ABC... Historias Percabeth ♡

L - Librería

Percy p.o.v

Hace dos semanas Annabeth y yo comenzamos nuestro último año de Instituto juntos, y extrañamente hemos estado tranquilos, casi nada nos ha atacado y eso es genial.

Annabeth vive en casa de mis padres y conmigo, obviamente, y eso ha sido fantástico, además de que nos ayudamos mutuamente cuando tenemos las pesadillas.

Hoy era sábado, un sábado tranquilo, era un día nublado; acababa de desayunar, estaba viendo la televisión en la sala y aún no se despertaba Annie.

Mamá y Paul habían salido y aquí estaba yo, aburrido.

Al salir un comercial, decidí ir a despertar a Annabeth, aunque lo más seguro es que me lancé la alarma o un zapato.

Entré a la habitación y ella estaba cobijada de los pies a la cabeza.

- Annabeth - Susurré.

Las cobijas se removieron, pero aún no despertaba.

- Aaannaaabeeeth - Le dije con voz mas alta.

- 5 minutos más - Me dijo adormilada

- Listilla, hay que salir - Le decía, ahora estaba sentado a la orilla de la cama.

- Pero es sábado - Me dijo, sacando su cabeza de las sábanas, hacía un puchero y se veía realmente adorable, no podía resistirme, me acerqué y la abracé.

- Eres adorable - Dije, abrazandola, y dándole un beso en la frente.

- Sesos de alga, no lo soy - Dijo riendo.

- Lo eres, ahora baja a desayunar y después podríamos ir al centro comercial - Le dije, levantándome.

Me miró por unos segundos.

- Bien, ¿Qué nos dejó Sally para desayunar? - Preguntó con una linda sonrisa.

No lo evité y me reí.

- De hecho, yo haré de desayunar - Dije con una sonrisa orgullosa - Bueno, yo ya desayuné, así que te haré de desayunar -

Me dio una mirada tierna, se levantó y me abrazó.

- Eres el mejor novio del mundo ¿Lo sabías? Además TÚ eres extremadamente adorable - Me dijo riendo.

Me reí y baje a hacer de desayunar. Mi mamá me ha enseñado a hacer algunas cosas y no es por presumir pero tengo bien sazón.

Después de que Annie desayunara, decidimos salir.

- ¿Vamos a comprar helado? - Me preguntó Annie cuando llegamos al centro comercial.

- Claro- y tomados de la mano compramos un helado.

Estuvimos platicando un largo tiempo, y después de eso, seguíamos caminando, pasamos por una librería y los ojos de Annabeth brillaron, amaba verla tan emocionada, además es la librería más grande del centro comercial y Annie me decía que aquí a veces encontraba libros en griego antiguo, lo que le facilitaba leer.

Nos detuvimos enfrente de la librería.

- ¿Por que nos detenemos? - Me preguntó con total confusión.

- Ven, hay que entrar, escoge el libro que quieras, será un regalo de mi parte - Le dije y su sonrisa se hacia grande lentamente. (N/A: Esta es una de las cosas más bonitas que te pueden pasar, no me ha pasado a mí, pero ha de ser bonito)

- ¿Me lo dices en serio? - Me dijo aún sonriendo.

- Si listilla - Le dije dándole un pequeño beso en los labios.

Después, saltó como niña pequeña y entró corriendo a la librería.

Me parecieron horas estar aquí, pero no me quejaba, con ver a Annabeth feliz yo estaba bien. Ella caminaba por todos los pasillos, de un lado a otro, viéndolos, haciendo muecas, sonreirles a los libros o murmurar cosas cómo "Este ya lo leí", "Demasiado corto", "Muy romántico", "Tuve spoilers de este" y así sucesivamente. Me reía de sus gestos, y ahora creo que los niños de Atenea sólo sacan su modo hiperactivo cuando se trata de escoger un libro.

Después de un laargo tiempo, encontró un libro que estaba en griego, me lo dio y me dirigí a pagar, la señora de la caja parecia de unos 30 años más o menos, tenía el cabello castaño y ojos marrones; miró el libro y preguntó.

- ¿Es tuyo? -

- Es para mi novia - Le dije mirando a Annie, que seguía viendo libros.

- Esta en griego - Me dijo como si no me hubiera dado cuenta.

Me reí.

- Le gusta leerlos así -

- ¿Tu novia sabe griego? - Me preguntó y parecía muy sorprendida.

- Si, en un campamento de verano nos enseñan griego -

Annabeth se acercó a mí, y la señora la observó y parecía sorprendida.

- ¿Ella es tu novia? - Preguntó la señora.

Asenti, estaba nervioso de que la señora fuera un monstruo y nos atacara en cualquier momento.

- Entonces, ¿A los dos les gusta leer griego? -

- Sólo a mi - Se adelantó a decir Annabeth y la miré ofendido, pero en cierta parte tenía razón.

- Oh, espera - Le dijo la señora y se levantó hacia una puerta.

- ¿Crees que sea un monstruo? - Preguntó Annie

- No lo creo, ya nos hubiera atacado - Murmuré

Después de unos minutos volvió la señora con un libro, muy bonito, además era azul.

- Es un libro que está escrito en griego - explicó - Era de una hermana mía, bueno, hermanastra, y se parecía a ti, - Dijo señalando a Annabeth - Toma, es de seres mitológicos, habla de dioses griegos y todas esas cosas y por alguna extraña razón a mi hermana le gustaba esto ya que podía leer griego.

- ¿Me lo regala? - Preguntó Annabeth igual de sorprendido que yo.

La señora asintió.

- ¿Pero no se molestará su hermana de que regale su libro? - Pregunté

- Mi hermana murió de pequeña, tenía 14 años. Al igual que ustedes iba a un campamento de verano aquí en Nueva York, aunque jamás me llevaron con ella, a decir verdad no nos llevábamos bien. Mi padre dijo que tuvo un accidente después de acabar el campamento - Miró con tristeza a Annabeth - Y como dije antes, se parecía a ti, tenía ojos grises que daban miedo - Se detuvo y se rió - Por eso te doy el libro -

Le dimos las gracias y salimos con los libros que ahora eran de Annabeth.

Fuimos a un parque y nos sentamos en el césped.

Miré a la nada, pensando en la posibilidad de que la hermanastra de la señora era una semidiosa.

- Muchas gracias por el libro Percy - Me dijo Annabeth sacandome de mis pensamientos.

- No hay de que listilla - Le dije abrazandola, y nos quedamos ahí, disfrutando la compañía del otro.

- Sabes, tu me llevaste a uno de mis lugares favoritos - Dijo, levantando su cabeza de mi hombro - Quisiera devolver el favor, e ir a alguna playa - Me dijo con una sonrisa que devolví con gusto.

- Sería fantástico listilla, y podríamos hacer Surf - Dije

- Mmm... No se hacerlo -

- Genial - Dije con emoción, y me miró molesta - Quiero decir, yo te daría lecciones de Surf, será divertido.

- Entonces es una cita -

- Es una cita - Le dije, dándole un beso en los labios, jamás me cansaré de esto.

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