dijo el maestro del circo de burlesca- Tomate tu tiempo, no hace falta que me contestes ahora.
El maestro de cirquero se enderezo y acomodo su sombrero para dirigirse al escenario nuevamente.
-Espera –lo detuvo Sofía- Esa chica ¿Qué le ocurrió? ¿Por qué tiene esas piernas?
-¿Ella? Pues –contesto el maestro del circo- digamos que nació así y yo me encargue de darle un lugar en mi circo.
-Pero a ella no parece gustarle –alego Sofía- luce triste.
-Oh... eso –contesto el misterioso hombre sin dejar de sonreir- veras, pequeña, ella nació en un pueblo lejano, hija de padres con gran renombre entre los pobladores, siempre la ocultaron de todos por su llamativo cuerpo. Como es de esperar, dicha tarea se hizo más difícil a medida que la desgraciada crecía, encontraron una rápida solución en vestidos que llegasen hasta el suelo y dejándola salir lo menos posible manteniéndola ocupada con clases de canto, obviamente como cualquier chica a la que no dejan salir mucho ella solía desobedecer a sus padres y salía a escondidas pero aquellos vestidos que la hacía lucir como una chica normal dificultaban mucho su andar ya que era normal que pisara las largas telas. Era cuestión de tiempo hasta que esta tropezase en la calle y un día en el que estaba paseando por el pueblo a escondidas de sus padres simplemente ocurrió, ella callo dejando ver sus particulares piernas ¿puedes imaginarte la reacción de los presentes al ver tan horrorosa cosa? Obviamente ella se puso de pie, recogió su vestido y corrió hasta su casa dejando que más personas la vean. La noticia corrió como el agua y con ella los rumores, se empezó a decir que había nacido así porque los padres estaban vinculados a la magia negra. Rápidamente empezaron a ser acosados por los pueblerinos perdiendo todo el estatus que tenían, su padre acabo por perder su trabajo, tuvieron que mudarse para evitar más problemas pero había un problema, "esa niña nos va a traer problemas vayamos a donde vayamos" decía el padre, "deshazte de ella" dijo la madre. El recordar todo el dolor y vergüenza que le hizo pasar a su familia, cualquiera luciría triste con ese peso sobre los hombros.
Sofía, mientras este hablaba, no podía dejar de ver los ojos bien abiertos color morado y la sonrisa desproporcionada que poseía ese hombre.
-¿Cómo te llamas? –pregunto con miedo Sofía
-¿Mi nombre? –Contestó el hombre sonriente- Ya hace tanto me dedico a esto que simplemente me conozco como Cirquero ¿Y usted pequeña?
-M-me... -tartamudeaba la pequeña- me llamo Sofía.
-Que adorable nombre –dijo Cirquero en un tono siniestro- Asegúrate de ver y disfrutar el show, abre bien los ojos y no te pierdas de los detalles.
Dijo caminado hacia el escenario perdiéndose en la oscuridad. Sofía volteo rápidamente a ver a su familia que no se inmutaron, al ver al escenario nuevamente noto que las margaritas estaban marchitas. La cantante termino su acto entonando una nota sostenida muy larga mientras la luz se apagó súbitamente y una vez que esta termino los aplausos ensordecedores se hicieron presentes pero a pesar de todo el ruido Sofía escuchaba la voz de Cirquero susurrándole
-El espectáculo debe seguir...
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Dark Wood Circus
HororAdentrándose en el bosque a las afuera de un pueblo existe un circo, lleno de misterios y extraños artistas. Una familia, aceptando la invitación de un extraño hombre a este circo, a conocer a los artistas y sus historias llenas de dolor y sufrimien...