CAPÍTULO 2

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Levi caminaba silencioso en la oscuridad de la noche, le gustaba pasear tranquilo ya que detestaba estar rodeado de idiotas. Lanzó uno de los ganchos del equipo de maniobras a lo alto del muro, y en un segundo ya estaba arriba, silencioso como una sombra. –"¿Qué haces aquí Erwin?"- Levi arqueó una ceja al encontrarse a su superior en lo alto del muro. –"Observar las estrellas, Ackerman"- el superior dijo con simpleza. Era cierto que al cabo se le hacía difícil ignorar el atractivo de su compañero: sus ojos azules brillaban a la luz de las estrellas y su pelo se mecía con el viento. Siempre había admirado a Erwin por todo lo que hacía, todos sus soldados lo respetaban y apreciaban tanto, ¿qué sería de ellos si algún día Erwin los dejase? Esa era la pregunta que siempre le venía a la mente cada vez que lo veía, no, mentira, la verdadera pregunta no era esa, era el ¿por qué alguien como Erwin querría tener contacto directo con él? Levi solo se consideraba un soldado más. –"¿Y usted? ¿Qué hace aquí Ackerman?"- El comandante lo miró, sus ojos brillando aunque su cara no daba a entender que tuviera buenas intenciones –"Sólo paseaba, me gusta la tranquilidad de la noche"- el cabo respondió sin muchos ánimos. Erwin asintió –"Lo sé, te he visto muchas veces paseando solo, siempre por el mismo camino"- sonrió levemente. –"Era el camino por el que solíamos pasear Farlan, Isabel y yo..."- Levi suspiró y miró al cielo –"Fue mi culpa... no debí haberlos dejado solos contra esa bestia..."- cerró los puños con ira, sintiendo una mano en su hombro, que viajaba lentamente hacia su cuello y al otro hombro, Erwin lo había abrazado ligeramente con su brazo –No fue culpa tuya, Ackerman...yo he perdido muchos hombres que se sacrificaron para salvarme, sé cómo te sientes"- el superior miró a los ojos del soldado, quien apartó su brazo de alrededor de su cuello –"No puedes seguir atormentándote así, necesitas despejar tu mente de una vez"- Erwin aseguró, ya que él tenía experiencia, y sabía por lo que estaba pasando. –"¿Por qué me abrazas? ¿Por qué quieres ayudarme?"- Levi levantó la mirada para mirar a los ojos del otro. Erwin sonrió pícaro –"Serás todo lo buen soldado que quieras, pero eres muy inocente"- dijo mientras acercaba su cara a la del otro lentamente. Las pulsaciones de ambos se aceleraron, pero era más fácil notarlo en Levi, ya que su agitada respiración lo delataba. Erwin mantuvo la mirada fija en los oscuros ojos del subordinado, quien también lo miraba, con una mezcla de confusión y curiosidad –"Ackerman..."- susurró éste –"¿Qué?"- Levi respondió fríamente, ya que no sabía cómo reaccionar ante esta situación –"Déjame ayudarte..."- susurró de nuevo, acercando un poco más su cara a la del más bajo. Levi debía admitir que estaba feliz en ese instante, pero no era propio de él sentirse así, y obviamente, no iba a dejar que se notase. El cabo no respondió, mantenía la mirada fija en los ojos del otro, quien seguía acercándose lentamente. ¿Qué está haciendo? ¿Por qué no hago nada? ¿Qué está pasando? Eran algunas preguntas que pasaban por la mente del subordinado, pero pronto todas esas preguntas se disiparon, al sentir los cálidos labios del otro contra los suyos, su corazón latía con fuerza, millones de sensaciones desconocidas invadieron el pequeño cuerpo del cabo, quien había cerrado los ojos inconscientemente.

Erwin abrazó despacio la cintura del cabo, quien lo agarraba de los hombros, arrugando ligeramente su uniforme, queriendo sentir más de él. Esto hacía sonreír al superior, quien se sentía totalmente dominante sobre él, pero aún era muy pronto para pensar en esas cosas, ahora debía centrarse en el beso. Y así lo hizo: lentamente, se inclinó sobre Levi, rozando sus labios con la lengua, pidiendo permiso para entrar. Esto encendió más al subordinado, quien abrió la boca ligeramente para sentir como la lengua del otro entraba a explorar su boca. Levi ahogó un gemido. La lengua experta de Erwin jugaba con la del más bajo, haciéndole salivar.

Después de lo que pareció ser una eternidad, Erwin se separó de él y Levi mantenía los ojos cerrados. Poco a poco, los fue abriendo sonrojado –"¿Te ha gustado?"- Erwin provocó a su subordinado, quien lo empujó suavemente avergonzado –"E-Eres idiota..."- musitó enfadado, lo cual, causó una nueva sonrisa en el comandante.

El Cabo Ackerman (Ereri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora