capitulo 1

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-Bueno, ha estado bien, pero, me tengo que largar ya.- Se excusa Leo saliendo de la cama y poniendose los calzoncillos.
La chica se desperezo y se incorporó.
-¿ya?, joder, me has echo la visita del médico.
Escucha un bufido de Leo a modo de despedida.
Camina por las calles oscuras de su ciudad, ya ha anochecido, la luz de las farolas tapa a la luna y a las estrellas, mientras Leo fuma y camina con desgana hacia el parque habitual. Tiene la sonrisa invertida, y mira hacia el suelo. Piensa en quien reparte la suerte, en sí existe un Dios y en porqué asiste impasible al declive mundial.
Un grito lo saca de sus pensamientos, mas adelante un hombre corre hacía él con un bolso agarrado en ambas manos, tiene el rostro de quien necesita tanto drogarse como respirar, leo lo deja pasar, ni lo mira. Continua caminando, a unas dos manzanas hay una mujer tirada en el suelo, posiblemente la victima del ladrón, tiene un ataque de ansiedad, su pecho sube y baja sin parar.
La calle esta oscura, es una parte peligrosa de la ciudad, la mayoria de las farolas no funcionan, solo hay una pocas salpicadas, que le añaden un tono tetrico a la noche.
Leo duda si detenerse, total, solo es un robo, lo superará, ademas parece bastante pija, su papá le comprara otro asqueroso bolso. Continua caminando, pero, no puede quitarse esa respiracion de la cabeza, marca el número de emergencias, pero no efectua la llamada. Tardarían demasiado.
Se acerca a la chica que se asusta al verlo, respira aun mas fuerte, retrocede sin levantarse, apoya el trasero en un charco de dudosa procedencia,Leo contiene una sonrisa burlona.
Carraspea.
-Eh, eh tranquila, no voy a hacerte daño, pero tienes que calmarte-explica tratando que su voz sea calmada.- ahora vas a relajarte y respirar tranquilamente, no hay motivo para alterarse.
Leo sigue calmando torpemente a la chica durante una hora, al final los espasmos cesan y su respiración se asienta, aunque tardara en quitarse el susto del cuerpo, ya podra seguir sola.
Leo se levanta y vuelve a caminar, no quiere agradecimientos, no busca la estima de nadie.
- Gracias.- dice la chica a su espalda.- Me llamo Miriam, ¿y tu?
Leo se detiene.
-Leo, me llamo Leo. Tengo prisa, disculpa.- se despide sin darse la vuelta.
Se gira un poco, mira a la chica, sigue temblando, la noche esta muy entrada, una pregunta se hincha en su boca, suspira, se mete las manos en los bolsillos. ¿Es buena idea?-Se decia.-No me conoce y seguro que piensa mal..
-¿Quieres acompañarme a casa?- Miriam interrumpe su conflicto interno.
Asiente.
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El olor acre a marihuana impregna el parque donde Leo se reune al fin con sus amigos, los saluda con abrazos y palmadas en la espalda, se siente bien con ellos, como una familia que sí se elije, se sienta en suelo que esta algo sucio, los demas estan en el banco de enfrente a unos palmos de Leo, que trata de pillar el hilo de las conversaciones.
- ...lo que realmente necesitamos es mas ética y menos leyes, al hombre no se le puede domesticar.- Es Alfonso refiriendose a Alberto que trata en vano de ocultar su increíble borrachera.
-¿Y que es la ética según tú?, ¡yo creo en la moral!, para clasificar mis actos según sean en buenos y malos..
Todos se quedan callados, Leo le arrebata el vodka a Alfonso.
-Valla personajes me traéis a la mínima de cambio.- Se mofa Leo refiriéndose al grupo sobre Alberto. Pega un trago al vodka y suelta un enorme suspiro, todos le miran, otro trago.- Moral y ética son sinónimos del mismo engaño: Tú, no eres libre como individuo, no tienes ideas propias, crees que si, pero solo eres parte de la corriente, tus actos, tus expresiones, tus ideas mas profundas, esos pilares sobre los que apollas tu vida y que te hacen sentir tan especial.. solo eres parte de la corriente, un producto defectuoso.- alguien le pasa un porro, pega varios calos para crear mas expectación.- Tus ideas solo son humo, nosotros y nuestras ideas no valemos nada. Grabatelo, asumelo y sigue desperdiciando tu vida.
Nadie esta en condiciones de debatir, por lo que las palabras de Leo vuelan, como arrastradas por el viento. Poco a poco salen a flote intentos de conversacion, pero se hunden en la rutina de historias ya gastadas por el uso, la unica gracia de ellas son las caras que ponen al narrarlas, la luna y el humo acompañan sus palabras. Nadie quiere ser el primero en irse, se aferran a la dudosa compañia de una botella, de un porro, de un oído. Esconden sus demonios bajo una sonrisa que ya no quiere salvar el mundo "El mundo, el mundo que lo arregle el dinero, pues el dinero lo rompió."-Suelen decir, en parte con alivio y en parte con resignación
- Y tu que Leo, no sueles llegar tan tarde.- inquirió Sandra, una chica rubia y delgada que no habia hablado en toda la noche.
Leo sonrio sarcasticamente.
- Sí bueno, lo que no recuerdo es desde cuando te doy explicaciones.- replico Leo, con voz pastosa y los ojos inyectados en sangre.
El grupo rie la broma de Leo eufusivamente, miran a Sandra que trata de no ponerse echa una furia y perder la poca cercanía que tiene con Leo.
-Supongo que lo bueno se hace esperar.- dice mientras sonríe.
Leo sonríe tambien, la tiene justo donde quería.
-¿Por eso tu llegas la primera verdad?, eso explica tod..-Leo explota en carcajadas al ver la cara de Sandra y no termina la frase.
Un tortazo choca con su rostro, nota el calor extenderse por su mejilla, no se enfada, baja la cabeza y sonríe, solo quiere sentir algo, aunque solo sea dolor para recordar que sigue vivo.
Sandra se aleja, Leo no la ve alejarse, escucha los insultos que ella le regala mirando al suelo y con una sonrisa, como si fuese el mejor de los piropos.
Mira al grupo que niega con la cabeza mientras lo miran.
- ¿Y a vosotros que coño os pasa?, si quereis podeis iros con ella, total...
- Pasa que eres un puto cerdo y te dan igual los sentimientos de los demas.- Salta Lidia con tono de reprimenda y la mirada de quien esta harto.
-Solo soy sincero, ¿vale?- Responde Leo tratando de zanjar el asunto.
-¡Pues estamos hasta los huevos de tu sinceridad!- explota alfonso.- Sandra solo queria ser amable y mira. Ademas me caía bien.-Esto ultimo lo dice cómo hablando para si mismo.- Y ya no volverá.
Leo gruñe y se levanta, esta mareado, se esfuerza por no tambalearse.
-Pues yo estoy harto de vuestras filosofias baratas y vuestro sentimentalismo, a tomar por culo, me largo.-dice alejandose.
Camina ha trompicones a escasos metros del parque y escucha la voz de Lidia
-..¡Eso, largate como haces siempre que no se te baila el agua!
Leo nota estas palabras dentro como hierro al rojo sobre la piel, de tener saliba en la boca escupiria, de no estar tan borracho y colocado hubiese dado una respuesta afilada, pero se limita a alejarse.
Camina a la deriba por las calles oscuras, nota como la rabia crece, su cabeza esta saturada, como si miles de personas quisieran entrar a la vez en la misma habitación, ahora multiplicalo por dos; mas o menos así se siente Leo.
El movil marca tres y media, las calles estan vacías, borracho y fumado, un hombre sensato volveria a casa. Leo entra a un bar.

El olor a vomito invade sus fosas nasales, no hay demasiada gente; varios borrachos inconscientes en la barra, unos cuatro neonazis jugando al billar y una pareja de cuarentones que tratan de demostrar lo jovenes que se creen.
Se acerca a la barra tratando de disimular su enfado, lo atiende una camarera de mala gana.
- Jack Daniels con hielo.- pide Leo con voz ronca. Escucha una carcajada del grupo de neonazis.- Deja la botella, ¿quieres?
La camarera deja la botella y se pone a limpiar la barra ya limpia, con un trapo de lino blanco, la superficie oscura de la barra combina con el ambiente oscuro y sin calor del local. En la mente de Leo resuenan las duras palabras de sus amigos, en el fondo los entiende, entiende que ya no quieran su compañia, ¿quien esta dispuesto a aguantar a alguien asi?
Los neonazis se han sentado como ha tres taburetes de Leo que bebe y reflexiona, cuentan chistes de mal gusto y rien a carcajadas, apestan a alcohol, Leo siente asco solo de mirarlos. Apura su segundo whiskey en lo que uno de ellos empieza un chiste.
- ¿Que le dice un negro muerto a otro.-Los demas niegan con la cabeza sonriendo.-¡Tienes gusanitos!
Los neonazis rien a carcajadas, pegan palmadas en la mesa, y suspiran para recuperar el aliento.
Leo sonríe mirando a su vaso, mientras se sirve otra copa. Los mira.
- Yo tengo otro chiste, muchachos.- habla mas el whiskey que Leo.
Los fornidos hombres se acercan con cara de pocos amigos.
-Adelante sueltalo.
El olor a after-safe casi hace potar a Leo, que contiene las arcadas y exibe la sonrisa de quien es mas alcohol que persona.
-¿Que diferencia hay entre desgracia y mala suerte ?
Los hombres se encogen de hombros haciendo sonar las chapas con motivos fascistas de sus chalecos.
-Una desgracia es que se caiga por un barranco un autobús lleno de
nazis, y mala suerte es que haya algunos asientos vacíos.-Sentencia Leo justo antes de que el bar quede en silencio.
La fortuna quiere que la canción que sonaba se acabe justo cuando leo terminara el chiste. Sonríe de forma altiva, la típica sonrisa que se pone cuando quieres recibir un puñetazo.
- Valla valla, parece que tenemos un gracioso.- mira a sus compañeros que sonríen con malicia.-Dime, ¿eres gracioso?
Leo estaba demasiado borracho para pensar con claridad y el veneno le ardia en la lengua.
- Eso deberias preguntarselo a tu madre, la muy zorra se descojonaba mientras le abria el culo.- dijo ilustrando su explicación torpemente con signos.
La camarera contiene una carcajada, la pareja sale toda prisa por la puerta.
Uno de los hombres agarra a Leo por el cuello, lo levanta por encima del suelo y lo estampa contra el suelo, escucha su craneo chocar contra el duro suelo, no ha terminado de recuperarse cuando otra mano lo agarra de nuevo y lo aprisiona de espaldas a la pared. El hombre al que Leo habia insultado le propina un puñetazo en la mandibula que le gira la cara.
-¿Donde esta esa sonrisa ahora, chaval?- los demas rien como monos de feria.- Venga sueltate un chiste, me apetece reirme.
Leo esta al borde de perder el conocimiento, tiene una sonrisa macabra esculpida a martillo en la boca.
¿Porqué el ataud de un nazi tiene agujeros?-Los mira sonriente.- Para que los gusanos puedan salir a vomitar.- ríe de forma macabra como quien ya espera la muerte.
Recibe un rodillazo en el estomago a modo de aplauso, nota sabor a hierro en su boca, escupe sangre en la cara del que le habia propinado el rodillazo, exibe una sonrisa altanera, sin pestañear.
Un disparo al aire interrumpe el altercado, todos se giran, hasta los borrachos buscaban la procendencia de lo que los habia despertado.
La camarera apunta a los neonazis con una mirada feroz, le tiemblan los brazos por el peso del arma.
- Si quereis seguir haciendo los salvajes venid a por mí.
Uno de ellos se aleja del grupo y va hacía ella.
-¡No ves que estamos ocupados!, dedicate a limpiar- trata de gritar Leo,para protegerla, escupe sangre y se apoya en la pared.
Otro disparo, esta vez al suelo, a escasos centimetros de su pie,hace que el neonazi deje de caminar y retroceda, la camarera acorta distancia.
Ahora saldreis muy despacio, no volvereis y yo no daré parte a la Policía, ¿estamos?- carga el arma, por si cabe alguna duda, da un paso mas.- ¡Largo!
Los hombres salen casi tropezando unos los unos con los otros. Leo se queda tirado en el suelo, el ultimo suceso le ha despejado la mente, se levanta del suelo, siente mareo cuando gira la cabeza y nota un molesto pitido en el lado de la cara en el que le habían propinado el puñetazo.
La camarera guarda el arma debajo de la barra, va hacía él y lo detiene.
-No estas en condiciones de moverte, voy a cerrar, te llevare a casa.
Leo niega con la cabeza.
-No necesito ayuda.-《No tengo casa.》-piensa.

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