Capítulo 2

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Primer acercamiento

Hiccup frunce el ceño al darse cuenta la razón por la que el dragón aún no se había marchado. Al parecer, en su intento por probar su invento y atrapar un dragón, había roto una de sus alas inferiores. Esa noche no logra dormir, es su culpa.

Aunque, en cierta forma, el hecho de que dichas alas sean las que le proporcionen el equilibrio es... fascinante.

Y, decidido a acercarse y saber más del dragón necroso, y calmar su consciencia traicionera que no deja de repetir que fue su culpa, regresa al día siguiente con un pescado, como ofrenda paz y para conseguir, aunque fuese, que el dragón no se lo coma por estar ahí.

El dragón gruñe al verlo pero el olor de la comida hace que unas pequeñas protuberancias en su cabeza se alcen, interesadas. Hiccup sonríe y se lo ofrece, nervioso. Cuando el dragón no se mueve para ir por el pescado él se acerca. Parpadea al ver las encías peladas del dragón.

—Oh, juraría que tenías dientes—comenta ladeando la cabeza y se sobresalta cuando estos salen prácticamente de la nada y el dragón roba el pescado de su mano—. Dientes retráctiles, asombroso. Creo que te llamare Toothless.

El dragón gruñe un poco y se acerca a él parándose en sus patas traseras. Hiccup retrocede, temeroso de haberlo hecho enfadar, no sería la primera vez que hace enfadar a alguien por un simple comentario. Pero en vez de hacerlo trizas con sus garras y dientes o sus bolas de fuego, el dragón regurgita y medio pescado cae entre sus piernas.

Hiccup hace una mueca pero la compone por una sonrisa afectada.

—Oh yo ya comí—trata de negar pero el dragón ladea la cabeza y empuja más el pescado hacia él. Su sonrisa flaquea pero lo toma y da una mordida. Evita las arcadas solo por la experiencia en la comida de Gobber y le sonríe al dragón—. Gracias.

Toothless ladea la cabeza y hace una mueca muy parecida a una sonrisa. Eso hace que Hiccup sonría un poco más y alargue su brazo para tocarlo, pero el Night Fury gruñe y retrocede. El joven vikingo suspira y deja caer su mano. Se levanta para acercarse a él pero Toothless salta a una roca y le gruñe agachándose, listo para saltar sobre su cuello.

Hiccup bufa y se aleja. Se sienta en una roca baja, toma una rama y empieza a hacer garabatos en la tierra. No se percata de Toothless, que se acerca a él con curiosidad, ni se da cuenta que lo que dibuja no son garabatos sino al dragón necroso.

Toothless mira con curiosidad lo que sea que el humano hacía. Pensar en sí mismo como ''Toothless'' y no como ''Monstruo'', ''Night Fury'' o ''El hijo maldito del Rayo y la Muerte'' (porque si, alguna vez escuchó a los humanos, no es que estos fuesen muy discretos) se le hace muy extraño. Pero le gusta.

Así como el gusta la compañía del humano y le gusta el extraño lo-que-fuese que hacía en la tierra. Él podía hacer algo así.

Hiccup se sobresalta cuando Toothless bufa y toma un tronco caído y empieza a dar vuelta a su alrededor. Hiccup da vuelta sobre sí mismo siguiendo cada uno de los movimientos del dragón que se aleja de él y suelta el tronco mirándolo con curiosidad y, con un gesto parecido a una invitación, se sienta en sus cuartos traseros a esperar.

—Ok amigo—Hiccup asiente, como si entendiese lo que el dragón quiere de él. Da un paso para acercarse y el dragón gruñe cuando su pie toca una línea.

Hiccup retrocede al centro y Toothless recupera la expresión pacífica y de curiosidad. El joven vikingo frunce el ceño y repite la acción obteniendo la misma respuesta. La tercera vez decide saltar a otro espacio en medio de la tierra y el dragón parece hacer un sonido de satisfacción.

Así que es eso, asiente para si. Con una pequeña sonrisa Hiccup salta entre las líneas tratando de no tocarlas, girando y saltando. Casi siente que se trata de un juego o un baile y por alguna retorcida razón eso lo divierte.

Sin darse cuenta sus pasos lo guían al dragón, sus pies se mueven en una danza invisible y su cabeza tararea una melodía sin sentido. No sabe en qué momento cerró los ojos pero los abre cuando Toothless gruñe suavemente. Hiccup se encoje y por instinto retrocede un paso.

Pero se llena de valor. Llegó hasta allí siguiendo el camino marcado por Toothless y no se dejaría intimidar. Alarga un brazo y el dragón gruñe. El vikingo se encoje y aparta la vista cerrando los ojos, temiendo que el Night Fury le arranque el brazo pero lo deja extendido.

Toothless lo mira, mira la mano alzada y luego al humano. El humano es amable, no lo había matado, le alimenta y parecía interesado en él. Gorgotea bajo e inclina su cabeza, rosa suavemente la palma y ve el pequeño cuerpo relajarse.

El humano que se había presentado como Hiccup olía a casa y eso le hace gorgotear un poco más cuando este acaricia su frente.

No se siente tan mal. Hasta podría acostumbrarse.

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