Capítulo 1: El susto ¿Quién es el?

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Terminó de cenar, sus hermanos no volvían...Lisa tomó la decisión de acercarse nuevamente a la puerta clásica, con cierto temor y encendiendo todas las luces de la zona se acercó a la puerta. Un grito salió de la boca de la joven a pocos metros dentro de la habitación había alguien, ¿Quién demonios era? Se veía más alto que ella, pero emitía un aura que asustaba bastante y al girar ese ser su mirada a la puerta y descubrir a la chica una sonrisa se dibujó en su cara, pero era una sonrisa bastante sádica. Ese sujeto empezó a caminar hacia la puerta, Lisa estaba muy asustada, su voz se había esfumado y su cuerpo paralizado, y llego el punto donde ambos se encontraban frente a frente. El joven posó una mano sobre el cristal, como pidiendo que la joven pusiese su mano en el mismo lugar, queriendo tener sus manos lo más posiblemente cerca.

Lisa no sabía qué hacer, pero algo en su mente le decía que lo hiciese, y a pesar del miedo que tenía y las ganas de salir corriendo de aquella casa, Lisa, posó su mano sobre el cristal en el mismo sitio donde el ser había puesto la suya; Nada más posar la mano la expresión del ser se relajó...y se esfumó.

Lisa, con miedo y temblor por lo sucedido, al ver al ser desaparecer, se desmayó en el mismo sitio. A la mañana siguiente se despertó en su cama, desorientada y deseando que la experiencia de la noche anterior hubiese sido una simple pesadilla originada por su obsesión hacia la habitación surgida por el hecho de no poder entrar a ella.

No obstante, Lisa corroboraría, que lo sucedido la noche anterior no había sido un sueño, cuando uno de sus hermanos le pregunto qué hacía en el suelo tirada la noche anterior y que él había tenido que cargarla hasta su cama, que ya era hora de aprender a no quedarse dormida en cualquier lugar de la casa y menos delante de esa habitación.

No cabía duda, algo pasaba tras esa habitación de colorida expresión y aura oscura, y Lisa no se quedaría de manos cruzadas, esperaría con ansias su próxima oportunidad para esclarecer aquello, pero aquello iba a ser difícil, sus padres volvían pronto y no sabía cuándo volverían a regresar tarde alguno de sus hermanos.

La oportunidad no tardaría mucho en regresar, dos noches más tarde la joven se encontraba nuevamente sola, esta vez fue en la tarde, cosa que le tranquilizaba, todo tendría que ser rápido, porque aunque sus hermanos tardasen, sus padres regresaban ese mismo día, pero no sabía cuándo.

-Uhg...- Lisa tragaba saliva mientras se iba acercando a esa puerta, había algo que le llamaba atención, y a medida que se acercaba había un algo que le decía que entrase, como una grave y dulce voz llamándola, apretó el pomo de la puerta, lo giró y abrió la puerta. Un olor inundó los pulmones de la chica, era un olor bastante desagradable, se notaba de lejos que esa habitación había permanecido cerrada mucho tiempo, como podía estar aparentemente tan limpia a pesar de haber estado cerrada y sin mantenimiento alguno. Con cuidado y cautela, Lisa fue caminando al interior de la habitación; Cada vez era más confuso, aquella habitación parecía como un pequeño apartamento, tenía de todo, un par de habitaciones, una cocina pequeñita y un baño, era una casa junto a la propia casa. Sin embargo a pesar de todo, el aura seguía siendo muy oscura, como si algo contaminase aquel ambiente.

De repente la joven notó como algo se movía con rapidez tras ella, sentía esos ojos de días antes mirarla, '¿Qué hago?' en la mente de la chica no se producía otra pregunta, su cerebro repetía una y otra vez lo mismo, encima se había paralizado de nuevo, bajo la mirada, y al alzarla nuevamente, aquel ser, se encontraba frente a ella con su macabra sonrisa.

Una cara de pánico apareció como resulta de aquello sobre la muchacha, su cuerpo congelado por el miedo no respondía a su imperiosa necesidad de huir.

El sujeto situado parecía levitar sobre el suelo, pero empezó a levantar el brazo hasta ponerlo perpendicular a su cuerpo, estaba en la misma pose que el día que apoyo la mano en el cristal de la puerta, Lisa se asustó, retrocedió un poco, su piel se ponía cada vez más blanca. Había llegado a su límite, pero tenía que salir, no podía desmayarse allí, no solo porque no sabía lo que podía pasar, sino porque había entrado allí a pesar de la advertencia.

Por fin logro hacerse con su cuerpo, dio la vuelta y empezó a correr hacia la puerta, pero a medida que se iba acercando algo le decía que no podría salir de allí.

Y de repente, la puerta se cerró de golpe con la joven asustada a varios metros de la puerta, a través del cristal de la puerta veía como aquel ser iba moldeando la expresión de su cara a una más serena y confiada, como no, había atrapado a su presa, ésta ya no podría escapar, cada vez estaba más y más cerca, Lisa se había pegado a la puerta y estaba golpeándola pero el cristal parecía no romperse, ni siquiera un mero rasguño aparecía por su superficie, aquel ser estaba cada vez más cerca de ella.

Y un gritorompió el silencio del ambiente, al otro lado de la puerta se encontraba lamadre de la joven, con una mirada hundida en el pánico y un padre que parecíano entender la situación. La madre se acercó a la puerta golpeándola eintentando abrirla, pero no hubo modo durante los primeros instantes, desde elcristal la joven ya con lágrimas en los ojos, veía como el ser se alejaba deella y en el punto inicial alzaba la mano como la primera vez, y desaparecíamientras la madre gritaba algo que la chica no podía oír ni entender, pero queel sujeto parecía lograr entender, puesto que su respuesta tras una sonrisatriste...era volver a su sonrisa macabra.

Neo Persephone y HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora