Espero Que La Memoria Hoy No Me Falle.

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Y es que hace tanto frío pero me encanta, e inhalo una y otra vez bocanadas de aire fresco pero lo disfruto.
Nos encontrábamos recostados sobre el pasto ligeramente húmedo, ella rompió aquel silencio, no era uno incómodo, era de esos silencios poéticos.
-Mira.- Me dijo con una expresión de tristeza en su rostro y sus ojos humedecidos.
Levantó su mano hacia el cielo azul, era un azul profundo y opaco, ella levantó su mano señalando con esta una pequeña estela que se formaba en el gran lienzo azulado que nos en volvía.
-¿Ves eso?- Preguntó tratando de ocultar el nudo en su garganta.- Imagina que nuestros deseos y más grandes esperanzas se ven reflejadas por ese cometa, lentamente siendo calcinados ante todos los obstáculos que nos presenta la vida.
Hizo una corta pausa mientras lentamente perseguía con su dedo la estela hasta llegar a su punto final.

-Hasta que, después de un tiempo luchando contra corriente, los problemas pueden contigo y como por arte de magia todos tus sueños se ven destrozados.- Dió una calada al cigarro que se encontraba reposando entre sus labios y liberó el aire dentro de sus pulmones.- Nuestras desgracias son el entretenimiento de los dioses.

No sé cuanto tiempo lleva esta sangre aquí, de hecho no sé lo que hice antes, pero... los pensamientos siguen, el tiempo sigue, la locura... Sigue, y yo, aun reposando sobre la tibia alfombra con mis brazos entumidos y un charco de sangre bajo mi nariz tratando de buscarme.
Esperando, ¿Qué espero?
Cierto, a que alguien me levante, me limpie toda esta sangre y me deje llorar en su hombro, ya después que me explique que es lo que pasa conmigo pero primero, primero quiero llorar...

¿Una persona más? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora