Capitulo cuatro.

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09 de diciembre 1997.

"—Sabes... la vida no es un cuento de hadas. No todo resulta como uno quiere, no siempre tiene un final feliz."

Todo había pasado tan rápido. La relación entre Dipper y Mabel no fue la misma desde entonces. El rechazo de su ser más querido le dolía, mucho.

Aunque le compensaba haber conocido a Bill. Eran como uña y mugre, no se separaban por nada.

Mabel había tratado de ligar un par de veces con él. El rubio los visitaba seguido, ¿por que no aprovechar?

Pero no le funcionó, nunca cayó ante sus encantos. Eso molestó mucho a la castaña.

Pero Dipper cada día se enamoraba mas de Bill. Sentía ese agradable cosquilleo en el estómago, se sonrojaba cada vez que se acercaba mucho. Estaba comportándose como colegiala enamorada.

Mabel se dio cuenta de ésto y su enfado aumentó mucho mas. No dejaría que su estúpido hermano le quitará al "amor de su vida."

Una idea algo cruel se le ocurrió, debía darle una lección por entrometido. Así que le contó sobre el enamoramiento de Dipper al hermano mayor de Bill, Phill.

[...]

—B-bill.—murmuro algo tímido el castaño. Estaban en las gimnasio del colegió estudiando, solos y en silencio, sentados en el piso.

Dipper no soportaba más, tenía que decírselo.

—¿Uh?—volteó a verlo y soltó su lápiz—. ¿Que pasa, amigo?—preguntó con su típica sonrisa amigable.

El castaño se sonrojó aún mas, tomó aire y reunió todo el valor que pudo. Ya había aguantado mucho tiempo.

—T-tu m-me... g-gustas.—soltó.

Bill se quedó un mínimo estado de shock, sin hablar.

El mas bajo se levantó para salir corriendo; el rubio reaccionó, lo tomó del brazo, lo jaló y cayó sobre él en una posición algo incómoda.

—¿A donde vas?—le sonrió—, tu también me gustas, Dipper.—lo besó rápidamente, paralizando al otro por la impresión.

—Oh, dios mío.

Sentimientos, millones de mariposas. Todo explotó. Un beso tímido que expresaba millones de sentimientos. Aunque solo fuera un simple roce de labios.

El más alto mordió un poco los del contrario, haciendo que este abriera la boca para soltar un gemido. Aprovechó y hundió su lengua en su cavidad bucal, explorando gustoso. Aunque fuera un poco rudo no le quitaba lo romántico.

—Suelta a mi hermano, maldito maricón.—se escuchó un grito que venía desde la entrada. Ambos se separaron rápidamente con una expresión de miedo.

—¡Phill!—gritó asustado Bill—. E-esto no es...

—Ni lo intentes.—le interrumpió.

Caminó hacía ellos y tomó al castaño del pelo—Te daré una lección por eso, pequeño imbécil.—le sonrió y lo lanzó contra el piso. El castaño gimió de dolor y miró suplicante a Bill, esperando que reaccionara. Pero... el no hizo nada.

Patadas, golpes y cachetadas. La mayoría de los amigos delincuentes del pelirrojo se habían unido a la golpiza.

Ya habían pasado algunos minutos, los mayores parecieron cansarse. Estaba tirado en el suelo, sangrando, le dolía mucho. Las lágrimas no paraban.

Ahora mismo los golpes no le dolían, la actitud del rubio era lo que hacia estrago en su cabeza. Lloraba mas fuerte mientras lo miraba... aunque este a él no, solo miraba hacía otro lado. Tratando de evitarlo.

—Si veo que vuelves a acercarte a mi hermano, te mato. Tómalo como una advertencia.—finalizó y le escupió.

—Hablaremos cuando lleguemos a casa.—tomó a Bill del brazo y se lo llevó. Los otros salieron detrás de él burlándose.

La puerta se cerró y el castaño miró hacia el techo, su vista estaba nublada y los sollozos casi no lo dejaban respirar. El ardor empezó a hacerse presente, debía salir de ahí.

Se levantó como pudo y caminó hasta la enfermería, tropezando y cayendo. A esa hora no había casi nadie.

—¡Oh mi dios!—exclamó una mujer de cabellos rojos mientras miraba al castaño sumamente lastimado desde la puerta.

Lo subió a la camilla y empezó a sanarle sus heridas.

—¿Quien te hizo esto?—le preguntó sumamente indignada.

—Y-yo...—rompió en llanto y le contó todo a la amable enfermera. No le interesaba si lo repugnaba o lo echaba, necesitaba desahogarse con alguien.

—¡Oh, cariño!—exclamó y suspiró pesado—, sabes... la vida no es un cuento de hadas. No todo resulta como uno quiere, no siempre tiene un final feliz...—le sonrió triste—. Experiencia propia.—finalizó y termino de vendar su brazo.

El castaño entendió que no era él único con problemas, tan solo debía tratar de olvidar.

Como si nada hubiera pasado.

❁ ❁ ❁

My name is Dipper. ¡! Billdip. Book 1; Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora