El Cabo Ackerman (Ereri)

CAPÍTULO 3

La noche se hizo eterna para el cabo, a quien le habían estado rondando por la mente millones de pensamientos, sentimientos, dudas... -Maldito idiota, ¿Cómo ha podido hacerme esto? Y luego desapareció como si nada, sin darme tiempo a decirle nada- el cabo suspiró dando vueltas en la cama, la luz del amanecer entraba por la ventana, había estado toda la noche despierto por culpa de su superior, será idiota...

Una vez vestido, Levi salió de su habitación, tenía claro lo que iba a hacer, tenía que hablar con Erwin, necesitaba respuestas. De camino al despacho del comandante, una mano en el hombro retuvo al cabo, el cual se dio la vuelta para ver a otro soldado parado ahí delante, su cara completamente colorada -¿Qué quiere Jaeger? Estoy ocupado- dijo Levi en su usual tono de desprecio. El soldado se mordió los labios, Levi parecía enfadado, igual no era buen momento para decírselo –N-no...nada- musitó triste y se alejó por donde había venido. El cabo se encogió de hombros y entró en la oficina de su superior, quien sonrió al verle –Ackerman, a usted le quería yo ver, pase- El comandante sonreía pícaro. Levi arqueó una ceja y cerró la puerta detrás de él –Erwin tenemos que hablar, ¿Por qué me besaste anoche y encima desapareciste sin decir nada?- Levi hablaba enfadado. –Vaya, así que resulta que sí te importó- el superior sonreía victorioso –Verás Ackerman, he estado siempre muy pendiente de usted desde el primer día que nos vimos, siempre has sido tan frío y calculador, me encanta. Además ese toque borde y malhumorado que tiene constantemente me enciende demasiado...- susurró la última parte en el oído de Levi, quien se sonrojó al escucharle. El cabo siempre había tenido admiración hacia su superior, aunque técnicamente él no supiera describir lo que es. Las palabras del superior dejaron congelado al otro por unos instantes, impidiéndole darse cuenta de que Erwin había echado la llave. –Hoy voy a demostrártelo todo Ackerman, ya que veo que eres demasiado inocente para percatarte- Erwin abrazó al subordinado por la espalda, besándole la nuca despacio, lo que hacía temblar al otro –E-Erwin ¿Qué pretendes? Suéltame- Lo empujó. Erwin sonreía –Ackerman no seas así, sabes que esto te va a gustar, aclarará tus dudas- volvió a susurrarle, mordisqueando su oreja con ganas de oírle gemir – ¿O acaso niegas que tú también desees hacer esto?- dijo provocando al otro. Levi se mordía los labios, ¿Qué estaba haciendo? Pensó, sabía que eso no estaba bien, pero había anhelado tanto ese momento que lo único que quería hacer ahora era dejarse llevar, por fin estaba pasando.

-Voy a hacerte mío Ackerman, hoy vas a gemir mi nombre- dijo susurrando mientras volvía a besar la espalda del más bajo. Levi temblaba bajo sus labios, su piel se erizaba al sentir su boca –N-no, déjame, Erwin sabes que no debes hacer esto- Levi musitaba, con el único objetivo de esconder su deseo. Erwin acarició su cuello con la lengua –Sé que lo deseas Ackerman, sé que es tu orgullo el que habla, pero tranquilo, no le contaré a nadie nada de lo que pase aquí dentro-

Levi jadeaba en deseos de que siguiera besándole, acariciándole, tocándole, así que simplemente asintió –Bien...pero no esperes que gima- dijo tratando de conservar el orgullo mientras el otro introducía las manos por su camiseta, acariciando su estómago hasta llegar lentamente a los sensibles y duros pezones del subordinado, quien inclinaba la cabeza hacia atrás de puro placer. Erwin sonreía victorioso –Ya veremos si gimes o no...- volvió a susurrar en la oreja del pequeño cabo