2# Me fue bien

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Habíamos dejado a Samantha y Natasha. Doña Nuria se lo había tomado muy tranquilo. Íbamos camino a casa. La noche era fría y nublaba.

- ¿Cómo te fue? Te noto muy feliz, ¿acaso ya diste tu primer beso y por eso estás con esa tarada sonrisa?-. Maldito Harry, me había recordado que nunca he basado a una chica.

- Harry, ¿te puedo preguntar algo, qué se siente enamorarse?

- Oye no te apresures matador, es la primera que vez salen. Que tal si en unos días la lleva a la vieja cabaña y así se conocen un poco más.

- Me parece genial, pero... ¿Le gustará?

Detiendo el carro para hablar para poder verme dice: -No lo dudes bro, es una grandiosa oportunidad para se conozcan más. No se puede negar que entre ustedes 2 hay química. ¡Vamos men! Date la oportunidad, Samantha es una grandiosa chica-. Pone su mano en mi hombro para brindarme una sonrisa de apoyo, toma el volante y sigue manejando a casa.

No estaba del todo seguro, nunca había invitado a una chica a una "cita", Harry era de fuerte de apoyo y al fin de cuenta él quería quedáramos los 4 juntos en familia.
Conllevaba muchos sentimientos en ese momento que jamás había vivido. Harry siempre ha sido mi mentor, la única persona que era yo mismo con toda transparencia; pero no quería ponerme sentimental, era un tema que no iba a saber como manejar.

- Ok, la voy a invitar - dije seguro y firme en decisión.

Llegamos a la casa, entramos en silencio para no despertar a Esteban y a Maria, los papás de Harry, mis tíos.
Era las 12: 36 a.m. me tenía que levantarme a las 5:30 a.m. para ir a clases. Estaba exhausto por la noche que tuve hoy.
Me tiré a la cama, no me sacaba de mi mente a esa Samantha, creo que de verdad me gustaba, no podía dejar pensar en ese momento de nosotros bailando. Me quedé como media hora pensando en ella, hasta pensé como se llamaría nuestros hijos y donde viviríamos, sin darme cuenta me había quedado dormido pensando en ella toda la noche. 

5:30 a.m.

- ¡Evan! Lavantese-. Me despierta mi tía, me iba a despertar todas las mañanas después de preparar el desayuno.

- 5 minutos más Tía Mari.

- 5 minutos nada más, sino está despierto en 5 minutos vengo con agua fría.

Sin duda alguna estaba despierto recostado contra la pared, no dudaba que mi tía me tirara agua fría si seguía durmido, lo ha hecho en más de una ocasión, no sería la decepción que viniera a hacerlo esta vez. Siempre me quedaba un toque sonámbulo en la cama viendo al techo mientras me despertaba, era una costumbre de aterrizar a tierra después de levantarme.

Después de tomar la ducha y alistarme baje con mi tía a desayunar.

- Y bien, no me has contado como te fue ayer. 

- Bien Tía Mari.

- ¿Me vas a decir como era esa chica que hablaba Harry? La hermana de Natasha.

- La voy a invitar a una cita a la vieja cabaña.

- ¡Oh... Evan! ¿Entonces eso es un bien? El pequeño Evan va a llevar una hermosa chica una cita, bueno, ni tan pequeño que ya eres más grande que tu tía. Que rápido pasa el tiempo- se levanta a preparar un poco de café caliente.

- Recuerdo cuando tu Tío me invitó a nuestra primera cita, fue a pedirle permiso a mis padres y con un traje gris con negro, estaba tan guapo. Me llevó a un lugar espléndido y me preparó una deliciosa comida, fue más que todo un pinic-. Tomando la silla se sienta con su taza de café caliente.

- ¿Me suguieres que le lleve un poco de comida hecha por mí? Pero tía Mari, no sé cocinar.

- Lo que quiero decir Evan es que seas tú mismo. A tu tío le encanta cocinar, me conquistó con la comida, lo tengo que admitir, eso se debe estos kilitos de más-. Soltando una pequeña risa y perdiendo su mirada recordando esos viejos tiempos.

- Gracias tía Mari, ya me tengo que irme al instituto-. Me despido con un beso entregado en su frente.

- Cuidate, Evan. Ahora seguimos hablando de esa chica, Samantha.

6: 30 a.m.

Tomando mi mochila, tomo rumbo a la secundaria. El día estaba soleado, con una hermosa brisa que acariciaba mi pelo. Era perfecto, justamente para salir con Samantha; no sé cuántos días tengo que esperar para invitarla a una cita, ¿tres días sería mucho o muy poco? Me fui todo el camino discutiendo conmigo mismo hasta llegar a clases.

Entrando rápido como siempre tarde, me siento atrás de Adam, mi amigo desde la escuela. Era en una cierta parte duro porque a final de año íbamos a tomar rumbos distintos y nos íbamos a separar. Era mi amigo de toda la vida.

- ¿Cómo te fue ayer con esa chica?- dice Adam volteándose y dando un saludando con un choque de puños.

- La voy a invitar a una cita- dije convencido.

- ¿Entonces eso significa que le fue bien?- dice Adam interesado. Es la segunda vez que me pregunta en este día y apenas estamos comenzando la interrogación porque Harry no terminó ayer ni mi Tía Mari en la mañana.

- Me costó hablar al principio, pero no sé como terminamos hablando de la casería de sapos.

- ¿Le hablaste que matas sapos? ¿Evan de verdad cree que esa chica se va a fijar en tí?

- Me dijo que sería divertido ir un día a matar sapos. Dije tranquilo.

Dejando la boca abierta y los ojos completamente estirados dice: -Esa chica es la ideal, no la dejes ir Evan. Nunca conseguirás una ni parecida.

El día había sido la misma rutina de todos los días, nada fuera de la común. Tenía planeado salir a jugar fútbol con mis compañeros, de todas modos tenía la tarde libre, decidí ir a mi casa a cambiarme.

¡El día era perfecto!

¡Oh rayos! ese pelo castaño lo conozco, mis rodillas temblaron y el maldito zoológico en mi estómago volvió a tomar vida en mí. Iba a dar un paso atrás y tomar otro camino a casa, tenía en cuenta que la iba a invitar a salir pero no me sentía preparado. No logro entender como no puedo tener control de mí mismo y ir a hablarle, soy patético.

Me quedé helado unos minutos, a un par de metros a distancia de ella. Cuando de un momento a otro se voltea, al verme se queda con un cierto asombro acompañado de una sonrisa, se viene directo hacia donde a mi para saludar.
Bien Evan, otra vez es ella la que da el primer paso, nunca lograrás nada digo pensando mientras ella viene caminado hacia donde mi con una sonrisa.

- ¡Hey, hola! ¿Acaso me estás acosando? Te miré viéndome.

- Yo... Yo, yo... Sin dejarme terminar.- Estoy molestando, ¿acabas de salir de clases?

- Sí... Yo ya iba tomando camino para mi casa.

- ¡Oh genial! Yo vine a saludar a mis primas, pero ya voy a mi casa, tengo que ayudarle a mi madre con el almuerzo, ¿te acompaño?

- Sería estupendo. - dije sonriente.

- Genial, iré a despirme de mis primas y de mi tía. No tardo- Guiñando el ojo entra a una casa blanca grande perdiéndola completamente de vista.

- ¡Ok, tía! ¡Yo la saludo de tú parte, se cuidan!

Sale Samantha sonriendo al piso de la casa blanca grande.

- ¡Amo a esas chicas! ¿Listo, vamos? Ya te gustó estar debajo de ese árbol, antes solía subirme en el, pero una vez me caí en un día lluvioso y lo odié por los restos de mis días. Bueno vamos, te consigo contando en el camino.

Amor a prueba de balas (Borrador, en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora